jueves, 31 de enero de 2008

Taller: El dardo en la palabra de Lázaro Carreter

Bernardo Rechea Bernal ha recopilado en el Recetario de El dardo de la palabra, los errores que destacaba Fernando Lázaro Carreter en sus artículos de EL PAÍS sobre el uso del lenguaje en la prensa, más tarde recogidos en dos libros. Rechea Bernal los ha clasificado en tres tipos: errores totales, errores parciales y abusos.

Algunos de estos artículos, con los que se puede aprender muchísimo, se conservan aquí para su lectura. En cuanto los libros, las ediciones más recientes son éstas:


Título: El dardo en la palabra
ISBN: 9788497592802
Colección: BEST SELLER DEBOLSILLO
Editorial: DEBOLSILLO
Año de edición: 2003
Nº páginas: 768



Título: El nuevo dardo en la palabra
ISBN: 9788466369541
Editorial: PUNTO DE LECTURA
Año de edición: 2007
Nº páginas: 307

miércoles, 30 de enero de 2008

Charla en torno a La mágica pelliza de Carlos Marx, de Rafael Raya

Sin duda, el título de esta novela, la última publicación del escritor Rafael Raya Rasero, resulta llamativo por la mezcla de un término tan castizo como "pelliza" y con el nombre de Marx. Se establece un vínculo extraño que solo puede entenderse leyendo la obra. Sobre esto estuvimos dialogando ayer con el autor, en la librería Casa del Libro de Sevilla, el escritor peruano Fernando Iwasaki y yo.


Tanto Fernando como Rafael son hijos adoptivos de Sevilla. Uno procede de Lima y el otro de Montilla, que es, a su vez, uno de los vínculos entre ambos, pues Iwasaki ha estudiado meticulosamente la historia de Montilla, en particular los siglos XVI y XVII.

La conversación con ellos y con el público resultó muy entretenida. Fernando Iwasaki me pareció una persona inteligente y atenta (me agradó su fuerte apretón de manos, acogedor y afectuoso). Fue una pena que no pudiera quedarse al término del acto para continuar la interesante charla que habíamos mantenido. No obstante, antes de su marcha le pedí un favor. No podía faltar su dedicatoria en mi ejemplar de Neguijón, una novela divertida y crítica que recomiendo leer. Espero que volvamos a encontrarnos para hablar tranquilamente.

lunes, 28 de enero de 2008

Colaboraciones: Mala suerte, de Cristina Monteoliva

Un día, Cristina entró tímidamente en mi trayectoria como escritor. Creo recordar que fue por correo y que me conoció a través de mi web. A partir de ahí, hemos mantenido el contacto, que se ha reforzado desde que yo descubrí su blog, El viaje imaginario, y ella el mío. Gracias a este medio, intercambiamos impresiones e ideas.

Como compartimos intereses en cuanto a la literatura y ella también hace sus pinitos escribiendo, le pedí una aportación para mi rinconcito en la red. Finalmente, eligió este relato, publicado el 17 de agosto en el periódico Ideal de Granada. Fue uno de los treinta finalistas de entre todos los cuentos presentados al certamen que el diario organiza todos los veranos. Más tarde, se editó un libro con los cuentos seleccionados. Así que os recomiendo que la sigáis de cerca, porque solo acaba de empezar a cosechar éxitos literarios.

Mala suerte

Está amaneciendo y un molesto rayo de Sol penetra en mi celda para arrancarme de mi profundo sueño. Me levanto, estiro las extremidades inferiores, luego las superiores y, tras dos minutos, ya estoy de nuevo tumbada, vencida por el aburrimiento. Todo indica que será otro largo día más en prisión.

No hace mucho me trajeron un vecino de celda. Es un tipo extraño: baja estatura, pelo marrón, ojos grandes, duerme casi todo el día y las noches se las pasa brincando de un lado a otro. No hay mucha diferencia entre tenerle cerca o no, pues habla en una lengua que desconozco. De todas formas, me parece un ser demasiado soso para mi gusto. Ojalá tuviera a alguien interesante con quien mantener una buena conversación.

El patio es grande y está lleno de chismes inútiles. Cuando me sueltan allí sólo pienso en correr y saltar los obstáculos, en ejercitar mis músculos para que no se atrofien, puesto que en la celda no puedo moverme mucho. Pero mis carceleros no suelen dejarme en paz: en cuanto me descuido, me agarran y me abrazan, como si fuera una hermana, una amiga o un antiguo amor de instituto. Yo no sufro del síndrome de Estocolmo, y nunca aprendí a disimular; así que jamás podré corresponder a tan efusivas y extrañas muestras de cariño. Ya que me quieren tanto, ¿por qué no me dejan libre? ¿Por qué quieren tenerme encerrada por toda la eternidad? Definitivamente, hay amores que asfixian por egoístas.

Todas las veces que he intentado huir, me han echado los perros. Aunque me he vuelto más habilidosa con el tiempo, ellos siempre terminan atrapándome... no sin antes llevarse un buen arañazo o algún que otro mordisco de mi parte, por supuesto. Son grandes, pero no me asustan. En cambio, sé que, por la forma en la que me miran, ellos han empezado a temerme. ¿No es curioso?

Admito que hay algo que me gusta: la comida. Al principio pensé que nunca podría adaptarme a una dieta vegetariana estricta, pero lo cierto es que no tardé mucho en cogerle el gusto. Además, y como no hay muchos pasatiempos con los que entretenerse en este lugar, me paso el día intentando adivinar a qué hora me la traerán, si tocarán zanahorias o lechuga, si incluirán algún trozo de pan en el plato... Generalmente, suelo perder: acertar es tan probable como ganar la lotería.

A veces, como hoy, ni siquiera la comida me sirve de aliciente. Me encuentro francamente desanimada y me quedo todo el día acostada, viendo las horas pasar, preguntándome cuándo acabará esta pesadilla, cuando volveré a la gran bóveda blanca... Si tan sólo pudiera dar marcha atrás en el tiempo...

