Francisco Mena Díaz se convirtió hace ya algunos años en una persona cercana a mí por vía familiar. Es el abuelo de mi mujer. Pero por sí solo sabe llegar a cada cual a través de la palabra. Le encanta hablar. Y también escribir. Lleva mucho tiempo publicando sus textos en la prensa. En ellos deja explícito su punto de vista del panorama actual y alaba o censura lo que a él le parece adecuado. Entre uno y otro análisis de la vida, también da forma a hermosas reflexiones, algunas de las cuales recojo en esta ocasión.
Las potencias del alma son la inteligencia, la memoria y la voluntad, y no debe usarse ninguna prescindiendo de las otras.
El tiempo es el único depredador de la juventud y el permanente motor del envejecimiento, y éste se comporta como el globo cautivo que contempla desde muy arriba el verdadero sentido de la vida.
La trilogía conceptual de buen padre, hijo y marido
es privilegio de elegido,
que sin sólido sustento espiritual
es cual corriente de agua que se adentra y dispersa en el mar.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
viernes, 21 de septiembre de 2007
Colaboraciones: Reflexiones de Francisco Mena Díaz
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