martes, 29 de abril de 2008

Taller: El microrrelato: La semilla (Ginés S. Cutillas)

La idea es la base para cualquier arte y en éste en concreto lo es todo. Grandes operas se han hecho –y se siguen haciendo- con temas tan gastados como la venganza, los celos o el poder. Argumentos un tanto ajados que le quitan frescura y nos adelantan muchas veces el final. Si vas a contar algo que ya ha sido contado hasta el hartazgo, mejor no lo cuentes, a no ser que consigas darle un aire totalmente nuevo.

La semilla del microrrelato ha de ser genial, espontánea y fresca, que nunca se haya oído nada parecido. Si es así, y sabes aplicar bien unas sencillas reglas, seguro que acabas con un buen texto entre las manos.

Podemos afirmar, en una clasificación muy global, que hay dos tipos de microrrelatos. El que se autoexplica y encierra entre sus palabras un mundo redondo y perfecto, alejado de las dobles interpretaciones que quieren realzar una idea o reivindicar un hecho sin ningún tipo de duda, y el que acepta mil interpretaciones distintas y permite que se escriban sobre él más paráfrasis y disertaciones que el número de palabras del que se compone. Se nos plantea entonces una pregunta de difícil resolución: Si para explicar un microrrelato se necesita más palabras de las que tiene... ¿hemos conseguido entonces un buen texto?

Esta segunda vertiente suele utilizar el método Iceberg que utilizaba Hemingway. Contar sólo una octava parte de la historia y dejar que la mente del lector imagine las otras siete octavas con las imágenes que se han amueblado en sus cabezas.

Es importante tener claro de qué tipo va a ser antes de empezar a escribir.



Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.

domingo, 27 de abril de 2008

La biblioteca: El enviado, de J. E. Álamo

Texto de contraportada:

El Enviado cumplirá con sus cometidos allá donde tenga que acometerlos. El espacio y el tiempo no son barreras, más bien peldaños, en su camino hacia los logros que persigue. En su deambular, las vidas de distintas personas se cruzarán con él. Cada persona da nombre a las nueve misiones que componen este relato de sus hazañas, compuestas por nueve relatos independientes pero estrechamente ligados entre sí.

Desde relatos postapocalípticos hasta alegóricos, pasando por costumbristas. Y en todos ellos flota la presencia del Enviado que da título al libro: una figura nebulosa moviéndose más allá del tiempo y el espacio, en cierto modo simbólica, que permite múltiples interpretaciones, cada una a la medida del lector. Un libro que merece una profunda reflexión después de cerrar la última página.


Joseph y yo nos conocimos en internet. Fue a través de un concurso de relatos que convocó en su blog. Más tarde se nos ocurrió colaborar uno en el blog del otro. Descubrimos que teníamos amigos comunes y que, casualmente, ambos éramos finalistas del Premio La Monstrua 2007. Finalmente terminamos intercambiando nuestras novelas. Gracias a ello, he leído El enviado.

Se trata de un libro peculiar. Puede leerse, al mismo tiempo, como una novela compuesta por capítulos que tratan argumentos diferentes pero estrechamente relacionados, o bien como una antología de relatos que conforman un cuerpo homogéneo, donde todas las piezas cuadran. La necesidad de leer todos y cada uno de los relatos que comprende El enviado y en el orden en el que se presentan es la clave para poder clasificarla como novela.

En cuanto a la forma, lo más destacable de la obra es que, aunque cambian los argumentos, no varía el estilo. La prosa es correcta y está cuidada. La evolución a lo largo de la lectura es uniforme. El lector no percibe que se produzcan saltos y el paso de un capítulo a otro se realiza con continuidad, suavemente.

Con respecto al fondo, mientras leemos la desgracia que sacude a cada personaje, les acompañamos por separado, a veces con saltos en el tiempo, hasta descubrir en un momento determinado que todos ellos mantienen un vínculo. Tal vez lo más asombroso es que les suele aguardar la fatalidad, pero el autor nos conduce con naturalidad y sólo roza, elegantemente, un atisbo de terror. Nos mantiene intrigados pero no nos engaña con sobresaltos innecesarios.