Era mi primera vez y estaba desorientada, no era consciente de la importancia de mis decisiones. Debí hacerle caso al tipo de la cola, aquel que me advirtió del riesgo que corría al dejar que los señores de la bata blanca y los instrumentos mágicos eligieran por mí. Pero estoy escarmentada: ésta es la última vez que dejo que me reencarnen en una maldita coneja enana de color blanco.

domingo, 27 de enero de 2008

Los padrinos de Irene

Desde el 6 de enero, Irene tiene padrinos oficialmente. Son sus titos Pilar, madre de su prima Pilarcita y hermana de su madre, y Francisco Luis, hermano de su padre. Ambos están muy contentos con la misión que les ha tocado desempeñar. En particular, el Padrino, ese personaje que ha aparecido por aquí en alguna ocasión intentando ocultar su identidad, ha querido manifestar sus impresiones de la siguiente manera:

IRENE
[...] Hoy quiero hablar de mi sobrina. Irene. Ella aún no ha nacido, pero ya me ha robado un trozo de mi corazón. Aún falta algo más de un mes para su llegada, pero su tito la espera con los brazos abiertos. La verdad es que estoy muy emocionado. Y muy feliz. Me parece mentira cuando me doy cuenta lo que Irene es capaz de mover en este mundo. Sobre todo en los que estamos más próximos a sus papás y a ella misma.

El pasado día de Reyes, 6 de enero, mi hermano y mi cuñada me hicieron el mejor de los regalos. Me anunciaron que habían decidido otorgarme el privilegio y el orgullo de ser el padrino de esta criaturita. No sé si fui capaz de expresarles toda mi gratitud, pero espero que fuesen capaces de interpretar mi cara de satisfacción y alegría y mis ojos humedecidos y brillantes. Me hace muchísima ilusión. Seré el padrino de Irene. Ya me imagino bañando a esta pequeñaja o cambiándole algún que otro pañal. Ya me la imagino mirándome, sonriendo mientras le hago una payasada.

La cunita de Irene

Hace unos días estuve en casa de los papás. Les eché una mano en el acondicionamiento del dormitorio de Irene. Color en las paredes, cenefa infantil, pegatinas con motivos de Disney... movimiento de muebles... montaje de cuna... cambio de cortinas... peluches... y ya está. Irene ya tiene su dormitorio preparado. Pasé todo el día allí, y no sé cuantas veces me asomé al dormitorio de Irene durante la tarde. Solo falta ella. Me acercaba a la cuna y veía esa misma imagen que encabeza esta parrafada: Una cuna llena de vida y color. Cuanto te quiero Irene y todavía no te conozco. Que ganas tengo de que llegues.

Originalmente apareció en el fotolog de Muri.

jueves, 24 de enero de 2008

Crónica de la presentación en Librería Beta Imperial

El pasado sábado 19 de enero se celebró una nueva presentación de Ladrones de Atlántida con gran éxito de público. Carlos Sanjosé, representando a la Editorial C&M, y el célebre escritor Rafael Marín, como presentador, me acompañaban en la mesa de la Sala Vázquez. Podéis leer un resumen del acto en mi web. También tenéis reseñas en los blogs Historias de un marvelita y la Larga espera. Gracias.

miércoles, 23 de enero de 2008

domingo, 20 de enero de 2008

Colaboraciones: La quima, de José Carlos Somoza

Como ya he contado en alguna ocasión, conocí a José Carlos Somoza de la manera más común: en una firma de libros. Fue en Barcelona, el Día del Libro y de Sant Jordi de hace dos años. Me hice con un ejemplar de ZigZag y José Carlos estampó su dedicatoria en el mismo. Desde entonces, gracias al tiempo y al esfuerzo que dedica al foro de su web, atendiendo a todos sus lectores y seguidores, he podido mantener fácilmente el contacto con él. Se ha labrado entre nosotros una especie de amistad (yo diría que una amistad en toda regla), pese a que no hemos vuelto a coincidir en persona.

J. C. Somoza a punto de dedicarme el libro

Hace unos días le pedí una contribución para esta sección y, con la celeridad y la cortesía que son habituales en él, José Carlos me respondió enviándome La quima, un relato breve que se ha publicado recientemente dentro de la antología Fantasmas de papel. Como todo lo escrito por José Carlos, merece la pena que lo conozcáis.

La quima

La historia de la quima me la contó mi abuelo. No es bueno -decía- ponerse a mirar el cielo durante mucho tiempo, porque puedes ver una quima, y ay de ti si eso sucede. ¿Y qué es una quima?, preguntaba yo. Pues un pájaro, pero más veloz. Como una paloma, pero más blanca. Tan blanca que te hiere los ojos y te hace verlo todo gris: la nieve, las nubes de verano, los rayos de la luna, el alabastro, la piel de los muertos, el papel sobre el que escribo..., hasta las sagradas formas (y aquí mi abuelo se santiguaba), que Dios me perdone. Cuando ves una quima, ya no hay remedio: todo lo que miras después se vuelve gris.

Ya soy viejo y no creo en las quimas. Pero acabo de recordar algo.

Era una niña. Nunca supe su nombre. Tenía el pelo color almiar. La vi por primera vez en la iglesia, durante mi primera comunión. Tan embobado quedé al verla que un compañero decidió empujarme para que avanzara hacia el altar. Ella pertenecía a otro colegio, y después de la comunión se marchó. Yo no tardé en olvidarla.

Hasta hoy.

La memoria de los viejos es rara. Desde hace tiempo me obsesiona esa pregunta que todos nos hacemos alguna vez: si he sido feliz, o lo soy, o puedo esperar serlo. He concluido que un matrimonio, un trabajo, unos hijos, una jubilación y una viudez apacible no me permiten quejarme: puede decirse que he sido razonablemente dichoso durante mis sesenta y nueve años de vida. Pero a saber por qué hoy, de improviso, mientras me afeitaba, me ha dado por acordarme de esa niña; de lo despacio que caminaba al ir a comulgar, con la cabeza erguida y la sonrisa pendiente del rostro como una fruta del árbol; de su vestido blanco, tan blanco que me hería los ojos, y del susurro de la tela al moverse, como un suave batir de alas...

viernes, 18 de enero de 2008

ScifiWorld Magazine: Nuestros autores III


JOSE CARLOS SOMOZA ES EL AUTOR DE MODA, QUE HA REVOLUCIONADO EL GALLINERO CON SUS LIBROS DE CIENCIA FICCIÓN Y TERROR. TODO UN REFERENTE A TENER EN CUENTA Y QUE HA COSECHADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS LEGIONES DE SEGUIDORES.

