miércoles, 28 de noviembre de 2012

Viaje entre dimensiones

Con esta obra, comienza un nuevo proyecto, tanto para mí, el autor, como para Juan Carlos Ramiro, que está detrás de ITE Editorial y ha transformado uno de mis libros en una aplicación (app) para iPad, publicada este mes en iTunes: Viaje entre dimensiones.


La colección Elige tu aventura es un intento de llevar literatura entretenida y de calidad a los más jóvenes a través de los canales más modernos y habituales, usando los recursos que brindan los nuevos dispositivos. Además, es el medio idóneo para un texto encuadrado dentro de la interacción que permite la hiperficción explorativa, pues se trata de los llamados libro-juegos, en los que el lector se convierte en protagonista y decide el camino que quiere seguir.

De momento, se ha lanzado una primera versión para iPad. Uno de los factores que más se ha analizado es el precio de venta. Estos productos se lanzarán a $ 0,99 (unos 0,89 €), intentando que resulten asequibles para cualquier público y todos podamos disfrutar de la lectura electrónica sin vaciar el bolsillo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Kozmik Tılsım

Por fin, cruzamos fronteras. ¡Ya podéis leer (si sois capaces) El talismán cósmico en turco!


La sinopsis también en turco, por si queréis practicar el idioma:
Başka bir dünyadan yaratıklarla karşılaşıyorsun!

Samos Adası'nda bulunan terk edilmiş, eski evde Büyücülerin Kralı Hector'un Tapınağı'na açılan bir kapı var. Kral Hector'un gücüne sahip olmanın yolu, hayal bile edemeyeceğin bir sırrı içinde barındıran tuhaf bir tılsımdan geçiyor. Arkadaşın Irene ile birlikte, insanlık tarihinin en büyük esrarlarından birini çözmek üzeresin... Ancak seçimlerini yaparken çok dikkatli olmalısın çünkü gezegenin geleceği sana bağlı.

Kararların, kaderini etkileyecek. Yol boyunca karşına çıkan sorulara vereceğin cevaplarla gizemli kozmik tılsımın sırrını çözmek senin elinde.
Algunos enlaces en los que se vende el libro, publicado por Beyaz Balina Yayınları (es decir, Publicaciones Ballena Blanca) en Estambul (ISBN 9789759996420) y traducido por Ceren Kiran:
Dukkan birazoku
Hepcocuk
Idefix
Ikiayayincilik
Ilknokta
Kabalci
Pandora
Ucuzlukvadisi

sábado, 24 de noviembre de 2012

La intuición de Irene

Afortunadamente, ocurrió tal como ella se esperaba. Irene estaba convencida desde el principio de que iba que ganar el concurso convocado por la academia Helen Doron, a cuyas clases de inglés asiste semanalmente. Con motivo de Halloween, el certamen pedía fabricar un EcoMonster, es decir, un monstruito hecho con material reciclable. Y, finalmente, como supimos el martes, ¡ganó en la categoría de su grupo de edad!


Al ver la foto, Irene, muy perspicaz y observadora, se percató enseguida de que su EcoMonster había perdido la mano izquierda. Pero, tan sorprendida como orgullosa, miró detenidamente la foto que reconocía el galardón.

Su monstruito tenía el cuerpo formado por un envase de batido envuelto en papel de aluminio, los brazos y las piernas eran cañas de sorber. Los tubos de las piernas estaban sujetos a dos gominolas y los brazos tenían ensamblados unos tubitos en forma de garras. El pelo y la cara estaban hechos de recortes de una revista y por último llevaba una tapa de bote de plastilina por sombrero. Aunque le ponemos nombre a todo,  se nos olvidó bautizarlo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Reflexiones de un ser mundano: Había una vez un payaso


Recuerdo cómo disfrutaba, cuando era niño, con las divertidas historias que representaban Miliki y sus dos hermanos en El Gran Circo de TVE, que entretenía a grandes y pequeños, al principio en blanco y negro y luego a todo color. Y también cómo me reía, tiempo después, con las bromas disparatadas y audaces de su hijo Emilio Aragón en Ni en vivo ni en directo, un programa semanal que continuaba alegrándonos a base de emplear el mismo humor sano y parecía orientado a los cuasiadultos que habíamos crecido con los Payasos de la Tele.

Miliki, que sobrevivió a Fofó y Gaby y ha experimentado su propia celebridad, tantas veces homenajeada, nos ha deleitado durante años con programas de televisión, discos y vídeos, transmitiendo los mismos valores de entonces a los niños de ahora. Sobrellevaba esta ardua tarea con la ternura que siempre le ha caracterizado, tanto personal como profesionalmente.


Emilio Aragón Bermúdez, que así se llamaba, nació en Carmona, el año de la Exposición Universal de Sevilla, 1.929. Saber esto siempre me hizo sentir más cerca de él, como si fuéramos convecinos. Me enorgullecía que un sevillano hubiera llegado tan lejos, al corazón de todos, haciendo sonreír.

Toda su vida, ejerció como Payaso (con mayúsculas), un oficio que normalmente no sabemos valorar y que resulta tan importante en nuestra experiencia vital. Por ello, no me extrañaron las palabras que Emilio Aragón (hijo) le dedicó, al afirmar que había triunfado en sus dos pasiones: el trabajo y la familia. Nunca fue un bufón de circo, sino un artista avispado. Continuó con suma inteligencia la saga de su padre Emig y de sus tíos Pompoff y Thedy, haciéndose un hueco en la historia gracias a su maestría y talento.


Hacía tiempo que no aparecía en los medios y, por eso, le venía añorando. Entre tanto, pude leer sus memorias y conocí más profundamente a su familia y sus andanzas. Hace poco, le escuché hablar con el mismo aplomo habitual en una entrevista de radio, con motivo de la publicación de su último libro. Cuando me enteré de su fallecimiento, el pasado sábado, la pesadumbre fue inevitable.

La marcha de Fofó me pilló aún en la infancia, cuando las cosas suceden sin que seas plenamente consciente de ellas, y en la de Gaby apenas pude reparar, porque estaba más concentrado en mi incipiente carrera como consultor. Además, Miliki siempre significó algo especial para mí. Perderlo ha sido como si se hubiera ido un viejo amigo de la familia. Tal vez porque era muy cercano, era muy fácil identificarse con él y querer emular la bondad y la nobleza que mostraba. No era permanentemente el payaso atolondrado ni tampoco el listillo, sino una persona normal y corriente, que a veces tenía ideas geniales y otras se equivocaba rotundamente con la mayor torpeza de que es capaz el ser humano, siendo el fiel reflejo de la realidad.

En casa aún seguimos cantando las letras que entonaba con Gaby y Fofó y nuestros hijos las están escuchando y aprendiendo. Su influencia, tan benigna y reconfortante, continuará a lo largo de las generaciones. Les echaremos de menos. Que sigan haciendo reír, allá donde estén.