El enviado es, por tanto, un libro que recomiendo leer y, sobre todo, conocer. En él, J. E. Álamo ha dado, por primera vez, todo lo que ha podido para conseguir una obra completa y atraer la atención del público. Estoy seguro de que la experiencia se repetirá, a pesar de que él pensaba que nunca vería alguno de sus trabajos publicados.


Título:El enviado
Autores: J. E. Álamo
ISBN (13): 978-84-96013-31-5
Publicación: 03/2007 por Grupo Editorial AJEC
Nº páginas: 176

viernes, 25 de abril de 2008

Reflexiones de un ególatra: Crisis en la Humanidad

No suelo hablar de política en público y aún menos por escrito. Seguramente porque no pertenezco a ningún bando ni color y me limito a contemplar lo que hace cada facción para apoyar a quien pueda tener más razón según mi criterio. Se da la circunstancia de que últimamente no sé a quién darle mi apoyo. Digamos que voy a resaltar algunos detalles de nuestra realidad actual, independientemente de la causa y del causante del problema. Mi propósito tan sólo es criticar aquello que no me parece correcto, especialmente porque nos afecta a todos por igual.

El pasado 19 de abril, una vez que había conseguido reunir todos los certificados y los datos fiscales del ejercicio anterior, me senté con todos los papeles por delante y me dispuse a confeccionar la declaración de la renta. Al cabo de unos minutos, cuando estaba introduciendo la información concerniente a la adquisición de la vivienda habitual, descubrí que este año se desgrava lo mismo sobre la inversión realizada durante los dos primeros años que después. Afortunadamente, en mi caso no afectaba, pero pensé en todos aquellos que han podido comprarse su pisito o su casita en los dos últimos años y ya no tienen un 25% de deducción (frente al 15% generalizado).

Relacioné conceptos y me dije: "Estupendo. Estamos en plena crisis de la construcción, cuando más falta hace incentivar la compra de inmuebles para que la situación mejore lo antes posible, y no se les ocurre otra cosa que quitar alicientes a los ciudadanos para invertir en ladrillo, como se suele decir coloquialmente". Menuda medida contraproducente. Pero, claro, de algún sitio tiene que salir el dinero para esos 400 euros que nos han prometido a todos este año o esos 2500 por cada bebé recién nacido.

Sin embargo, seguí pensando: "A lo mejor", reflexioné, "la economía está tan mal que creen que 400 euros para cada españolito asalariado pueden mejorar sensiblemente los niveles de consumo, que tanto han caído. A lo peor estamos viviendo una situación tan catastrófica que antes que motivar la compra de inmuebles para salvar a las constructoras en bancarrota es recomendable aumentar el consumo más mundano y corriente. Si fuera así, ¿por qué nos siguen diciendo que nuestra economía marcha bien?".

No lo sé. Pero lo cierto es que, como vengo denunciando desde hace tiempo, los medios de comunicación nos desinforman. Me sorprende que la prensa no nos haya advertido lo suficiente y haya hecho eco de esta broma de mal gusto, avisando de las repercusiones que tienen estas reducciones en las desgravaciones sobre nuestra capacidad adquisitiva final.

En cambio, parece más importante la vida privada de la hermana de Su Alteza Leticia Ortiz. Ese mismo día 17 se discutía en todas partes sobre la torpeza de las cincuenta y tantas demandas que había interpuesto exigiendo la intimidad de su vida personal. Ha sido tema de actualidad durante los últimos días. Y yo estoy convencido de que, al margen de lo bien o mal que haya planteado esas demandas, la chica tiene razón. A mí no me importa salir en televisión o en los periódicos por mis intervenciones en actos públicos, pero eso nada tiene que ver con lo que haga en mi casa. Como escritor, podría ser un personaje público, en tanto que participo en actos públicos, pero tengo derecho a la reserva de mi vida privada. ¿Dónde vamos a llegar si pensamos que podemos inmiscuirnos en la vida de los demás por el simple hecho de que algo les hace aparecer en la pantalla del televisor o les relaciona con alquien que lo hace?