Conocer a un escritor en una firma de libros no es nada original. Pero se trata de un acto efímero que puede dar pie a plantear una relación más duradera. A mí me ha ocurrido con varios escritores. Aprovechando el lapso de tiempo que utilizan para redactar la dedicatoria de rigor, he intercambiado con ellos impresiones muy interesantes. Unos eran escritores noveles casi anónimos o, al contrario, autores consagrados; otros eran superventas de actitud humilde que contaban sus experiencias; incluso algunos, a pesar de su celebridad, hablaban con desaliento de la dura carrera de escribir.


Continúa aquí.

Nueva presentación en Sevilla

Ladrones de Atlántida empieza el año con energía. La novela será presentada en la sede de Librerías Beta, en el antiguo Teatro Imperial, de la mano de uno de los escritores más célebres del panorama actual, Rafael Marín, autor de novelas como Lágrimas de luz y Juglar (con esta última ganó el Premio Ignotus 2007 a la mejor novela de literatura fantástica en español).

Fecha: Sábado, 19 de enero de 2008.
Hora: 12:30.
Lugar: Librería Beta, C/ Sierpes nº 25.
Presenta: Rafael Marín.

¡Os espero mañana!

jueves, 17 de enero de 2008

Taller: Para escribir mejor

Aunque las cosas poco habituales, como la literatura fractal, resultan muy interesantes y conviene destacarlas, para conocer técnicas y propuestas vanguardistas, también debemos centrarnos en los recursos más convencionales.

Gracias esta vez a mi amiga Cristina Monteoliva, a la que conocí casi por casualidad hace algún tiempo por medio de este maravilloso e inabarcable mundo electrónico, he podido llegar hasta páginas en las que personas preocupadas por la literatura y la escritura se esfuerzan en intentar ayudar a los demás y proporcionarles herramientas y ejemplos para el buen uso del lenguaje.

Algunas son muy útiles. Es el caso de Cómo escribir correctamente, de Santiago Moro, que se centra en las reglas de ortografía, puntuación y gramática. Como él mismo defiende en uno de sus artículos, "hay dos poderosas razones para intentar escribir correctamente:

- Evitar, en la medida de lo posible que se interprete erróneamente aquello que queremos decir. Una buena parte de ello se consigue con una buena redacción, el resto depende, principalmente, de la utilización de los signos de puntuación. Existen mil ejemplos de frases que adquieren distintos significados según se coloque una coma en un lugar o en otro.

- Bino hel habad kon huna zesta yena de uebos... Es exagerado, pero, ¿a que te ha costado leerlo más de lo habitual? La repetición de faltas de ortografía, además de dar una pésima imagen, impide a nuestro cerebro interpretar con fluidez lo que está leyendo, por lo que nuestro lector perdería la concentración y el texto le parecería un auténtico tostón."

Se trata de una recopilación de reglas muy completa. Tanto es así que el autor ha publicado un libro recogiendo todo el contenido del blog.

martes, 15 de enero de 2008

Reflexiones de un ególatra: La metamorfosis del parto

Ahora que estoy empezando a asistir, en compañía de mi mujer, a los cursos de preparación al parto, surge una cuestión que no paran de plantear las matronas y los agentes comerciales de marcas de pañales que nos introducen en el mundo de los neonatos: ¿Tenéis miedo? Afortunadamente, puedo decir que no estoy especialmente nervioso por el inminente nacimiento de mi hija Irene, o eso creo. Tal vez se deba en parte a que los preparativos para recibir al bebé se aceleran y me veo mental y físicamente involucrado en ellos, por lo que, emocionalmente, mi organismo es incapaz de formular una sensación permanente similar a la ansiedad.

En realidad, lo que más me inquieta es la transformación que sufre el cuerpo de la mujer que se encuentra en estado. Hasta el momento, el vientre de mi mujer ha cobrado un aspecto muy hermoso, conforme iba ganando volumen. Resulta sorprendente hasta qué extremos de redondez es capaz de estirarse la piel y la musculatura. Al contrario, dentro de unos meses habrá vuelto a la normalidad y apenas se notará el trance por el que ha pasado. Como ya he dicho antes, todo esto es asombroso y muy bonito.

Pero, ¿qué ocurrirá durante el parto? Solo hay una circunstancia en la que me pueden obligar a salir del paritorio o me impedirán acompañar a mi mujer en el proceso: que se practique la operación a la que Julio César dio nombre. Suponiendo que todo siga su curso natural, estaré a la cabecera del lecho donde yazca mi mujer, proporcionándole aliento y dedicándole palabras agradables. Probablemente, no me mueva de ahí, para no molestar a los profesionales en su trabajo y también porque no sé si podría resistir la impresión que debe de causar el momento crucial. Indudablemente, tiene que ser un instante bellísimo e inolvidable. Pero, tal vez por mi mentalidad tecnocientífica, algunos detalles de la biología humana me parecen incomprensibles. Eso de las contracciones y las dilataciones parece algo tan violento y doloroso cuando lo cuentan... ¡Qué tremenda metamorfosis experimenta el cuerpo femenino! Posiblemente, la explosión de hormonas a la que se ven sometidas las chicas les ayude, pero, sinceramente, no me veo en su papel.

A decir verdad, no les envidio. Es decir, el embarazo y el hecho de dar a luz una criatura viva me parece algo indescriptible y maravilloso que debe despertar sensaciones únicas en quienes lo experimentan. Pero estoy disfrutando tanto de todo el proceso desde mi posición como padre que nunca he deseado sentirlo desde la otra parte. Aunque no puedo comparar, para mí ha resultado muy emocionante poner a prueba la inteligencia de mi hija nonata y jugar con ella a través de la piel de mi mujer, haciendo que responda a mis golpecitos. Por otro lado, al padre le tocan otras tareas. Alguien tiene que mover muebles, montar la cuna, reorganizar habitaciones y pintar paredes, pues a la mujer se lo impide su delicado estado. El padre ejerce como protector práctico, disimulando su vulnerabilidad. Así que cada cual ocupa su sitio en la evolución.

