sábado, 28 de noviembre de 2009

El escritorio: Deshidratación

Esa noche tomó una copa más. Fue la última.

Después de una larga vida consagrada al alcohol y de todas las pérdidas que había sufrido a causa de esta adicción, dejó de beber.

A los diez días, murió de sed.

1 comentario:

J.E. Alamo dijo...

Ja,ja,ja, si es que beber es muy bueno. :-D