En la prensa también vi el fin del mundo. Pippa Bacca, una artista que quería demostrar que la bondad y la generosidad abundan en nuestro planeta viajaba desde Milán, haciendo autostop para atravesar Europa. El último conductor que la recogió, en una población turca, la violó y la estranguló. ¿Debemos extraer alguna conclusión de esto? ¿Está la Humanidad perdida?

miércoles, 23 de abril de 2008

Taller: El microrrelato: Un poco de historia (Ginés S. Cutillas)

De muchas formas se conoce a esta disciplina literaria. Algunos la llaman microcuento, otros minicuento o minificción. Incluso algunos la llaman cuento brevísimo pero sobre todas ellas se alza la de microrrelato, que no es más que el arte contar algo con la máxima brevedad posible. No es de extrañar entonces que el más famoso –el del dinosaurio de Augusto Monterroso- esté formado tan sólo por siete palabras. Como sentenció Baltasar Gracián: ‘Lo bueno, si breve, dos veces bueno, y aun lo malo, si breve, no tan malo’.

El microrrelato nace de la tradición oral y más tarde como vanguardia en la década de los 70 en Estados Unidos siguiendo la estela de autores como Ambrose Bierce -que ya en 1911 escribió The devil’s dictionary donde se volvía a definir el significado de algunas voces inglesas-, y se comienza a experimentar con él en Latinoamérica a partir de los 80 de la mano de Cortázar, Borges, Arreola, García Márquez, Denevi y el propio Monterroso. Lo que comienza como un ejercicio de virtuosismo de las palabras, una pirueta o agudeza literaria que divierte y que de forma velada a veces y evidente otras, muestra una claridad de mente del autor para sintetizar ideas en pocas palabras, se proclama como un género nuevo con las primeras antologías.

Y cómo pasa con todas las disciplinas que fueron vanguardia en su día, se ha pasado de la práctica y experimentación a la teoría y explicación.

Algunos ejemplos:

El dinosaurio (Augusto Monterroso)
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Veritas odium parit (Marco Denevi)
Traedme el caballo más veloz -pidió el hombre honrado- acabo de decirle la verdad al rey.

Instrucciones para llorar (Julio Cortázar)
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

El hombre de Satsuma (Jorge Luis Borges)
Entre los peregrinos que acuden, hay un muchacho polvoriento y cansado que debe haber venido de lejos. Se prosterna ante el monumento de Oishi Kuranosuké, el consejero, y dice en voz alta: Yo te vi tirado en la puerta de un lupanar de Kioto y no pensé que estabas meditando la venganza de tu señor, y te creí un soldado sin fe y te escupí en la cara. He venido a ofrecerte satisfacción. Dijo esto y cometió harakiri.

El prior se condolió de su valentía y le dio sepultura en el lugar donde los capitanes reposan.

Este es el final de la historia de los cuarenta y siete hombres leales —salvo que no tiene final, porque los otros hombres, que no somos leales tal vez, pero que nunca perderemos del todo la esperanza de serlo, seguiremos honrándolos con palabras.



Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.

sábado, 19 de abril de 2008

Colaboraciones: Un gran invento, de Ernesto Fernández

Conocí a Ernesto Fernández hace unos años, a través de la Biblioteca Pública de Dos Hermanas y gracias a los concursos de relatos fantásticos y de terror "Idus de Marzo" que se convocan cada dos años en la localidad. Recuerdo que nos vimos por primera vez en la primera presentación de Ladrones de Atlántida. Luego hemos coincidido en la organización de los Encuentros de Literatura Fantástica que se celebran también en Dos Hermanas y que paulatinamente han ido cobrando importancia en el ámbito nacional.

Además de ser licenciado en Administración de Empresas, Ernesto codirigió con bastante entusiasmo una revista cultural local y, sobre todo, le gusta escribir. Como escritor, ha recibido varios galardones y algunos de sus relatos han sido publicados en distintas antologías. Una de ellas, El desván de los cuervos solitarios, publicado por la comunidad a la que pertenece, El círculo de los escritores errantes, logró un éxito destacable entre el público.

Ernesto Fernández con Javier Negrete

He leído varios de sus cuentos y tengo que decir que me parece un excelente contador de historias. Hoy publico un texto que apareció en la desaparecida revista Punto cultural y que me ha cedido para sumarse a la relación de colaboraciones de este blog, que sigue creciendo.

