martes, 30 de septiembre de 2008

Literatura por placer

Nunca mejor dicho. Literatura por puro placer. Ese era el objeto de las I Jornadas celebradas el pasado fin de semana en Madrid, por iniciativa de los miembros del foro ¡¡Ábrete, libro!! Han sido algunas personas en concreto quienes han llevado a buen fin la organización del evento, pero no hubieran sido posibles sin la colaboración de cada uno de los asistentes (hasta un total de ochenta), todos ellos atraídos por los libros, por la conversación sobre libros, por los autores de libros y por los amigos que puedes encontrar en torno a los libros.

Una de las cosas más sorprendentes de estas I Jornadas (se llamaron así porque no deben ser las únicas) seguramente fue que, a veces entre el público y otras en el escenario del salón donde se desarrollaron las actividades, el número de autores invitados superaba la veintena entre consagrados y noveles, la gran mayoría pertenecientes al foro. Indudablemente, es una señal de que se puede conseguir mucho desde internet y de que esta institución virtual ha conseguido llegar a muchos corazones.

Las I Jornadas empezaron el viernes por la tarde, con un delicioso cóctel de bienvenida en la azotea de La Casa Encendida. El tiempo de Madrid era apacible y resultaba muy agradable conversar al aire libre con los amigos, reencontrarse con conocidos o conocer a los que hasta entonces eran nombres sin rostro. Tantos éramos que no fue posible hablar con todos.

Tras este fenomenal recibimiento, nos esperaba un sábado intenso. La mesa redonda sobre novela histórica, con los escritores Olalla García y José Guadalajara, fue interesantísima. La que siguió sobre terror había generado grandes expectativas debido a la asistencia de José Carlos Somoza, acompañado de Ralph Barby; Somoza se entregó como un experto orador, conciso y sincero. Después de la ruta literaria por la ciudad acerca de la novela La Isis dorada de Jorge Magano y el obligado almuerzo, continuamos la tarde con una charla entre editores, agentes literarios, escritores noveles y libreros, que no alcanzó grandes conclusiones pero provocó la participación excitada del público. El día terminó con un rato dedicado a las firmas de libros por parte de todos los escritores que habíamos acudido al encuentro.

Mi amiga Sara (gracias por la foto) con Somoza. ¡Atentos al libro que lleva José Carlos bajo el brazo!

Temprano por la mañana, muchos escucharon con resaca y sueño el intercambio de impresiones sobre la literatura infantil y juvenil de quienes protagonizábamos la primera actividad del domingo: Javier Márquez, Pepe Carrasco y yo. A continuación y para terminar, nos entretuvieron entre bromas y anécdotas Jerónimo Tristante y Jorge Magano, hablando sobre el género de misterio.

Un momento de la mesa redonda sobre literatura infantil y juvenil

Hay que agradecer la amenidad que consiguieron los distintos moderadores de estas mesas, a los que no he nombrado porque (aún) no son personajes públicos como los escritores que presentaban. Tampoco podemos olvidar la colaboración de las editoriales Maeva, Pamé y Delibrum Tremens, cuyos libros nos hicieron tan felices (se obsequiaron novelas publicadas por los citados editores) ni los medios y recursos que puso La Casa Encendida.

En fin, fueron dos días emocionantes que me gustaría repetir. ¡Para el año que viene mesa redonda de literatura fantástica! Cómo no, Irene fue una de las estrellas del momento, todo hay que decirlo. Pero, además, yo me traje varias buenas noticias a casa. Una de ellas es que ya he firmado un nuevo contrato de edición y en los próximos días se lanzará al mercado mi siguiente novela.

Más información en Canal literatura.

Nos vemos al otro lado del espejo


Hace unos días nos lo pasamos estupendamente en las I Jornadas ¡¡Ábrete, libro!! (en cuanto pueda hago una breve crónica, pero podéis leer las impresiones de los participantes en el propio foro literario que ha promovido los actos) y este próximo viernes se inaugurará, con una conferencia de José Carlos Somoza, el III Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, bajo el lema Al otro lado del espejo. Allí estaré, conociendo a nuevos escritores y lectores, conversando de literatura y de lo que se tercie con los asistentes.

Me veréis en la mesa redonda sobre técnicas de escritor con Rafael Marín, Javier Márquez y José Carlos Somoza y, más tarde, presentando a Nerea Riesco. Además de los citados, entre los invitados tendremos a Enrique Jiménez Corominas, Joan Manuel Gisbert, José María Carrasco y Santiago García-Clairac.

