domingo, 23 de mayo de 2010

Colaboraciones: 24 horas con ella, de Mª José Sobrino Simal

A Mª José la conocí hace muy poco con el sobrenombre de Marse. Un buen día, leyó mi idea acerca de esta sección de colaboraciones de otros autores y decidió escribirme. Se considera a sí misma, de momento, una escritora amateur. Sin embargo, ha publicado cuatro libros de relatos bajo los títulos El país de los sueños, La fiesta de Barbie, En el sabor de la noche y El caballero y la cenicienta. Y, además, es tan valiente que también se atreve con la poesía y la pintura.

Se da la circunstancia de que conozco su tierra bastante bien, aunque no he vivido nunca por allí. Luego he descubierto que esta castellano-manchega y yo también hemos coincidido en el libro solidario que se preparó por las víctimas del terremoto de Haití. De manera que seguramente no ha sido por casualidad que nuestros caminos hayan vuelto a cruzarse. Mª José me propuso que eligiera uno entre varios de sus textos. Sus versos y su prosa resultan muy naturales, muy espontáneos y frescos. Finalmente me decanté por el que presento aquí, publicado originalmente en su blog El rincón de Marse: 24 horas con ella. Y lo he ilustrado con la misma imagen de las Tablas de Daimiel que ella escogió en su día.


Hacia tiempo que no hablaba con ella, la encontré en la esquina del museo, y con aire desolado me dijo que no sabia nada de mi, entonces con aliento cansado le dije:

-Muy bien, daremos un paseo por el parque, pasemos el día juntas...

-Pero si tú nunca tienes tiempo para mi -me dijo con aire desolado.

-Si, lo se, te tengo bastante abandonada.

-Cuando dices que vamos a hacer algo juntas, me hago ilusiones pero luego desapareces como un barco de vapor en alta mar.

-Llevas razón, pero te doy mi palabra, daremos un largo paseo, hasta que termine el día si es necesario.

Y así fue, recorrimos el parque, nos leímos juntas un pequeño libro de bolsillo que llevaba hace meses, si, he dicho bien, hace meses en mi bolso, lo adquirí en un mercadillo medieval, pero el pobre iba de un lado a otro del bolso esperando a ser leído. Esa tarde lo compartí con ella.

Después del libro estuvimos escuchando aquella recopilación completa que me bajé al móvil también hace meses, y... que nunca llegué a escuchar. Después nos fuimos a hacer la ruta de los museos, que también hacia meses que no los visitaba, después de todo eso nos fuimos al café "Carpe Diem", lugar donde siempre me había reunido con mis amigas y que por alguna razón del destino allí se encontraban todas, en la mesa ante el gran ventanal desde donde se podía divisar la gran vía; después nos fuimos simplemente... a pasear, mientras hablábamos de todo, recordamos de todo, y como siempre, no siempre estábamos de acuerdo en todo, discrepamos, discutimos, era tan igual a mí y a la vez tan diferente.., hablamos del pasado, del presente y de lo que esperábamos del futuro, recorrimos calles, paseos, ramblas, creo que en la vida había caminado tanto como aquel día. Sin darme cuenta cayó la noche, sin darme cuenta los zapatos me jugaban ya la mala pasada de hacer que no pudiese ni caminar, sin darme cuenta me di cuenta, me di cuenta que había pasado todo un día en compañía de la persona que mas habia alejado de mi, esa persona...era yo.


Mª José Sobrino Simal

1 comentario:

J.E. Alamo dijo...

Volver sobre uno mismo, algo que lamentablemente, olvidamos en estos días que corren. Buen relato y mejor reflexión.