Un gran invento

-¿Un gran invento? ¡Pamplinas! Estos jóvenes de hoy en día, Fernando... créeme: con la cabeza llena de tonterías, siempre perdiendo el tiempo -sentenció Julián, y apuró su vaso de vino. A su derecha, reclinado sobre la barra de la taberna, Fernando asentía con gravedad. Miguel, el tercero de los amigos, sin embargo, discrepaba.

-Tampoco exageres Julián. Yo no creo que sea para preocuparse. El muchacho es joven, y punto. Acuérdate de ti mismo cuando tenías su edad.

-Yo a su edad no perdía el tiempo con esas tonterías. En todo caso corriendo detrás de las mozas -los tres rieron al unísono-. Hasta ahí vale, pero luego bien que cumplía en la tienda desde el alba hasta el anochecer.

-Calla, que todavía me acuerdo de cuando tu padre te sacudía por perderte detrás de la hija del sastre. Pues lo mismo es, andabas pensando en las musarañas, igual que los chicos de ahora. Sólo que ahora además tienen esas cosas con que entretenerse: la técnica avanza, amigos.

-Sí, claro, ¿pero en qué dirección? -apuntó Julián, escéptico-. A mí nunca me ha hecho falta para ganarme la vida más que un par de brazos fuertes y ganas de trabajar.

-Yo es que de eso no entiendo mucho, pero me cuentan que es formidable -recalcaba Miguel-. Imagínate tener acceso a lo que sucede, yo que sé, en el Japón. Conocer otros países, acercar conocimientos... se puede aprender mucho de otras culturas. Y sin moverte de casa. ¿No es genial? -Fernando escupió el hueso de una aceituna sobre el platillo e intervino:

-Sí, si eso está bien. Pero mira a mi Alonso: se pasa los días metido en su habitación, absorto con sus chismes hasta la madrugada. Apenas se relaciona con nadie, pero asegura que ahora tiene un montón de nuevos amigos. ¿Y habéis visto cómo viste últimamente? Que es la última moda en Inglaterra, me dice. ¡Se está volviendo loco!

-Tu hijo siempre ha sido un muchacho muy despierto y curioso, simplemente está descubriendo el mundo. Nuevos tiempos, nueva tecnología. Ahora todo está mucho más cerca, es una nueva era para la comunicación.

-Pues yo no veo para qué sirve -repuso de nuevo Julián-. Otro invento extranjero que no vale más que para llenarle la cabeza de historias a los jóvenes.

-Y mi mujer está preocupadísima -añadía Fernando cabizbajo.

-¡Es el progreso, amigos! -sostenía Miguel- ¿Es que no lo veis?

-¡Cuentos chinos!

-¡Un gran avance!

-Ay, no sé, no sé… -se lamentaba Fernando, mientras hacía un ademán al camarero para pedir otra ronda de vino.

A finales del siglo XV y principios del XVI la técnica de la imprenta se extendió por toda Europa. Los Libros, que hasta entonces habían sido un lujo exclusivo de monasterios y cortes señoriales, pudieron ser accesibles para capas más amplias de la población. En ellos, los lectores encontraron fascinantes historias sobre viajes por países remotos, sobre navegantes de nuevos mares, vivieron aventuras caballerescas, historias de amor y odio, pasiones y gestas heroicas, y compartieron conocimientos técnicos de todas las materias: filosofía, geografía, historia, comercio, medicina, ingeniería, arte, botánica, arquitectura... Pero como siempre, a muchos les costó adaptarse a los nuevos tiempos.


Ernesto Fernández

viernes, 18 de abril de 2008

El escritorio: La respuesta es...

A contrarreloj II ya está en imprenta y muy pronto llegará a las librerías de toda España. Se trata de la antología que recoge los relatos ganadores y seleccionados (328 textos entre los 656 presentados) en el II Premio Nacional de Microrrelatos convocado por la editorial Hipálage. En esta ocasión, se ha incluido mi cuento La respuesta es..., cuya inspiración debo a un rato de solaz entre amigos alrededor de un juego de mesa sobre el césped de un parque (gracias por esas risas y esas bromas).

Laura leyó la pregunta en la tarjeta del juego:

-Dime cuál es la obra más famosa de Fiodor Dostoievski.

A su hermano Carlos le sonaba aquel nombre. Tenía que ser escritor. Pero era incapaz de recordar qué libro había escrito.

-¡Vamos, que pasa el tiempo!

