lunes, 18 de mayo de 2009

En Sevilla hay libros para todos


La experiencia en la Feria del Libro de Sevilla ha sido muy distinta a la de las ferias anteriores que he podido visitar. El sábado por la mañana, a pesar del calor que empezaba a sentirse tan pronto, la plaza Nueva y la de San Francisco estaban abarrotadas de gente que se repartía por las casetas y por las salas en las que se impartían conferencias o se celebraban presentaciones de libros. Y, al contrario de lo que ocurría una semana antes en Málaga, el público se acercaba a las librerías, preguntaba por libros y los compraba. O, simplemente, echaba un vistazo y elegía uno para llevárselo. Lo cierto es que casi todo el mundo llevaba una bolsa con libros. No obstante, en la época de crisis que vivimos, será difícil superar la edición del año pasado, la mejor hasta ahora.


Eso es lo que ocurría en la caseta de Librería La Araña. Para satisfacción de Inés la Feria ha empezado muy bien. Yo mismo lo noté, porque repercutió en el resultado de la firma a la que me había invitado. Fueron muchos los que pasaron por allí. Naturalmente, a esto debió contribuir el hecho de que conozco a más personas y tengo más amigos en Sevilla. Pero no todos los que se llevaron un ejemplar de El talismán cósmico o de Ladrones de Atlántida me eran familiares. Hubo una niña de nueve o diez años a la que logré convencer para que probara a leerse El talismán cósmico. Espero que lo disfrute.


La mañana terminó con la presentación de Fabuland, en la que introduje a Jorge Magano, tratando de demostrar cuánto me había gustado la novela y por qué debía comprarse, leerse y conservarse. Fabuland es uno de esos libros que debemos guardar en nuestra biblioteca después de habernos divertido saboreando cada página.

1 comentario:

Javier Márquez Sánchez dijo...

Otro gran día literario entre buenos amigos. Fue un verdadero placer, como siempre.