viernes, 26 de febrero de 2010

III Concurso de Lemas de Dos Hermanas, Sevilla (España)


Ya estamos organizando el V Encuentro de Literatura Fantástica, y, como ocurrió en las dos últimas ediciones, no solo queremos que vengas, sino que además participes activamente desde el principio. Por eso, volvemos a convocar un concurso con el objeto de proponer un lema para el V Encuentro de Literatura Fantástica.

Recordamos que la primera edición se tituló Crónicas de lo imaginario, la segunda Caminantes de otros mundos, la tercera Al otro lado del espejo y la cuarta De ficciones y otros mundos. Este año se elegirá de nuevo el lema entre todos los que envíe el público.

Las bases, publicadas a 19 de febrero de 2010, son las siguientes:

1) Cada participante sólo puede enviar un lema.

2) Cada participante propondrá a la organización el lema que haya elegido enviando un mensaje de correo a biblioteca@doshermanas.es con el asunto "Concurso de lemas para el V Encuentro", en el que incluirá su nombre completo, una dirección de correo electrónico a la que se pueda responder y el código postal de la localidad donde reside.

3) El lema debe constar de cinco palabras como máximo.

4) El lema ha de ser suficientemente significativo y estar relacionado con la literatura fantástica, en general, y con la creatividad en particular.

5) Se seleccionarán tres lemas entre todos los enviados: un ganador y dos finalistas.

6) El jurado del concurso puede declarar desierto el premio, pero se entregará un lote de libros a los autores de los tres lemas que se consideren más próximos a los criterios buscados.

7) Para participar en el concurso no es necesario inscribirse en el V Encuentro (puede participar cualquiera que lo desee), pero para la entrega de los lotes de libros, que se realizará durante el V Encuentro, los finalistas deben asistir al evento. Los autores de los tres lemas seleccionados no tendrán que abonar la inscripción.

8) El plazo de entrega concluirá el 23 de abril de 2010. El fallo será el 14 de mayo de 2010, se comunicará a los agraciados y se hará público a través de internet.

9) El ganador accederá a que la organización reconozca públicamente la autoría del lema y divulgue su nombre. Conservará los derechos intelectuales sobre el lema, pero renunciará a reclamar cualquier tipo de compensación por la utilización del lema por parte de las administraciones del Ayuntamiento de Dos Hermanas y por tiempo indefinido en cualquier mención presente o futura al V Encuentro. El uso que se hará del lema será meramente conmemorativo, sin afán de lucro.

10) La participación en este concurso implica la aceptación de todas las bases.

Promueve el evento la Concejalía de Juventud y Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas, Sevilla.

Más información aquí.

martes, 23 de febrero de 2010

Reflexiones de un ególatra: El espectáculo contra la vida

Vivimos un espectáculo continuo, que no cesa. Desde hace años. Dicen que lo inventó en España, importado de otras televisiones, el conocido Pepe Navarro. Más bien lo acusan de ello, quienes también viven y respiran del mismo negocio.

Hace tiempo que apenas veo la televisión. Es posible que intente seguir alguna serie, siempre que tenga la suerte de que la vean conmigo unos cuantos millones más de espectadores antes de que se suspenda la emisión. También suelo ver algún noticiero, algún programa de viajes. O grabo alguna película para poderla ver más tarde sin anuncios (SGAE, digas lo que digas, esto no es pirateo, sobre todo si luego borro lo grabado).

Pero no soporto las burlas, los insultos, las obscenidades que llenan nuestros ojos y nuestros oídos continuamente (afortunadamente, aún nos quedan otros sentidos para percibir la realidad y distinguirla de esta ilusión), todos los días, en programas cada vez más vacíos de contenido y menos originales, teatros de la vida en los que cualquiera se cree actor improvisado y se disfraza de payaso.

No dejo de preguntarme, a menudo, ¿es esto lo que queremos? ¿Es esto lo que nos merecemos?

sábado, 20 de febrero de 2010

Reflexiones sobre Avatar

James Cameron, uno de los magos del cine, de esos directores que mejor sabe gestionar y amortizar la realización de sus películas, no pensó muy bien el título de su última obra. Avatar es, en los buscadores de internet, una referencia frecuente de una conocida serie manga y resulta difícil encontrar alusiones interesantes a la película sin relacionar su título con el nombre de Pandora o el mismo Cameron.

Frente a sus tres horas de duración, mi valoración de Avatar va a ser muy escueta: se me pasó el tiempo volando mientras la veía y resultó un auténtico espectáculo visual, uno de los mejores que he presenciado en mi vida hasta ahora. La representación de la luna Pandora resulta abrumadora. Me dejé impresionar por las maravillas paisajísticas de ese mundo tan semejante a lo que una vez pudo ser la Tierra. Su fauna y su flora atraviesan los ojos y suscitan todo tipo de emociones.

En cambio, me gustaría plantear algunas cuestiones sobre las que he estado pensando después de ver la película. Me gustaría que aquellos que lean este artículo dejen sus opiniones al respecto, pues seguramente cambiaría mi forma de ver determinados aspectos.

- Hay ciertos anacronismos casi imperceptibles para el espectador en la historia que nos cuenta Avatar. Algunos detalles resultan muy llamativos dentro de un relato de ciencia ficción. Sorprende que la Humanidad haya sido capaz de llegar hasta otro sistema solar, muy lejano, y haya construido una enorme mina en la superficie de una luna desconocida, pero utilice armamento convencional y máquinas de demolición para ahuyentar a las fieras y a los indígenas de Pandora. El llamado Flujo burla una y otra vez los sofisticados sistemas de comunicaciones de los humanos, que no son capaces de lanzar un solo misil teledirigido a larga distancia, aunque la tecnología se encuentra suficientemente avanzada como para fusionar las mentes de dos seres orgánicos de distinta naturaleza.

Por otra parte, falta que se haga alguna mención a las utilidades del valioso mineral que extraen del suelo de Pandora. Me extrañó mucho que, aparentemente, no se le hubiera encontrado aplicación bélica o dentro del arsenal que emplean los marines, con el juego que daba esa roca flotante, pero sí que se había invertido una millonada en investigación y en la fabricación de los avatares. Puede que hacer dicha mención hubiera sonado como un plagio de los planteamientos que se hacen en La casta de los Metabarones.

- ¿Por qué todas las criaturas de cierta envergadura que habitan en Pandora tienen cuatro extremidades anteriores y fosas nasales en el tórax excepto los Na'vi, cuyo aspecto es completamente humanoide?

- Es curioso que el Flujo solo interfiere en la tecnología según conveniencias del guión, porque, sin embargo, durante la batalla final, los protagonistas del bando Na'vi se comunican sin problemas entre ellos, la comunicación por radio entre las naves parece discurrir con normalidad y el sistema de conexión con los avatares no sufre interrupciones en ningún momento. Se puede intuir que el Flujo es consecuencia del fuerte campo electromagnético que mantiene suspendidas en el cielo las montañas flotantes, compuestas por el extraño Inobtanio, un superconductor a temperatura ambiente.

- La epidermis azul de los Na'vi y la asfixia de los humanos cuando se ven sometidos a la atmósfera de Pandora me hace intuir que el componente principal del aire que respiran las criaturas de ese mundo es el dióxido de carbono. Creo que no se da ninguna explicación científica en la película, pero lo que vi me resultó familiar porque coincidía con mis hipótesis para los seres de la Casta Azul de Ladrones de Atlántida.

- ¿Existe alguna referencia anterior, ya sea en películas o libros, del "Vínculo" utilizado por Cameron? Personalmente, me parece la idea más original de la historia, el hecho de que los seres de Pandora puedan establecer un nexo entre ellos a través de esos pequeños tentáculos que parecen cables de fibra óptica.

Los más curiosos podéis echar un vistazo a HOW MUCH REAL SCIENCE IS IN AVATAR?, un breve repaso a lo que puede haber de verdad o de mentira en lo que se nos muestra en la película.

jueves, 18 de febrero de 2010

Todo empezó en Lepanto

La estela del Dragón narra la historia de un egipcio llamado Zeid y se centra en las experiencias vividas por él y los amigos que le acompañan durante el conflicto entre españoles e ingleses.

El enfrentamiento directo entre ambas naciones, que parece desproporcionado debido a la magnitud que ha alcanzado el imperio de la monarquía hispánica, queda reflejado en la batalla que se produjo en el Canal de La Mancha, cuando la Gran Armada navegaba con la intención de invadir y conquistar Inglaterra. Pero la aventura de los personajes comienza en la batalla de Lepanto.


Si queréis saber qué le pasó a Zeid en Lepanto, leed el primer capítulo de la primera parte del libro. Espero que os anime a seguir conociendo sus hazañas.

martes, 16 de febrero de 2010

Colaboraciones: El secreto del idioma más hablado del mundo, de Macarena Márquez

Un buen día, Macarena y yo nos convertimos en vecinos. Vivíamos con nuestras respectivas familias en el mismo edificio, la torre que se levanta desde hace varios lustros en medio del Paseo de Zorrilla, junto a El Corte Inglés, justo donde antes estaba el antiguo estadio de fútbol de Valladolid. Creo que nos encontramos en el ascensor y ella ya había oído que yo también escribía. Desde aquel momento, empezamos a hablar de literatura y a concertar citas con los amigos de la AEN.

Macarena, su hija y su marido son de esas personas a las que echamos de menos desde que regresamos a Sevilla. Madrileña hasta la médula, cambió de aires siguiendo los impulsos del destino, que no los propios. Probablemente algún día tenga que propiciar otro vuelco en su vida. Es un espíritu inquieto, que describe pasajes autobiográficos para ilustrar de emociones y sentimientos sus relatos. Eso mismo es lo que ocurre con 37 minutos en el atasco, obra llena de sensaciones y recuerdos.


Los libros suelen forjar amistades duraderas, como viene demostrando el catálogo de autores que están pasando últimamente por este blog. Aunque no nos veamos, seguiremos en contacto, indudablemente, y deseándonos lo mejor, tanto en lo personal como en lo profesional y lo literario.

Macarena me ha enviado esta reflexión, una rebeldía sincera hacia una de esas cosas inevitable de nuestro mundo. Disfrutad leyendo El secreto del idioma más hablado del mundo.

Jamás había comprendido el motivo por el cual el idioma de una sola isla se había convertido en el idioma de todo el planeta. Sí. Me estoy refiriendo exactamente a la lengua inglesa.

Desde que era niña me había rebelado contra esta apabullante certeza alrededor de la cual no hacía más que dar molinetes en busca de una explicación. Con los años aprendí inglés. Hice el esfuerzo de hablarlo. Puse todo mi oído en pronunciarlo. Mi voluntad en amarlo. No cejando en mi obstinación, estudié Antropología. Después cursé una licenciatura en Historia. Y me doctoré en Filología.

Ninguna de estas cosas fue suficiente. No conseguí averiguar en donde estribaba el éxito de la lengua inglesa.

La antropología no me aportó datos relevantes sobre las diferencias entre una lengua y otra. La Historia no consiguió explicar el auge de la lengua inglesa, ni siquiera a partir de la expansión del Imperio británico en su época más colonialista. Pero es que un doctorado en Filología inglesa por la Universidad de Cambridge tampoco logró acercarme a una verdad, que no por cierta, guardaba alguna lógica.

No obstante, desde siempre había adorado los viajes a Inglaterra. Me gustaban sus monótonos paisajes, sus matizados cielos, la ausencia de temperaturas extremas. La estancia en Cambridge cuando todavía era una doctoranda, colmó mi necesidad de perspectivas interminables y de horizontes amplios. No así, mi necesidad de saber la razón por la cual el idioma de una isla era hablado por el mundo entero.

No había transcurrido un año desde que finalizara mis estudios, cuando fui convocada por la Universidad en que me había doctorado para dar unas conferencias sobre el idioma inglés y su uso. Estaba acostumbrada a dar conferencias, pero ésta concreta, en la vetusta Universidad en la que tanto había aprendido, me llenaba de orgullo.

Fue una radiante tarde de fines de Marzo. Me encontraba en la estación de tren de Alta Velocidad de la ciudad de Valladolid. Esperaba salir hacia Madrid, en donde tomaría un avión rumbo a Londres. De repente, un hilo de voz femenino perfectamente timbrado reclamó toda mi atención. Era una voz bien empastada que como si estuviera declamando, traducía al inglés todas las informaciones que previamente se emitían en español.

La voz, en su más que correcto inglés, se iba haciendo con todo el vestíbulo de la estación y conmigo. Me llamaba. Reclamaba toda mi atención como si fuera una sinfonía. Ni las noticias de las dos de la tarde de la BBC radiaban con una pronunciación tan agraciada.

Miré alrededor. No había ni un solo inglés en el gran vestíbulo. Pero es que por si fuera poco, no había un solo extranjero.

Entonces ¿a quién le hablaba la voz?

El tren llegó. Nada más poner el pie en la estación de Chamartín, volví a escuchar la voz. Cambiaban los mensajes. Pero era la misma pronunciación exquisita en un idioma extraño. Había extranjeros. Claro. Pero la mayoría hispanohablantes. Si acaso algún ruso.

Entonces volví a preguntarme ¿A quién le habla la voz?

El avión salió. Al cabo de una hora aterrizó en el aeropuerto de Heathrow y yo partí rumbo al hotel. Hasta el día siguiente no tendría que dar mi conferencia en Cambridge.

El hotel era de una cadena española. Me gustaba ir allí cuando iba a Londres porque estaba muy céntrico, era muy tranquilo y contaba con salas comunes silenciosas en donde era posible abstraerse. También porque el servicio de restaurante era de los mejores de la ciudad.

Entré en la recepción. El hotel estaba atestado. Toda la gente que deambulaba por la gran sala era hispanohablante. La mayoría españoles, pero también había algún argentino, una familia dominicana, un cubano. Incluso unos recién casados que decían ser de Venezuela. Me acerqué al mostrador. Como siempre hago cuando llego a ese hotel, fui a identificarme. En inglés. Ni por asomo se me había ocurrido jamás que, ya que se trataba de un hotel y que encima era de una cadena española, deberían hablar varios idiomas.

Pero siempre hay una primera vez.

—Buenos días. Tengo reservada una habitación a nombre de Amanda González —le dije al recepcionista.

—I’m sorry, Miss Gonzalez, but I don’t speak Spanish. Only in English, please.

O lo que es lo mismo: “Lo siento, señorita González, pero no hablo español. Sólo en inglés, por favor”.

De repente me di cuenta de que no iba a hablar en inglés. Que al menos él iba a intentar entenderme en mi propio idioma. Aunque solo fuera ya por una cuestión de cortesía, la “polite” inglesa, ese término que tan pronto te enseñan cuando aprendes su idioma.

Fue inútil. El recepcionista no hizo por entenderme. Ni por signos.

Derrotada tuve que hablarle en inglés.

Cuando volví a mi estación de AVE preferida, que es la estación del Norte de la ciudad de Valladolid, volví a reencontrarme con esa voz hablando en la lengua universal. Sus uves perfectamente pronunciadas, la suavidad al enlazar unas sílabas con otras, ese arrullo idiomático, el dominio al articular las palatales… Todas estas cosas me invitaron a escuchar como siempre lo había hecho. Es más, me hacían sentir como de vacaciones. En un país que no era el mío.

En un momento de clarividencia entendí lo que ni tres carreras universitarias me habían enseñando. La voz emitiendo se había hecho con todo el vestíbulo. Entonces caí en la cuenta de que igualmente había sucedido con el idioma de una sola isla, que se había hecho con el gran vestíbulo del mundo.

¿El secreto?

Los ingleses jamás han aprendido otro idioma que no sea el suyo.

Macarena Márquez

jueves, 11 de febrero de 2010

Letras regaladas para aquellos que quieren soñar

A iniciativa de Silvia Ochoa, a quien podéis encontrar en El rincón literario de Soadelf, varios autores han aportado sus creaciones, su ilusión y su esfuerzo para la confección de este libro solidario, una selección de relatos reunidos con la finalidad de ayudar a las víctimas del terremoto de Haití. Mi contribución se titula El constructor de cometas, un relato sobre personas que nunca pierden la esperanza y apenas ven su propia desdicha.

Todos los beneficios obtenidos descargas, ventas o donaciones serán entregados a la Cruz Roja. Porque no podemos olvidarlo ni dejar de aportar nuestra colaboración mientras haya personas que lo necesiten.


Si estáis interesados en colaborar, podéis hacerlo en esta página.

domingo, 7 de febrero de 2010

Dos años

Irene ha cumplido dos años. Cuántas cosas han cambiado durante estos últimos meses. Cuando Irene cumplió un año, compramos la piscina de bolas para que jugara, la misma en la que ayer estuvo jugando con su prima, difrutando probablemente el doble, pues ya es mucho más consciente de lo que significa moverse con libertad y de lo que implica cada movimiento que hace y cada objeto que encuentra a su alrededor.

Irene se hace mayor. Ha superado los dos años, una edad crítica en su crecimiento, con una salud estupenda y más felicidad cada día que pasa. Hace un año empezaba a repetir palabras y a llamar las cosas por su nombre, tímidamente. Ahora mantiene conversaciones; aunque aún no entendemos la mitad de lo que dice, todo lo que dice tiene sentido. Nos sigue sorprendiendo su gran capacidad de observación y sus dotes para la imitación, tanto verbal como corporal.

Ayer celebramos juntos el cumpleaños de Irene y de su madre. El mayor regalo de Irene fue ver en casa a toda la familia, a la que tanto quiere: sus abuelitos, sus titos, sus primos y sus papás. Se paseaba por el salón emocionada. Tanta excitación la trastornó hasta el punto de que se desorientaba y no encontraba a su prima Pilar, que estaba apenas a unos pasos, justo donde la había dejado unos segundos antes. Terminó agotada, pero muy feliz. Precisamente esto ha sido un cambio fundamental en nuestra vida, poder compartir todo con los demás, con nuestros seres queridos.

Esta mañana, nos está pidiendo que volvamos a maquillarla, porque el día de ayer terminó entre caras pintadas y máscaras. Naturalmente, Irene quiere que la fiesta siga.

jueves, 4 de febrero de 2010

La estela del Dragón muy pronto en las librerías

Ya está en la imprenta. En unas semanas estará en las librerías.


Siglo XVI. La Monarquía Hispánica se encuentra en su máximo apogeo, a punto de consolidar su hegemonía sobre el mundo conocido. Pero Felipe II se enfrenta a varios conflictos simultáneamente. Por un lado, mantiene con dificultad el equilibrio frente a la expansión otomana. Otras naciones, que son el germen de futuros imperios, le disputan el poder. Finalmente, al no lograr la anexión de Inglaterra, Felipe II termina convenciéndose de que el siguiente paso es la invasión de la isla, lo que conducirá a uno de los enfrentamientos navales más controvertidos de la historia.

En este escenario, Zeid ibn Lokma, un egipcio veterano de Lepanto que sirve fielmente a la Sublime Puerta y a su gobernador en El Cairo, propone emprender una incursión en el núcleo de las tropas inglesas para aprender de sus avances tecnológicos en el terreno militar y poder aplicarlos contra los cristianos. En realidad, se trata de una misión que encubre otro objetivo: la búsqueda de un antiguo y enigmático objeto del tiempo de los antiguos faraones que podría ser el arma definitiva. Pese a su madurez y su experiencia, Zeid es incapaz de prever los acontecimientos que están a punto de producirse: en 1588, la guerra abierta entre ambas naciones estalla mientras Zeid está cumpliendo su arriesgada misión en la costa inglesa.

Publicada por De Librum Tremens.

martes, 2 de febrero de 2010

Colaboraciones: Horrible crimen conventual, de Ignacio Pérez González

Hace unos meses, en Amigos literarios, os hablé de la Asociación de Escritores Noveles y de Ignacio Pérez González, ganador con Valle de pámpanos del Primer Premio de Narrativa de AEN de Castilla y León. Fue un encuentro fugaz en el que pudimos intercambiar algunas impresiones y un poco de historia propia. Desde entonces, hemos cruzado varios correos electrónicos, manteniendo el vínculo que comenzó entonces, entre copas y pinchos.

Nacho es vallisoletano, pero reside en Santander. Ahora que he regresado a Sevilla, será más difícil que nuestros caminos se crucen de nuevo. Pero en el mundo de los libros nunca se sabe. Y, gracias a los informáticos y a la NASA, tenemos internet para comunicarnos.

Este artículo es fruto de uno de esos mensajes escritos en la Red. Cuando le pedí uno de sus textos, Nacho respondió inmediatamente enviándome Horrible crimen conventual, este sorprendente minicuento (como él lo ha llamado) que podéis leer a continuación.

El comisario se inclinó sobre el cadáver de la monja para apreciar de cerca los estragos que había hecho en el rostro la piedra ensangrentada que había a su lado. No pudo evitar un gesto de repugnancia al descubrir el amasijo de huesos y carne en que se había transformado la pálida faz de la hermana, cuyo cuerpo yacía en blanca petrificación junto al ala norte del claustro, bajo los capiteles de motivos florales.

Movió la cabeza negativamente, perplejo, casi sin respiración y se volvió hacia el sargento para decir:

—¿Cómo es posible un asesinato así, en este lugar y de esta forma? ¡No lo entiendo! ¿Cuál es el móvil del criminal, eh, qué móvil puede tener el que haya hecho esto, eh? ¿Usted lo sabe?

—Creo que aquí dentro no se puede usar ese tipo de teléfono, comisario —fue la repuesta del sargento, que se encontró con la mirada espantada de su superior, con su boca abierta, con una risa que arrancó despacio para acabar desbordándose en una carcajada inmensa, demencial, que creó ecos por todos los fríos corredores del convento y levantó bandadas de gorriones de los tejados románicos, mientras decenas de ojillos tímidos e inocentes se removían en la oscuridad de las arcadas y se oía el roce de los hábitos al santiguarse una y otra vez.


Ignacio Pérez González