Carlos hizo un gesto a Laura, exigiéndole que le dejara pensar tranquilamente.

-Niños, ¿no podéis jugar en otro sitio? -les regañó la madre, que estaba viendo una película de terror en blanco y negro, cerca de ellos. Entonces, Carlos miró hacia el televisor y recordó el título de la película. Relacionó ideas y se le iluminó el rostro.

-Repito: ¿cuál es la obra más famosa de Fiodor Dostoievski?

-¡Ya está! ¡Dostoievski y Mr. Hyde!



Datos del libro:


Título:A contrarreloj II
Autores: Varios autores
ISBN (13): 978-84-96919-06-8
Publicación: 05/2007 por Editorial Hipálage
Nº páginas: 346

miércoles, 16 de abril de 2008

Diez semanas

La pequeña Irene cumple hoy diez semanas. Ya hace más de dos meses que nació y parece que fue ayer. Al mismo tiempo, los días que han transcurrido desde entonces han sido muy intensos y han estado llenos de experiencias emocionantes. Antes de tenerla, pensaba que los primeros meses serían los más difíciles y en los que más habría que conformarse con contemplarla, pero esta niña llena de vida nos asombra casi diariamente con nuevos gestos y nuevas reacciones. Cada momento es inolvidable.

Irene ya pesa cuatro kilos y medio. Desde el lunes, no para de sonreír, por cualquier cosa y ante cualquier estímulo. Además, algunas sonrisas ya se han convertido en carcajadas y van acompañadas de sonoros ruiditos. A veces se ríe sola, cuando algo le sorprende. Pero también lo hace cuando le soplan suavemente en la carita, algo que le da mucho gustito; o al contemplar las lámparas, que le fascinan, sobre todo la del salón, que tiene brillos cromados y literalmente la hipnotiza; incluso de algún modo ha descubierto la literatura, pues disfruta viendo cómo gira el ejemplar de la edición de El principito, el primer libro que le regalamos y que tenemos colgado del techo de su habitación.


Por otra parte, responde inmediatamente a los toques de atención. Aún no da muestras de reconocer su nombre (aunque, desde hace mucho, sí que identifica las voces de sus padres), pero, al chasquear los dedos en su presencia, busca el origen del sonido aunque se mueva la mano de un lado a otro. Cada vez duerme menos por el día, pues al parecer le encanta pasárselo en grande y dejar el cansancio para la noche.

El síndrome de paternidad continúa atormentándome. Los lunes resultan especialmente muy duros. Después del fin de semana, echo mucho de menos estar con mis dos chicas y perderme las risotadas de Irene. Es como si también en mi interior se hubieran disparado las hormonas cuando la vi en este mundo por primera vez, tan vulnerable y tan preciosa.

martes, 15 de abril de 2008

Nos vamos a la Feria del Libro de Sevilla

Hace dos días concluyó la famosa Feria de Sevilla, especialmente pasada por agua (caiga donde caiga en el calendario, no hay forma de que las fiestas primaverales se libren del mal tiempo, pero el público no dejó de acudir). Dentro de poco comenzará otro evento importante para la ciudad dentro del ámbito cultural, que traerá a escritores y literatos de todas partes para acercarlos a los lectores que compran sus libros y los leen. Se trata de la XXVI Feria del Libro de Sevilla, que se celebrará entre el 30 de abril y el 11 de mayo y pretende ser la edición más ambiciosa hasta la fecha.


Después del paréntesis que supuso instalarla en las plazas del Triunfo y de la Virgen de los Reyes, alrededor de los muros de la catedral, la Feria del Libro volvió el año pasado a la plaza Nueva una vez terminada su peatonalización. Si en 2007 se quiso recordar la Generación del 27, este año, con el lema Culturas del Mediterráneo y la colaboración de la Fundación Tres Culturas (que ya intervino en la organización de la última HispaCon), dedicará parte de la programación y su contenido a actividades relacionadas con las diferentes culturas que han dado forma a la historia y la idiosincrasia de quienes pueblan las riberas del mar Mediterráneo. También habrá sitio para tratar el desarrollo tecnológico editorial y comunicativo del sector.