Dentro de poco podré dar la bienvenida a Irene y seré más feliz aún.

lunes, 14 de enero de 2008

Colaboraciones: Viento, viento, de Francisco Javier Illán Vivas

Francisco Javier Illán Vivas nació en Molina de Segura, España (1958). Es diplomado en Criminología y actualmente ejerce como vicepresidente de Azahar Media, que edita VegamediaPRESS y su sitio digital: vegamediapress.com. Es poeta, pero también contador de historias. Nuestros caminos se cruzaron hace dos años debido a su novela La Maldición, primera entrega de La cólera de Nébulos (2004), y a la afición que compartimos por la literatura fantástica. Esta relación se ha vuelto más intensa en los últimos meses, porque hemos empezado a coincidir en más sitios (virtualmente hablando).


Ha publicado también Con paso lento, Nausícaä (2003), Dulce Amargor, Ayuntamiento de Molina de Segura (2005), y Crepusculario, J.I.-VMPress (2007). En 2007 se le incluyó en la antología II Jornadas de poesía sobre el Segura, editado por la Asociación Cultural Pueblo y Arte, de Cieza (Murcia). Sus relatos y cuentos han aparecido publicados en diferentes antologías -La casa de mi madre está incluido en Con la pluma a cuestas: catorce escritores desde La Rioja, Dossoles (2004); La estatua del santo en Cuentos, Ayuntamiento de Molina de Segura (2006)-, y en diferentes revistas en papel, entre ellas Ágora, papeles de arte gramático. En internet sus poemas y relatos han aparecido publicados en Revista Literaria Baquiana, en Estrellas Poéticas, en Revista Literaria Remolinos y en Revista destiempos. Hace poco, le pedí un texto para esta sección y Francisco Javier seleccionó con tal motivo este relato:

Viento, viento

Que no está muerto lo que yace eternamente,
y con el paso de los evos, aún la muerte puede morir
.
H.P. Lovecraft


Lo primero que recuerdo es el viento, como si alguien se hubiese dedicado a sembrar el viento de las futuras tempestades. No sé por qué, es un misterio insondable. Pero incluso en el delirio debe tener un motivo. El viento gemía en todas direcciones, e inyectaba en mi cerebro, a través de los castigados oídos, ecos de voces sepulcrales. Ruidos sordos, cuyo origen no conseguía reconocer. Voces que ululaban en mis oídos, en un tormentoso cóctel cacofónico, que me llevó a preguntarme si tendría protervia, e, inocente de mí, me contesté que no.

Cierto era que me sentía abstruso, que esos extraños ruidos sordos sonaban con cierta asiduidad en mi mente, convertida en las últimas fechas en un caótico remolino. Los compañeros del trabajo, todos, insistían en que debía tomarme unas vacaciones, que estaba estresado y otros epítetos que gratuitamente se atrevían a regalarme, como si yo necesitase que los demás se metieran a ingenieros de mi bóveda craneana, auténtico cóctel de sensaciones inextricables.

¿Pero cómo iba a tomar vacaciones en un momento como aquel, donde mi responsabilidad- ¿quién inventó esta tosca palabra?- me exigía estar al frente de los acontecimientos que estabamos viviendo?

El horrísono me acompañó con su alucinante voz desde Murcia a Molina de Segura, no recuerdo ni tan siquiera conducir, pero no era la primera vez que esa circunstancia se producía. Estaba viviendo días aciagos, de sensaciones tan frías como témpanos, a pesar de que yo sudaba continuamente. ¡Qué agrestes recodos, que sinuosos caminos escogía mi cerebro para atormentarme!

Inevitablemente tuve que llegar y aparcar el vehículo. Subí la empinada calle y entré en casa. ¡Qué amargo momento cuando introduje la llave en la cerradura! Escuché el silencio de la inmensidad, aquel sonido ruidoso de los espacios gigantescos, era como si yo hubiese encogido o la casa crecido a tamaños desproporcionados. Todo era gigante para mi embotado cerebro, avancé hasta el salón y con gran esfuerzo conseguí sentarme en el sofá.

La ventana quedaba a mi izquierda.

Entonces me di cuenta que estaba aterido de frío. Nuevamente se agudizó la insufrible ansiedad que me abrumaba el alma. Sentí como si el corazón se me corrompiese en apestosos abismos.

Aquello fue apareciendo ante mí y materializándose, ocupando el lugar de la mesacamilla. Al principio era un diminuto punto flotando en el ambiente, ante mí. Con los ojos inyectados en sangre, hubiese matado a quien jugaba con mi destino y me llevaba a aquella insufrible agonía, a aquel dolor que se iba apoderando de mis sentidos, de mi entendimiento, que me arrancaba las pocas ganas de vivir que tenía. Odiaba. Odiaba todo cuanto me rodeaba, odiaba la ropa, odiaba el sofá, la ventana, la habitación, la casa, y conforme ese encono iba creciendo en mi alma, el punto flotante aumentaba de tamaño, fijo siempre a la altura de mis ojos, ennegreciendo lo poco que podía ver.

¿Qué era aquello, el Espejo Último o la Puerta de la Verdad o el Arco del Silencio?. ¡Y el viento! ¿De dónde salía aquel viento? Viento que gemía, trayendo los ya odiosos ecos de voces blasfemantes, voces que ululaban en mi conciencia, que se convirtieron en tambores, tambores que empujaban al silencio, acercándose a cada golpe, retumbando mis tímpanos hasta casi hacerlos estallar.

¡Y todo se iba volviendo negro! El círculo ante mis ojos tenía ya más de un metro de diámetro, y seguía creciendo. Sé que tenía frío, pero sudaba, y mi sudor era hediondo como un albañal. Me temblaban las manos, que seguían aferradas a mis rodillas como garras que las veía a una pasmosa distancia, la magia o lo que fuese deformó mi mente, y tuve la sensación de perder el equilibrio. Se me cerraron los ojos, ¿o ya los tenía cerrados? y sentí que caía inconsciente al suelo tras intentar agarrarme a cualquier cosa.

El círculo abarcaba todo cuanto podía ver. Una bostezante negrura de la cual ya no podía asegurar dónde estaba su centro, perdí la perspectiva. Sé que hubo un instante en que un rayo de luz cruzó por delante de mis ojos, entre aquella puerta y yo, como una centella, como un cometa sideral que intentó rescatarme, pero nada podía sacarme del lugar donde me encontraba.

