sábado, 24 de noviembre de 2012

La intuición de Irene

Afortunadamente, ocurrió tal como ella se esperaba. Irene estaba convencida desde el principio de que iba que ganar el concurso convocado por la academia Helen Doron, a cuyas clases de inglés asiste semanalmente. Con motivo de Halloween, el certamen pedía fabricar un EcoMonster, es decir, un monstruito hecho con material reciclable. Y, finalmente, como supimos el martes, ¡ganó en la categoría de su grupo de edad!


Al ver la foto, Irene, muy perspicaz y observadora, se percató enseguida de que su EcoMonster había perdido la mano izquierda. Pero, tan sorprendida como orgullosa, miró detenidamente la foto que reconocía el galardón.

Su monstruito tenía el cuerpo formado por un envase de batido envuelto en papel de aluminio, los brazos y las piernas eran cañas de sorber. Los tubos de las piernas estaban sujetos a dos gominolas y los brazos tenían ensamblados unos tubitos en forma de garras. El pelo y la cara estaban hechos de recortes de una revista y por último llevaba una tapa de bote de plastilina por sombrero. Aunque le ponemos nombre a todo,  se nos olvidó bautizarlo.

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