domingo, 5 de enero de 2014

Reflexiones de un ser mundano: Así deberíamos trabajar

Estoy leyendo Cómo se hizo El Señor de los Anillos, crónica de Brian Sibley sobre la realización de una de las trilogías más célebres de la historia del cine. Aunque no soy aficionado a la obra de Tolkien ni la adaptación de Peter Jackson a la pantalla, vi las películas y resulta interesante leer las curiosidades que se cuentan en este libro. 

Leyendo el capítulo 4, Un mundo en miniatura, me encontré con el siguiente párrafo, que me hizo recapacitar por su evidente aplicación a cualquier ámbito laboral. Se trata de una reflexión de Richard Taylor, director de Weta Workshop, una de las empresas que hizo posible los magníficos efectos de la serie. Añado entre corchetes breves aclaraciones para facilitar la comprensión de la cita.

"Acabamos de tener una reunión con Peter [Jackson] -me cuenta [Richard Taylor]-, y parece que quiere que Grond [el enorme ariete que el ejército orco utiliza para atacar las puertas de Minas Tirith] tenga los ojos brillantes y abra la boca. El problema es -ríe Richard- que nuestro modelo no hace ni una cosa ni otra. De todas formas, hemos abierto unos agujeros en la cabeza, los hemos llenado de plomo y papel de aluminio, hemos puesto unas bombillas (habrá que tender un cable a lo largo de toda la longitud de la criatura) y ahora estamos volviendo a meter los globos oculares." ¿Le habían dicho a Peter que el modelo no estaba construido para que hiciera algunas de esas cosas?, pregunto. "¡No" -ríe Richard entre dientes-. Si no va a retrasar el rodaje no hay necesidad de preocupar a Peter diciéndole que hay un problema."


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