Las voces me llamaban, pero yo no veía nada. Estaban allí, delante de mis ojos, quejidos, ayes, cacofonía, horrísonos como llamando.

Me dije a mi mismo que debería escudriñar la oscuridad y vi unos ojos tan fríos como el hielo. Avancé, avancé, sabiendo que la muerte me esperaba con los brazos abiertos. Sabía que si continuaba en esa dirección iba a morir.

Inesperadamente surgieron unas manos, ¡Dios!, las más abominables de las manos, que con una velocidad desconocida entre los vivos, me cogieron y sentí, más que el movimiento físico de las aborrecibles manos, como si me absorbieran.

¡Y el dolor!

Nunca he sufrido tanto como en aquellos abominables días. Lo primero que vi fue una garra de huesos que aferraba un punzón, y con la furia del horror me lo clavó en el ojo derecho. Después una mano con miles de verrugas, queloides, protuberancias, se acercó hasta mi ensangrentado rostro, desde donde descendió hasta el pecho. Me atravesó carne y huesos, y con un deleite de espantosa lentitud, me arrancó el corazón, aplastándolo entre sus dedos ante mi cara, escurriendo la vida que en él quedara. Me mordieron, me rajaron, hurgaron en mis entrañas, me despellejaron, me arrancaron el otro ojo con el punzón para provocarme el mayor sufrimiento posible; alguien o algo me arrancó los dientes uno a uno mientras me retorcía los testículos con un hierro candente. Temblé, salté, corrí escapando de aquella hoguera de dolor, pero me volvían a coger y estrujarme, recreándose en quemarme cada átomo de mi cuerpo, y para hacer más insufrible el padecimiento, nunca se acababan los dientes, ni los ojos, ni los testículos, ni las tiras de mi piel, ni los huesos que roer con dientes astillados.

Grité, grité, grité hasta que volví a sentir el viento, el viento.

Cuando ya el miedo me había corroído la razón, supe que durante tres días no moví ni un músculo, que permanecí sentado en el sofá en la misma posición en la que me dejé caer cuando llegué. Y la gran mayoría de las abominables sensaciones que viví las he olvidado, por que sufrí un miedo demasiado oscuro y misterioso como para que mi cerebro sea capaz de aceptarlo.

© Francisco Javier Illán Vivas

domingo, 13 de enero de 2008

El escritorio: Los diez mandamientos de los libros

Para Irene y Pilarcita

-Escuchadme las dos.

Irene y Pilarcita le miraron atentamente, interrumpiendo sus juegos. Estaban en el despacho, rodeados de estantes llenos de libros. Irene invitó a su padre a hablar dirigiéndole una mirada inquieta.

-¿Sí, papá? –le apremió. Su prima Pilar no estaba menos impaciente.

-Os voy a contar cómo debéis tratar un libro –dijo el joven, sentado en una silla, con varios volúmenes en el regazo-:
» 1) No debéis garabatear en los libros, para que sus hojas permanezcan tal como salieron de la imprenta, lo más limpias posible.
» 2) No comáis ni bebáis sobre ellas, para evitar que se manchen.
» 3) Tened cuidado de no doblar sus hojas.
» 4) Evitad siempre que podáis que se caigan o reciban golpes y, desde luego, nunca los tiréis al suelo, para que no se arañen sus tapas, ni se deteriore el canto de las hojas ni se arruguen los lomos.
» 5) Pasad las páginas con delicadeza, para que no se rompan, siempre tirando de ellas suavemente por las esquinas.
» 6) Nunca los pongáis cerca de algo que pueda dañarlos, como el fuego o el agua.
» 7) Dadle un lugar adecuado, pues los libros adornan con sabiduría los hogares y en su interior siempre guardan algo que podréis aprender.
» 8) Recordad siempre que los libros son como fieles amigos y por eso debéis respetarlos y protegerlos.
» 9) Leedlos, porque los libros, mediante la lectura, os proporcionarán el arma más valiosa que tenemos: el buen uso de la palabra.
» 10) Y, sobre todo, sobre todo, disfrutad leyéndolos, desde el principio hasta el fin, tomando notas de lo que más os guste si es necesario.

-Pero, papá –replicó Irene frunciendo el entrecejo, una vez que su padre había terminado el discurso-, tú a veces escribes en los libros.

Le miró acusadoramente como si le dijera “que yo te he visto” y aquello fuera la más terrible contradicción.

-Es verdad. Hay excepciones, Irene –respondió su padre, sonriente-. Cuando un libro te gusta tanto, tanto, tanto como para apuntar muchas cosas y poderlas encontrar después con facilidad, una forma de destacar todo lo que te ha llamado la atención es haciendo alguna marca con un lápiz. Yo prefiero utilizar puntos en el margen, pero hay quien subraya los renglones. Eso depende de cada uno.

-Tito, tito –exclamó Pilarcita tirándole de la manga de la camisa-, yo siempre te veo con un libro en todas partes. ¿Así no se te puede estropear?

-Tienes razón, pero procuro cuidarlos. Lo principal es disfrutar con ellos, viajar con ellos, experimentar con ellos. Por eso, a mí siempre me acompaña alguno. ¿Alguna pregunta más?

-¿Se pueden comer galletas de chocolate mientras lees? –volvió a intervenir Pilar, como si lo que planteaba fuera inevitable-. Es que a mí me gustan mucho…

-Claro que sí, pero intenta que las migas no caigan sobre las páginas. Y ahora –añadió, al tiempo que elegía dos de los libros que tenía entre las manos-, tomad. Vuestro primer libro de verdad. Ya sabéis lo que tenéis que hacer con ellos.

Eran dos antologías de cuentos ilustrados, hermosamente encuadernados, de tapa dura y papel grueso. Las dos pequeñas, que estaban aprendiendo a leer, los contemplaron con mucha ilusión. Pero no comprenderían el significado completo del regalo hasta varios años después.

viernes, 11 de enero de 2008

Taller: La Wikilengua

Los internautas ya disponíamos desde hace tiempo de varias herramientas esenciales para poder hacer consultas ante las dudas que surgen mientras escribimos. La ortografía y la gramática pueden jugar malas pasadas cuando se suman a la memoria perdida.