Las actividades se desarrollarán en el Centro Cultural "la Almona", en la calle Real Utrera nº 3, de Dos Hermanas (muy cerca de la Biblioteca), los días 3 y 4 de octubre. El cartel se ha preparado a partir de una hermosa ilustración cedida generosamente por Enrique Jiménez Corominas para la ocasión.


Cabe destacar que, asistiendo al evento, se pueden obtener créditos de libre configuración convalidados por la Universidad Pablo de Olavide, y que habrá actividades paralelas, como el II Taller de introducción a la ilustración fantástica, de la mano del mismo Enrique Jiménez Corominas.



Allí nos veremos.

Más información en la web de la Biblioteca Pública Municipal de Dos Hermanas.

lunes, 29 de septiembre de 2008

¡Se acabó!, de J. E. Álamo

Esta mañana he leído un artículo de opinión del amigo J. E. Álamo, en su blog, y me gustaría compartir su lectura con vosotros, previa autorización del autor, porque me parece una reflexión muy común entre los que escribimos, expresada con bastante naturalidad, claridad y sinceridad.

Escribir es un ejercicio de creatividad y, al hacerlo, uno disfruta pariendo mundos, personajes y argumentos sobre los que ejercer su casi divina voluntad. Y cuando culmina el proceso, el único sentimiento que debería embargar al autor es el de la satisfacción mezclado con una sensación de melancolía al dejar atrás el mundo creado. Y es así, pero me temo que intervienen otras sensaciones quizás no tan placenteras, aunque dan mayor enjundia al proceso de escribir.

Escribir es un parto, al principio cuando la idea nos embaraza, la sensación de felicidad nos domina por completo. El germen de una idea ha calado en nuestro interior y ahora sólo hay que esperar a que tome forma. Los primeros meses son bastante placenteros, sentimos como la idea crece en nuestro interior, va tomando forma y hasta nos permitimos imaginar cuál será su futuro una vez vea la luz. El problema sobreviene en los últimos meses de gestación, cuando comenzamos a sentirnos pesados, torpes y lastrados. No es que reneguemos de nuestra creación, nada más lejos, es sencillamente que estamos deseando que se produzca el parto de una vez por todas. Lo malo es que también tememos ese momento, es cuando nos planteamos las preguntas y las dudas; ¿Saldrá bien? ¿Será lo que yo esperaba? No vamos a quererle menos, salga como salga, y esto lo digo en serio. Tengo un par de novelas escritas que dudo jamás vean la luz, pero las tengo guardadas y las aprecio como cualquiera de las cosas que haya podido publicar. Pero claro, uno escribe para ser leído no para meter su obra en un cajón. A fin de cuentas, escribir es comunicarse no entablar un soliloquio.

Volvamos al parto, que me he desviado. Es un momento doloroso, no hay epidural para el escritor. Y hay miedo, ¿lo habré conseguido? Ese es un dictamen que se pronuncia a través de los demás. Yo personalmente, cuando leo lo que acabo de escribir, me siento muy crítico y normalmente sudo y me angustio a causa de la incertidumbre. Entonces intervienen mis sufridos primeros lectores, sobre todo Silvia, mi mujer. Cuando mis primeros críticos emiten su opinión, sé si he acertado o no. Si lo he hecho, un brindis, enviar al editor y esperar. Si es al contrario...

Lado Extraño está culminado, apenas le queda una revisión y entonces... Ya os contaré si hay brindis o no.

J. E. Álamo

domingo, 21 de septiembre de 2008

Las jornadas de ¡¡Ábrete, libro!! ya están aquí


En unos días, estaremos en Madrid, compartiendo ratos de charla con un montón de amigos del foro literario más dicharachero de internet y con algunos escritores de renombre actual o inminente: José Carlos Somoza, Jero Tristante, Jorge Magano, Pepe Carrasco, Javier Márquez, Javier Oliva, ... Dos de ellos incluso nos llevarán de ruta por la ciudad, para visitar en persona los rincones a los que nos transportaron en sus novelas.

Allí nos veremos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

El escritorio: Cambios

Al final, ocurrió. Era el fin del mundo conocido. Siempre fui algo escéptico al respecto. Quizá por eso, cuando sucedió, se dibujó una tímida sonrisa en mis labios, como si no terminara de creérmelo. Me enteré en la oficina, así que, tras confirmar la noticia discretamente, me acerqué al despacho del director y le dije: “A partir de mañana no me espere, jefe”. “¿Y eso por qué?”, exclamó alarmado. “Las cosas van a cambiar y no quiero estar aquí cuando pase”, concluí sin acritud. La confusión se reflejaba en su rostro.

