jueves, 27 de agosto de 2009

El escritorio: Sorpresa

A Mario Domínguez siempre le acompañó la suerte hasta aquel día. Nunca supo que padecía narcolepsia porque la primera vez que se quedó dormido estaba a los mandos de una avioneta, en su primer vuelo en solitario.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

:D Con mucho sentido del humor... ¡He experimentado remordimientos al reirme de la buena suerte de Mario Domínguez!

Gracias.

Uriska

Lidia B. Castro Hernando dijo...

Buenísimo, corto como a mí me gusta el cuento y una bofetada. Pobre! Yo también sufro de narcolepsia. Si me subo a un avión te aviso. Lidia

José Angel Muriel dijo...

Vaya, Lidia, esto sí que se hace extraño, ser visitado por alguien que puede sentirse aludido a causa del relato. ¿Cómo lo llevas?

J.E. Alamo dijo...

Pásate por mi blog que tienes una sorpresa ;-)

José Angel Muriel dijo...

Ya lo he visto, Joe. Muchas gracias por el reconocimiento. Lo haré público en cuanto pueda.