Entre las conferencias y charlas impartidas por escritores del mundo literario nacional e internacional en la Carpa Central, el sábado 10 de mayo a las 13:00 horas, se desarrollará la mesa redonda La literatura de género fantástico, en torno a su comprensión, su definición y su situación en el panorama actual, con Inés Martín, dueña de Librería La Araña; Alfonso Merelo, crítico, articulista y vocal de prensa de la AEFCFT, y los escritores sevillanos Javier Márquez, Pepe Carrasco y José Ángel Muriel.

Ese mismo día, estaré firmando ejemplares de Ladrones de Atlántida en la caseta de Librería La Araña a partir de las 11:30. ¡Os espero!

sábado, 12 de abril de 2008

El escritor Francisco J. Illán Vivas opina sobre Ladrones de Atlántida

Como contaba hace unos días, fruto del intercambio de libros entre autores suele surgir, como mínimo, el placer de la lectura. Me alegra poder decir que Paco Illán Vivas ha encontrado algo de disfrute y emoción al descubrir Ladrones de Atlántida. Lo sé por su forma de expresar lo que ha sentido al leer la novela, pues sus palabras describen las sensaciones parecidas a las que experimenté a veces mientras la escribía.

Anika entre libros ha publicado una opinión de Paco sobre el libro. La podéis leer aquí. También podéis leerla en Leelibros.com, biblioteca de Sedice.

jueves, 10 de abril de 2008

CervantesTV.es

Las nuevas tecnologías han abierto un nuevo camino a la difusión universal de la televisión como forma de comunicación. El Instituto Cervantes ha inaugurado la página web CervantesTV.es donde encontramos un canal de televisión con noticias sobre lengua, enseñanza, música, danza, entrevistas, actividades, literatura, pensamiento, artes plásticas, documentales,... Un lugar de visita obligada para los internautas amantes de la lengua española y las artes en general.

martes, 8 de abril de 2008

La biblioteca: La cólera de Nébulos. La maldición, de Francisco J. Illán Vivas

Texto de contraportada:

Cuando Eleazar, el hijo de Nébulos, decidió penetrar en las prohibidas y sombrías planicies de Chandigharán, el calcinado reino de Shelomó, desconocía la gran aventura que estaba a punto de comenzar, y tampoco imaginaba el castigo que su padre le impondría privándole de sus derechos como Eterno.

Eostes, el hijo de Odenhas, acompañará a su amigo Eleazar hasta el confín de un mundo lleno de ignota magia e incontables peligros, que será testigo del resurgir del más temible de los enemigos: Anteo, el abominable hijo de Gea.

La Maldición es una historia de imaginación sorprendente, donde Eternos, Humanos, Homosaurios, Trolls y Magos se encuentran inmersos en la permanente lucha entre el bien y el mal.


Después de varias conversaciones por correo electrónico y a través de algún portal en internet, Paco Illán, autor de La maldición, la primera parte de La cólera de Nébulos, y yo decidimos intercambiar ejemplares de nuestras novelas. Se trata de un ejercicio gratificante, el poder dedicar tu obra a otro escritor, regalársela y, a cambio, recibir como recompensa la suya también firmada. Aunque hay quien, al parecer, utiliza estos intercambios con otros propósitos, como describe David Mateo en su artículo Libros dedicados, es una práctica extendida entre los escritores que se van conociendo.

Como consecuencia de este intercambio, Paco ha leído Ladrones de Atlántida, que parece haberle gustado bastante a juzgar por sus comentarios, y yo he disfrutado con las aventuras de ambiente mitológico que envuelven a los heroicos Eleazar y Eostes durante las casi trescientas páginas de la novela. Estos héroes tienen algo de Hércules y Jasón, de Ulises y Aquiles, o de Arturo y Lanzarote, pues la historia de los camaradas unidos por una misma causa y luchando por ella a toda costa no es la novedad, no es lo que Paco inventa en su relato.

Paco nos descubre otra cosa: la sencillez con que se puede narrar una crónica épica, la inteligencia con la que se puede emplear cualquier vocablo sin ser coloquial. También hace comprender al lector que no hacen falta mil páginas para contar una historia que esté bien contada. Consigue introducir al lector en la acción más intensa con apenas tres o cuatro párrafos. Personalmente, encuentro muy adecuada la extensión de los pasajes más dinámicos, pues no hace falta prolongarlos para narrar lo que ocurre (aunque podría hacerse), sino todo lo contrario, y eso es lo que hace el autor, que no quiere agotar a sus lectores con una sucesión de descripciones innecesarias. En efecto, el libro podría tener el doble de páginas, pero no se leería con el mismo placer.