Después, me marché. Antes de avisar a mi mujer para que hiciera lo mismo que yo, quería ir al banco. Mientras bajaba en el ascensor, observaba el boleto de lotería premiado. Unos cuantos millones lo cambian todo. Era otro principio.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Primeras vacaciones de Irene

Este verano, Irene ha disfrutado de sus primeras vacaciones. Para empezar, sus papás la llevaron a Sevilla y Torremolinos y estuvo por primera vez en la playa. ¡Qué montón de arena y de agua! Sin embargo, esto no la intimidó y aprendió a enfrentarse con valor a las olas que barrían la orilla, gracias al empeño de su mamá. Por esos días empezaba a sostenerse casi solita de pie; a pesar de que aún apenas gateaba, reía al verse capaz de permanecer erguida (poquísimo tiempo, claro, porque sus piernecitas aún no soportan tanto esfuerzo).


En el paseo marítimo de Torremolinos se montó también en uno de esos coches recreativos para niños y se aferró al volante sin dudarlo, con cara de entusiasmo. Su prima Pilarcita la acompañó después en el viaje que hicieron en el camión de bomberos de juguete.

Dos semanas más tarde emprendíamos los tres juntos nuestra primera salida importante fuera de casa. Íbamos a estar unos diez días en un hotel de Cadaqués. El entorno era propicio para el descanso y el disfrute familiar. Además, Irene lo pasó mejor en los trayectos en coche gracias a la silla que estaba estrenando. Gracias a esta sillita, he recibido algunas de las mejores sonrisas de mi hija, pues, cada vez que abría el maletero, me miraba risueña, sorprendida de encontrarme allí detrás.


Nuestro apreciado coche Bernabé está en Sevilla, sufriendo algunas revisiones de taller por una avería seria, así que tomaba el reemplazo el entrañable Seat Ibiza verde pistacho que nos llevó hasta Holanda hace unos años. Y lo hizo muy bien. Nos transportó velozmente y seguros a todas partes e incluso resultó un acierto cambiar de vehículo, pues era más manejable en los estrechos aparcamientos que encontramos y en las curvas de las carreteras que recorrimos, las de acceso a Cadaqués y Montserrat, por ejemplo.

Irene, mamá y yo fuimos a los alrededores de Cadaqués, alternando visitas culturales con breves estancias en parajes naturales. A Irene, todo le fascinaba. Y lo demostraba constantemente con creces, emitiendo profundos sonidos guturales de emoción que la han dejado un poco afónica, a juzgar por el carraspeo en la garganta que arrastra desde hace unos días. En la siguiente foto, vemos a Irene con su mamá, en el Cap de Creus, uno de los extremos de la península Ibérica.


Irene se divirtió en el cabo de Creus, pero también en las calles de Gerona (especialmente, en el Museo de Casas de Juguete), en la casa de Dalí y Gala en Portlligat, en el Museo Dalí de Figueras o en la boscosa Fajeda d'en Jordá entre los volcanes de La Garrotxa. Esta es la cara de emoción que ponía cuando algo le gustaba de verdad, al tiempo que gritaba con admiración de su forma tan peculiar.


Y así nos acompañó a varias excursiones, colgada de sus padres, con la vista siempre por delante para ver todo y a todos. Bendita mochila, sin la cual no hubiéramos podido entrar, subir o bajar a muchos de los sitios donde estuvimos.


Irene llevó sus escandalosas muestras de emoción hasta el tranquilo lago de Bañolas, donde descubrió que los patos de verdad también hacían cua-cuá.


Sin embargo, en los bosques de Olot guardó más silencio, como si la paz y la calma de los árboles la hubieran impresionado.


Por otra parte, ha comido muy bien y le encantan las papillas, tanto dulces como saladas (ahora ha empezado con los yogures), pero, no sé por qué, la ha tomado con nuestros postres. Cuando nos ve comer un helado o una tarta, ella también quiere. Sin embargo, no le pasa con el pescado o la carne.

Irene ya ha cumplido siete meses (hoy cumple 31 semanas) y ha empezado sus andanzas escolares, acudiendo a ratitos a la guardería en el comienzo de curso. Cuando vuelve a casa, prefiere jugar con sus papás al pilla-pilla. Mamá la coge en brazos y papá la persigue haciendo muecas que la ponen nerviosa y la divierten al mismo tiempo. Sigue creciendo y sigue aprendiendo. Si miro fotos de meses atrás, cómo está cambiando.