jueves, 7 de agosto de 2008

Reflexiones de un ególatra: La ley del comercio nos domina

En ciertos aspectos, soy un tipo raro. Cuando voy al supermercado, compro con criterio. ¿Tal vez sea porque apenas veo la televisión y no hago caso a los anuncios (aunque lo cierto es que hace tiempo que son lo más divertido del medio)? No, en realidad soy raro por el criterio que uso.

A la hora de comprar hay que tener muchas cosas en cuenta y ser prácticos. Por ejemplo, siempre compro la misma marca de gel de baño. No solo me gusta la suavidad de la crema y los resultados sobre la piel, sino también el formato del bote: ligero y manejable. Sin embargo, un día al fabricante se le ocurre lanzar una campaña de promoción en la que decide hacer un bote un poco más alto, para vender, al mismo precio, según afirman en las impresiones del bote, un 15% más de cantidad. Me parece magnífico que me den más producto al mismo precio, pero ahora el bote es más pesado y, a veces, se me resbala en la ducha cuando lo cojo, si está recién comprado y, por tanto, lleno. Los fabricantes no piensan en sus usuarios. ¿Creéis que hacen estas campañas simplemente para vender más? No, seguro que están consiguiendo quitarse de encima excedentes de producto cuyo almacenamiento sería más caro que el coste de hacer unos botes un poco más altos.

Pero eso no es suficiente. Dos meses después, cuando han vuelto a la normalidad y yo, muy contento con el bote de toda la vida, vuelvo al supermercado, encuentro una nueva oferta. ¡Un 30% más de producto! Naturalmente, ahora no basta con hacer un bote más alto, pues no solo resultaría ridículo sino que no se mantendría en pie en las estanterías y quizá no cabría en ninguna. Ahora, además es más robusto, más grueso. Así que ha dejado de ser ligero y manejable. Tienes que usar las dos manos para coger el bote sin que se te resbale con el agua. Mientras te sirves, lo sostienes con una sola mano, pero, ay, esa muñeca con tendencia a la tendinitis se resiente.

Decididamente, los fabricantes no piensan en el consumidor. Pero, ¿cómo puedes reclamar contra ellos si te están regalando producto?

5 comentarios:

Javier Márquez Sánchez dijo...

Una pastilla de jabón Lagarto. Si es que como lo tradicional no hay nada... ¡Jabón Lagarto, te lo digo yo!

:-P

Anónimo dijo...

Pásate al Magno, que llevan con el mismo formato, color, olor y sabor (¿sabor?!!) toda la vida...

Javier Márquez Sánchez dijo...

Es verdad... Doy fe.

José Angel Muriel dijo...

No me agrada ese gel, pero tal vez fuera la única manera de no sentirse manipulado por la industria. :D

Anónimo dijo...

Un poquito de ginnasio hombre... veras como asi no se te cae el bote... :-)

Roberto Sanchez