El libro comienza, en su segunda edición, con una introducción de Juan Espallardo que resulta muy interesante por la descripción que hace de algunas facetas de los escritores en general, por lo que cuenta acerca de las intenciones de quienes escribimos y la definición que hace de la fantasía (la literatura fantástica). Me pareció una presentación muy acertada, pues, además, resalta las virtudes más destacables de Paco Illán Vivas, entre ellas su altruismo al dedicar voluntariamente parte de su tiempo para difundir la obra de otros escritores a los que va conociendo. Es algo de lo que me voy dando cuenta poco a poco, como si el esfuerzo de Paco fuera tan inmenso que resulta difícil de abordar a primera vista. Y me estoy dando cuenta incluso en mis propias carnes, pues ha dedicado algunas de sus observaciones a lo que escribo o a mi carrera literaria, tan halagadoras que me sonroja, lo admito.

Luego sigue un prólogo breve e impactante, la antesala de una sucesión de aventuras vividas por los dos protagonistas en su recorrido por las tierras malditas. La aparición de talismanes y armas mágicas, como la espada Dragonia, nos recuerdan las leyendas artúricas o, en el otro extremo, algunos elementos de los juegos de rol o antiguos videojuegos casi olvidados.

Uno de los episodios más fascinantes es el que recoge el asedio de Iskar por parte de los asgardianos. Qué buena batalla, qué verosímil parece, qué bien descrita sin necesidad de entrar en excesivos detalles. Queda patente la labor de documentación del autor y, sin embargo, también su intención de contar lo que pasó pero no siempre cómo, para no alargar demasiado las escenas (para eso ya tenemos a Homero o Tolkien). Paco logra transmitir que lo verdaderamente importante son las repercusiones del combate.

Los encuentros con los magos marcan hitos en el texto y, al mismo tiempo, el autor escapa de la tradicional búsqueda que hace el aprendiz de su maestro. Los héroes van al encuentro de los magos para saber qué pruebas deben superar y tener una guía física, no espiritual, en el viaje que emprenden. En esta travesía, Eleazar y Eostes no paran de combatir contra criaturas espantosas. La novela se hace trepidante, aventura tras aventura, pero de forma pausada, como sólo sabe hacer un buen contador de historias.


Para la ambientación consigue una mezcolanza de mitologías que se deja entrever en los diálogos de los personajes y en la mención de nombres propios. Esas alusiones a la mitología clásica consiguen que los personajes sean más familiares para el lector, tengan los nombres que tengan.

Pero, ahora, ¿qué les depararán los hados a nuestros héroes en El rey de las esfinges?

Podéis seguir de cerca al autor en su blog: La cólera de Nébulos.


Título:La cólera de Nébulos. La maldición
Autores: Francisco Javier Illán Vivas
ISBN (13): 978-84-96114-87-6
Publicación: 09/2005 por Nausícaä
Nº páginas: 296

domingo, 6 de abril de 2008

El escritorio: La solución

Según palabras de David Mateo, "Historias Asombrosas de Scifiworld es el umbral que conduce a mil mundos diferentes. Es el último bastión de esos autores llamados a narrar grandes gestas. En nuestras páginas tienen cabida el terror, la fantasía y la ciencia ficción. Si eres fiel seguidor de esos mundos maravillosos que sorprenden a la mente humana, bienvenido, esta es tu revista."

Hoy me he llevado la grata sorpresa de que mi relato de ciencia ficción La solución ha sido seleccionado este mes para participar en el concurso que, mes a mes, basándose en las valoraciones de los lectores, elige las obras que compondrán el número de diciembre de la revista Historias asombrosas.

¿Qué pasaría si la Humanidad llegara a un punto en el que la comodidad proporcionada por las máquinas impidiera al hombre continuar evolucionando? ¿Deberían los robots tomar ciertas decisiones por nuestro bien? El autor nos muestra una alternativa sorprendente.

