El pasado sábado, compartimos una jornada de charla y ocio, bastante familiar, con nuestra amiga María del Águila Boge, que ha superado las adversidades recientes haciéndose más fuerte y sonriendo a la vida. Nos encantó hablar con ella y encontrarla tan bien. Resulta impresionante ver cómo esta literata, que guarda tantas experiencias y vivencias en su baúl de los recuerdos, muchas de ellas en otros países, se ha amoldado tan felizmente a su Alcalá de Guadaira.
Precisamente, mientras hablábamos en la comida, nos acordamos de Luis Alberto Ambroggio, a quien conocimos gracias a ella. Luis Alberto es una persona singular y, sin embargo, tremendamente humilde, que, además de ser numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, forma parte de la Real Academia Española. No hace mucho, me puse en contacto con él para saludarle y, al saber que había uno más en la familia (nuestro pequeño Ángel), me invitó a leer este poema suyo dedicado a los recién nacidos y titulado El primer bebé, que reproduzco desde el blog Mis poetas contemporáneos 2 en el que aparece publicado:
Te despiertas,
bebé enamorado,
juega
la ternura de tu rostro
a robarle estrellas
al alba de tu madre
que te mira
con los ojos infinitos
de su universo,
luz océano de amor.
Desde entonces
el sol se acuesta
y se levanta
en la sonrisa llena
de un sueño,
reflejado
en las dos estrellas azules
de tus ojos
cada día
nuevos.
1 comentario:
Queridos J.A., M.C. y resto de la familia. epasando tu blog, rememoro ese entrañable encuentro, y el poema de nuestro amigo Ambroggio. Espero que no paase tanto tiempo sin vernos, y que si por dificultad de viajar con dos pequeños no salís este verano, recordad que tenemos otra cita aquí. Múltiples besos.
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