jueves, 18 de junio de 2009

Irene al teléfono

Desde el pasado 6 de junio, día en que Irene cumplió los dieciséis meses, he intentado buscar un rato para dedicarle un nuevo espacio en el blog. Pero a veces las cosas deben ocurrir cuando ocurren.

Irene pasó ese día en Burgos con sus padres, precisamente en la ciudad donde yo viví durante un año cuando era pequeño, y nos lo pasamos muy bien los tres, visitando los monumentos y viendo alguna que otra exposición de arte. Es increíble cómo disfruta con todo. Todo, absolutamente todo, le gusta.

Aún no domina sus cuerdas vocales, pero mantiene conversaciones que empezamos a entender. Alguna que otra palabra dice con sentido (es decir, en cuasiespañol) y la separación a la que nos hemos visto forzados esta semana me ha enseñado con qué rapidez desarrolla sus capacidades.

Mª Carmen se ha reincorporado por fin, como tanto deseaba, al mundo laboral y tiene que recibir un curso de formación en Sevilla. Por tanto, mis dos chicas están en el sur, mientras yo guardo nuestra solitaria casa en Valladolid. Los primeros momentos, solo, en este piso tan amplio y lleno de juguetes, resultaron realmente angustiosos. Estoy tan acostumbrado a que me reciban los gritos y saludos de Irene cuando llego de la oficina, que resulta estremecedor entrar en una casa silenciosa y no poder besar a mis niñas.

Pero, debido a la distancia, Irene ha mantenido sus primeras charlas telefónicas de verdad. Y ha sido conmigo. Qué alegría he sentido cuando la han puesto al teléfono y me ha reconocido, me ha dicho claramente "hola", me ha lanzado besitos y me ha soltado uno de sus discursos para luego escucharme atentamente. Ha sido una experiencia inolvidable que quiero que quede grabada en este diario de Irene, junto con las fotografías que recojo en esta ocasión, un catálogo en el que recupero cada uno de los meses que ya han pasado para que todos comprobemos cómo ha ido cambiando. Lo he podido ver estos últimos días, pues la separación me ha impulsado a ver fotos. Cada una de las que he seleccionado representa un mes de su vida, desde que nació (0 meses) hasta ahora (16 meses). Si pulsáis en ellas, podéis verlas ampliadas.


Como podéis ver, siempre risueña y feliz, incluso en los momentos difíciles.

5 comentarios:

Pablo G. Naranjo dijo...

Te entiendo perfectamente, amigo mío, de verdad. Está lindísima!

Javier Márquez Sánchez dijo...

Es una preciosisdad, José Ángel. Esa sonrisa y esos ojitos le alegran a uno el alma...

François de Fronsac dijo...

Bellísima.

Unknown dijo...

muy guapa!!!

Fernando dijo...

No soy muy dado a escribir comentarios, pero he estado leyendo y me he percatado que parece mentira que una cosilla tan pequeñita crezca y sea tan importante en la vida de tantas personas a su alrededor.

Espero veros pronto.

Besos y abrazos.

Fernando