Pero ahí estaban para echarnos una mano el Diccionario de la Lengua Española (vigésima segunda edición), el Diccionario Panhispánico de Dudas (primera edición) y otras utilidades bastante interesantes en la web de la Real Academia Española. O la Fundación del Español Urgente (Fundéu), "una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo colaborar con el buen uso del idioma español, especialmente en los medios de comunicación, cuya influencia en el desarrollo de nuestra lengua es cada vez mayor".


Precisamente, la Fundéu presentó ayer oficialmente en la Casa de América de Madrid la Wikilengua, "un sitio abierto y participativo sobre las dudas prácticas del castellano y un medio para reflejar la diversidad de una lengua hablada por cientos de millones de personas". Consta de varias secciones: gramática, ortografía, nombres propios y léxico. También permite, a los usuarios registrados, hacer aportaciones que un equipo de expertos lingüistas revisan antes de su aceptación.

Me parece un paso importante, sobre todo por el hecho de que se le ha dado peso oficialmente, en público. La Fundéu ya contaba con una base de datos importante y hacía una excelente labor, pero resultaba poco conocida para los usuarios de la red hasta ahora. Por otra parte, la RAE sigue reaccionando con cierta lentitud aún frente a la evolución del idioma.

jueves, 10 de enero de 2008

ScifiWorld Magazine: Decepciones de un aficionado


DECEPCIONES QUE, ÚLTIMAMENTE, TE DEJAN UN SABOR AMARGO EN LA BOCA. ÓJALA LOS TIEMPOS CAMBIEN, PERO QUIZÁS EN LOS LIBROS ESTÉ NUESTRA ESPERANZA.

Hace unos días encontré una receta genial para sorprender a mis invitados en casa con un plato navideño especial. Presumo de ser una persona práctica y por eso decidí ofrecerles otra cosa más sencilla cuando tropecé con un problema insalvable. Entre los ingredientes que debía utilizar se encontraban las frambuesas y las grosellas. Algo tan fácil de encontrar en cualquier supermercado de Londres, un puñado de frambuesas y grosellas, me resultó imposible de localizar ni siquiera en la tienda más selecta de mi ciudad. Era realmente frustrante, sobre todo porque sabía que las frambuesas y las grosellas que podría comprar con tanta facilidad en Londres se importan de España. Paradójico, ¿verdad?


Continúa aquí.

Colaboraciones: Una historia descubierta, de Mª Carmen Ramírez Torres

Mª Carmen es una de esas personas que ha hecho caso a mi reclamo y me ha ofrecido una de sus obras para participar en esta sección de colaboraciones. Al parecer, oyó mi nombre hace poco, en la mesa redonda celebrada en la Feria del Libro del Aljarafe a la que no pude asistir. Y alguien (no sé qué pajarito) le habló de mi forma de escribir. Algún que otro paseo entre blog y blog, entre enlace y enlace, la condujo hasta este rinconcito. Naturalmente, la invito a quedarse si se siente cómoda y prometo visitarla.

De hecho, en su blog, Pasado, futuro y sueños, Mª Carmen nos cuenta cuentos, entre otras cosas. Pero lo que más me gusta es que, cuando consultas su perfil, descubres que se reconoce firmemente como escritora.

Hoy tenemos una pequeña muestra de su talento. Al leerla, me imagino a Mª Carmen siendo protagonista del relato que ha escrito mientras lo escribía.

Una historia descubierta

La niña se sentó delante del ordenador. No sabía qué historia iba a escribir, solo tenía en mente una cosa: dejar que sus dedos pulsaran las teclas y permitir a la historia salir sin poner barrera alguna. No pensó, no corrigió, no hizo nada más que dejarse llevar. Llevar por una historia que pudo ser real, que pudo existir en algún lugar del inmenso mundo que la rodeaba, que pudo haber sucedido en algún momento de la vida ya vivida del viejo mundo. Una historia perdida en la memoria, olvidada por todos, desconocida por muchos… una historia incierta, inventada, no vivida, no creída… una historia, que un hada le sopló mientras dormía.

Escribió sin poner límites, y la más hermosa historia salió en la pantalla de su ordenador. La más hermosa historia jamás inventada. La historia de una vida que en el olvido cayó por culpa del destino y del incomprendido amor que pudo ser y no fue. Una historia que se hizo real, mientras escribía sin poner control.



Mª Carmen Ramírez Torres

miércoles, 9 de enero de 2008

Colaboraciones: Minicuentos de Alfredo Álamo

Alfredo Álamo es un autor valenciano dedicado de lleno a la literatura fantástica. Lleva tiempo deleitándonos con sus poemas absurdos (dicho así por él mismo, que conste), sus relatos siniestros (le encanta el terror, el de verdad) y sus minicuentos irreverentes (tan asombrosos como los de Max Aub). Con algunos de ellos ha logrado varios galardones, como algún que otro Ignotus de la AEFCFT.

Le conocí hace dos años, durante la HispaCon 2006 que se celebró en Dos Hermanas, Sevilla. Desde entonces mantenemos contacto a través de la Red (internet, vamos). Podéis seguir sus desvaríos, logros y fracasos en su blog, Los monstruos felices. Ah, no os perdáis la simpática tira cómica que guioniza, La Legión del Espacio, de la que hace poco Grupo AJEC ha publicado un tomo recopilatorio.

De la obra Miniloquios y Cementerios, Alfredo ha extraído los siguientes minicuentos para cedérmelos en esta colaboración:

La hija del embalsamador nunca había usado maquillaje hasta aquella noche.

—Dime, ¿cómo es el más allá? —preguntó desconsolada la viuda, arrojada sobre la lápida de su difunto marido.
—Sabe a pollo —contestó alguien desde la tumba

Los duendes hambrientos esperaron su momento agazapados bajo la cama. Cuando ella despertó, estaba sola. Otra vez.

—Bonito abrigo de piel, Caperucita —dijo el leñador, guiñándole el ojo a la joven niña.
Claro que eso fue antes de la siguiente luna llena.

—Está menos frío de lo que esperaba —dijo la muchacha, separando sus labios de los del cadáver.
—Entonces, servirá —concluyó su padre, bajándole los pantalones.

El líquido de embalsamar no sabe a caramelo.


De Minicuentos navideños ha seleccionado los siguientes para incluirlos también aquí:

Los reyes magos encontraron al mesías reencarnado. Gaspar lo asfixió con una almohada mientras los otros dos vigilaban. Dos mil años de maldición eran más que suficiente.