Sigue leyendo aquí.

viernes, 4 de abril de 2008

Semana llena de actividades

La semana pasada resultó muy intensa. Pasé la tarde del martes conversando de literatura con los chicos de Los Corrales y Martín de la Jara y, esa misma noche, asistí a la presentación del libro La Transición. Síntesis y claves, celebrada en el club Antares de Sevilla. Durante el acto, su autor, Salvador Sánchez-Terán, que fue ministro en la difícil época de la Transición, desarrolló un discurso muy interesante que se convirtió, al menos para mí, en una clase magistral de historia. Gracias a sus explicaciones, se aclararon muchos puntos oscuros de esa etapa tan importante de nuestro pasado reciente.

Dos días después, asistí al encuentro que cada jueves tienen los socios de Noches del Baratillo en su sede de la calle Macasta. Quería pasar a saludarles, participar en la ronda de poetas como otras veces y, por otro lado, me apetecía escuchar la charla de D. Nicolás Salas, periodista y escritor, conocedor de la historia de Sevilla. Tuve la suerte de que su exposición, acompañada de fotografías, se centró en el primer tercio del siglo XX de la ciudad. Tal como le indiqué después, era información muy valiosa para mí, pues tengo entre manos un proyecto sobre Sevilla en esos tiempos.

Recitando en la ronda de poetas

Además del placer de poder dialogar con D. Nicolás, baratillero de cuando la asociación se reunía en la Chatarrería, su primera sede, y conocerle un poco más (llevo tiempo siguiendo sus artículos históricos en el Diario de Sevilla), demostró repetidamente su generosidad y terminó invitándome a ponerme en contacto con él si necesitaba hacer uso de la documentación que conserva, que debe ser amplisíma pues guarda medio millón de fotos y unos 20.000 libros en su casa.

La moraleja de esto es que, una vez más, la literatura ha hecho amigos. Seguramente no sea por casualidad.

Con José Luis González Cáceres, presidente de Noches del Baratillo, Diego Díaz y Nicolás Salas

miércoles, 2 de abril de 2008

Archivo: El zagal y el nido

Hacía tiempo que no publicaba alguno de los poemas-cuentos que nos recitaba Petra Bocos, la abuela de mi mujer. Algunas de estas composiciones han quedado registradas en papel, otras en archivos de sonido con su voz anciana. Hoy quiero rendir desde aquí una especie de homenaje a esta señora riojana de Alcanadre, tierra de buenos vinos y exquisistas hortalizas. Petra pasó sus últimos años cerca de nosotros, no hace mucho perdió a su marido cuando ya vivían en Sevilla y ayer por la tarde falleció, dejándonos definitivamente el legado de sus recuerdos.


Pilar Pascual de Sanjuán recopiló en El trovador de la niñez: colección de composiciones en verso para ejercitarse los niños en la lectura de la poesía, algunos poemas populares. Contenido en este volumen se encontraba El zagal y el nido, uno de los que nos contaba Petra, prácticamente al pie de la letra, usando su prodigiosa memoria. En realidad, su título es El nido y pertenecía a Francisco Martínez de la Rosa (1787-1862).

De hecho, Elijah Clarence Hills y S. Griswold Morley, eruditos de Colorado (Estados Unidos), lo recuperaron en una edición neoyorquina de 1913, junto a otras joyas de nuestra lengua en Modern Spanish lyrics.

Dedico este espacio al recuerdo de nuestros abuelos, quienes hubieran disfrutado con nuestros éxitos o nos habrían animado en los momentos difíciles de haber estado a nuestro lado.

El nido

¿Dónde vas, zagal cruel,
dónde vas con este nido
riendo tú, mientras pían
estos tristes pajarillos?
Su madre los dejó solos
en este momento mismo,
para buscarles sustento,
y dárselo con su pico...
Mírala cuán azorada
echa de menos a sus hijos,
salta de un árbol a otro,
va, torna, vuela sin tino;
al cielo favor demanda
con acento dolorido;
mientras ellos en tu mano,
baten el ala al oírlo...
Tú también tuviste madre,
y la perdiste aún muy niño,
y te encontraste en la tierra
sin amparo y sin abrigo...

Las lágrimas se le saltan
al cuitado pastorcillo;
y vergonzoso y confuso
deja en el árbol el nido.



Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes