Hace unas tres semanas, mientras almorzaba en casa, veía las noticias. Como suele ocurrir, el telediario (no recuerdo de qué cadena) estaba lleno de morbo y mal gusto. Aquel día la noticia más dispar, ya que no había nada importante que decir acerca del fútbol, era una grabación llegada desde Estados Unidos donde un periodista era vapuleado por un tipo mal encarado (un delincuente) y su esposa a la puerta de la casa de ambos. La paliza fue brutal, tal como había anunciado la locutora. Daba pena ver a aquel pobre diablo revolcándose en el suelo mientras le partían las costillas y la cara.
Obviamente, al ser la víctima un periodista, nos querían demostrar a los televidentes cómo se la juegan los profesionales del medio para conseguir una noticia. Pero, si te paras y recapacitas, como yo hice en aquel momento, no dejan de jugar con nosotros. Porque, de acuerdo, estaban apaleando a un periodista. Pero las imágenes que estábamos viendo habían sido tomadas por una cámara, ¡por otro periodista! Otro periodista que estaba asistiendo a la escena y en lugar de detener la reyerta y rescatar a su amigo maltrecho prefería grabar y tener "pruebas" por las que luego le pagarían bien. Acabamos.
Así nos informan.
En realidad, para enterarnos de los acontecimientos, tendremos que esperar de cinco a diez años. Releyendo la historia veremos las cosas más claras (entonces puede ser tarde, claro). Precisamente, releyendo la historia supe que, mientras yo, con cinco o seis años, me creía mal tratado en un colegio de Burgos por los abusivos castigos que imperaban entonces por parte de algunos profesores sin motivo aparente (qué terrible me parecía esa injusticia, que tanto me afectó personalmente), varios millones de personas morían ejecutados indiscriminadamente a manos de los jemeres rojos en otra parte del planeta. Qué montón de inmundicia y crueldad rueda por el mundo y a veces ni nos enteramos ni nos queremos enterar.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
jueves, 5 de octubre de 2006
Reflexiones de un ególatra: Información manipulada
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2 comentarios:
Estos casos me recuerdan al que ocurrió hace años con el jugador de fútbol Christian Karembeu. Fue víctima de una provocación premeditada que buscaba una agresión. Todo un montaje para poder tener algo de qué hablar.
En fin, ese es el mundo que nos toca, en el que la prensa del corazón es la que vende.
Está claro. Ahora y desde hace unos años es la época del "falso corassón".
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