Al niño malo le volvieron a traer un saquito de carbón. Por fin tuvo suficiente como para prender fuego a la casa.

La niña dejó entre las manos de su difunto padre una serpentina de colores. Horas más tarde, a seis pies bajo tierra, alguien murió atragantado entre sonoros pitidos.

-¿No la escuchan? ¡Está ahí! -dijo el enfebrecido asesino, levantando la tabla del suelo que ocultaba, a los ojos de los policías, la ensangrentada campana que el viejo Klaus utilizaba para atraer a los niños.

martes, 8 de enero de 2008

Taller: Literatura fractal


Entre el concepto matemático y la literatura, se encuentra la literatura fractal, como nos descubre Pablo Paniagua en su blog, Palabras fractales. Él mismo la define en otra de sus páginas web y muestra algunos ejemplos para ilustrar el concepto. Naturalmente, por mis estudios y mi vocación de escritor, me sentí tremendamente atraído por todo esto cuando lo descubrí, hace unos meses.

Un fractal es un sistema complejo que se multiplica hacia el infinito a partir de sí mismo o, como afirma Wikipedia, "es un objeto geométrico cuya estructura básica se repite en diferentes escalas". Según Paniagua, "la literatura fractal sería aquella que multiplica los signos lingüísticos, dentro de un orden sintáctico, como si se tratase de un juego de espejos que busca en esa repetición, en ese juego, una dinámica dentro de lo infinito, de lo laberíntico o lo circular, o, dicho de una manera más sencilla, la literatura fractal es aquélla donde se multiplican por sí mismos los elementos que la componen".

Alberto Viñuela propone diferentes maneras para lograr este objetivo mediante, por ejemplo, la tautología (repetición de un mismo pensamiento dicho de distintas maneras), las historias cíclicas (que empiezan y terminan, tras su desarrollo, con un concepto similar que une el principio y el final), o las "cajas chinas y cajas chinas cíclicas" (historias que contienen a otra historia y a su vez a otra historia). Dos escritores cuyas obras podrían encuadrarse perfectamente en esta definición son Franz Kafka y Jorge Luis Borges, aunque cuando las escribieron aún no existía el concepto de "fractal".

viernes, 4 de enero de 2008

ScifiWorld Magazine: En el rincón más inesperado, la fantasía


NUEVA YORK, PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX, UNA GRAN CIUDAD QUE ESTÁ ENTRANDO DE LLENO EN LA MODERNIDAD. EN ESOS AÑOS SE SUCEDE ENTRE LA ALTA SOCIEDAD UNA SERIE DE ASESINATOS Y DE ESCÁNDALOS SEXUALES. PERO LA MODERNIDAD DE NUEVA YORK TAMBIÉN ES EL INTERÉS QUE DESPIERTAN LAS NUEVAS IDEAS. EL 29 DE AGOSTO DE 1909 LLEGA SIGMUND FREUD, Y ESA MISMA NOCHE ENCUENTRAN EL CADÁVER DE UNA JOVEN, VÍCTIMA QUIZÁ DE UN JUEGO SEXUAL QUE REBASÓ TODO LÍMITE. O TAL VEZ SEA LA OBRA DE UN SÁDICO ASESINO EN SERIE, PORQUE AL DÍA SIGUIENTE OTRA RICA HEREDERA, NORA ACTON, CONSIGUE ESCAPAR A UN ATAQUE DEL QUE PARECE SER EL MISMO ASESINO. NORA TIENE LAS CLAVES PARA DESCUBRIR AL ASESINO, PERO HA PERDIDO LA VOZ Y SUFRE AMNESIA. EL DOCTOR STRATHAM YOUNGER PSICOANALIZA A NORA PARA QUE PUE-DA RECORDAR, Y ES EL PROPIO FREUD QUIEN SUPERVISA LAS SESIONES. PERO ¿QUÉ LE SUCEDIÓ A FREUD EN NUEVA YORK? ¿A QUÉ ATAQUES Y CONSPIRACIONES TUVO QUE ENFRENTARSE QUE NUNCA MÁS VOLVIÓ A LOS ESTADOS UNIDOS? UN LIBRO QUE HA SIDO UN EXTRAORDINARIO BESTSELLER EN EL MUNDO ANGLOSAJÓN Y HA OBTENIDO TAMBIÉN CRÍTICAS MUY ENTUSIASTAS.

Con el tiempo he aprendido la lección. Como me han decepcionado tanto, sobre todo en los últimos años, no soy proclive a comprar libros de actualidad. Cuando digo "de actualidad", me refiero naturalmente a los famosos superventas. No obstante, hay ocasiones en que el sello editorial que respalda un título o el argumento que parece haber detrás lo hacen suficientemente atractivos. Por esos motivos, acabé leyendo "La interpretación del asesinato", de Jed Rubenfeld.


Continúa aquí.

miércoles, 2 de enero de 2008

La biblioteca: Recuento de libros leídos en 2007

Además de presentar la relación de libros que he leído durante el año 2007, los he clasificado para dar mi impresión general de los mismos. Para ello utilizo la siguiente notación:

Muy recomendable, imprescindible = *****
Excelente, recomendable = ****
Me ha gustado = ***
Me quedé como estaba = **
No me ha gustado nada = *

1 ) Londres, de Virginia Woolf ***
2 ) Kim, de Rudyard Kipling **
3 ) Tom Sawyer en el extranjero, de Mark Twain ***
4 ) Leviatán, de Paul Auster ***
5 ) Winny de Puh, de A. A. Milne *****
6 ) Tom Sawyer detective, de Mark Twain ***
7 ) El rincón de Puh, de A. A. Milne ****
8 ) Huck Finn y Tom Sawyer entre los indios, de Mark Twain ***
9 ) Poemas a Iberoamérica, de María del Águila Boge ***
10 ) La conspiración de Tom Sawyer, de Mark Twain ****
11 ) Ivanhoe, de Walter Scott **
12 ) Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift *****
13 ) Pickwick, Alicia y Holmes al otro lado del espejo (Tres pastiches victorianos), de Santiago Rodríguez Santerbás ***
14 ) Los crímenes de Oxford, de Guillermo Martínez ***
15 ) Por si amanece... (Cantos de guerra), de Luis Alberto Ambroggio ***
16 ) Un mundo de figuras imposibles, de Bruno Ernst ***
17 ) Laberintos de humo, de Luis Alberto Ambroggio **
18 ) Puck de la colina de Pook, de Rudyard Kipling **
19 ) Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi ***
20 ) Secuestrado, de Robert Louis Stevenson ****
21 ) La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades ***
22 ) Lágrimas de luz, de Rafael Marín ****
23 ) La ciudad de los libros soñadores, de Walter Moers *****
24 ) 6, de Daniel Mares ***
25 ) Cuentos de la colina de Watership, de Richard Adams ****
26 ) Estado crepuscular, de Javier Negrete ***
27 ) El libro de los amores ridículos, de Milan Kundera ***
28 ) Un capitán de quince años, de Jules Verne **
29 ) Ilusiones ópticas, de Bruno Ernst ****
30 ) Malditas matemáticas. Alicia en el País de los Números, de Carlo Frabetti ****
31 ) La noche roja, de León Arsenal ***
32 ) El Anacronópete, de Enrique Gaspar **
33 ) Poemas de Amor y Vida, de Luis Alberto Ambroggio ***
34 ) Opiniones de un payaso, de Heinrich Böll **
35 ) Matilda, de Roald Dahl ****
36 ) Monteluz, de Manuel Pimentel **
37 ) El fin de la eternidad, de Isaac Asimov *****
38 ) Antología del centenario, de Luis Cernuda ***
39 ) La dama número trece, de José Carlos Somoza ****
40 ) El desván de los cuervos solitarios, de El Círculo de los Escritores Errantes ***
41 ) El libro de la risa y el olvido, de Milan Kundera ***
42 ) Noches en la isla, de Robert Louis Stevenson ***
43 ) Ensayo sobre la lucidez, de José Saramago **
44 ) La ignorancia, de Milan Kundera ***
45 ) El cuento número trece, de Diane Setterfield **
46 ) La isla del Dr. Moreau, de H. G. Wells ***
47 ) Juglar, de Rafael Marín ****
48 ) El túnel, de Ernesto Sábato ***
49 ) Visiones 1997, VV.AA. ****
50 ) Oliver Twist, de Charles Dickens ***
51 ) Mi primer viaje a USA, de Carmen Laforet ***
52 ) La caverna de las ideas, de José Carlos Somoza *****
53 ) Los sicarios de Dios, de Ángel Torres Quesada ***
54 ) El señor de las moscas, de William Golding ***
55 ) Dualidad del mar y él, de María del Águila Boge ***
56 ) Voz profunda, amarga y dulcísima, de María del Águila Boge ***
57 ) El misterio de la Casa Aranda, de Jerónimo Tristante ***
58 ) Cuentos de la Cábila, de Antonio Pereira ****
59 ) Rihla, de Juan Miguel Aguilera ****
60 ) El otro barrio, de Elvira Lindo **
61 ) Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons ****
62 ) Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza **
63 ) La palabra escrita, de Mercedes Salisachs ***
64 ) Alejandro Magno y las águilas de Roma, de Javier Negrete ****
65 ) La Isis dorada, de Jorge Magano ***
66 ) Gaudí, una novela, de Mario Lacruz ***
67 ) Los mil errores más comunes del lenguaje, de Carlos Sobera ***
68 ) Los santos inocentes, de Miguel Delibes ****
69 ) En tiempos de prodigios, de Marta Rivera de la Cruz ***
70 ) El jardinero fiel, de Clarissa Pinkola Estés ***
71 ) Guardianes del tiempo, de Poul Anderson ***
72 ) La vuelta al mundo de la nao Victoria, varios autores ****
73 ) El nuevo dardo en la palabra, de Fernando Lázaro Carreter ***
74 ) Hyperion, de Dan Simmons ****
75 ) José, de Armando Palacio Valdés ***
76 ) La ciudad de las puertas de oro, de José Rubio y José Miguel Cuesta ***
77 ) El fin de la Atlántida, de J. V. Luce ***
78 ) Consejos del pediatra, de Dr. J. Mateu Sancho ***
79 ) Manual de instrucciones del bebé, de Louis y Joe Borgenicht ***
80 ) El árbol de los cuentos, de Eva Pérez ****
81 ) El centauro de piedra, de Rafael Marín ****
82 ) Viaje sentimental por Inglaterra, de Antonio Rivero Taravillo ***
83 ) El secreto de la Atlántida, de Clive Cussler **
84 ) Fantástica televisión, de Alfonso Merelo ***
85 ) La nave, de Tomás Salvador ****
86 ) Gringo viejo, de Carlos Fuentes *
87 ) Viaje fantástico del Gran Piscátor de Salamanca, de Diego de Torres Villarroel **
88 ) Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo ****
89 ) Spiderman (El superhéroe en nuestro reflejo), de Rafael Marín ***
90 ) Crímenes ejemplares, de Max Aub ***
91 ) La Suma Medicina o Piedra Filosofal, de Diego de Torres Villarroel **
92 ) Elemental, querido Chaplin, de Rafael Marín ****
93 ) Everwhon, de Samuel Butler ***
94 ) Cuentos breves para leer en el bus, varios autores ***
95 ) Magnífica víbora de las formas, de Juan Antonio Fernández Madrigal **
96 ) La marea del despertar, de Roberto Malo ***
97 ) Esperando la marea, de Joaquín Revuelta ****
98 ) Deuda pendiente, de Vicente Quijano **
99 ) La mágica pelliza de Carlos Marx, de Rafael Raya ***
100 ) El libro negro, de Orhan Pamuk *
101 ) En busca del arca perdida, de Campbell Black ****
102 ) La interpretación del asesinato, de Jed Rubenfeld ***
103 ) Londres, de Henry James ***
104 ) Juventud, de Joseph Conrad ***
105 ) La posada de las dos brujas, de Joseph Conrad ***

martes, 1 de enero de 2008

¡Feliz Año Nuevo, Irene!

Despedimos el año 2007 saludando a Irene, con ayuda de la doctora que atiende a Mª Carmen habitualmente. Ya pesa un kilo y medio y sigue creciendo y moviéndose. Parece que el concierto de Año Nuevo le ha gustado, sobre todo los sonidos de mayor estruendo del Danubio Azul.

Feliz Año Nuevo, Irene. Este es tu año.