Vivimos un espectáculo continuo, que no cesa. Desde hace años. Dicen que lo inventó en España, importado de otras televisiones, el conocido Pepe Navarro. Más bien lo acusan de ello, quienes también viven y respiran del mismo negocio.
Hace tiempo que apenas veo la televisión. Es posible que intente seguir alguna serie, siempre que tenga la suerte de que la vean conmigo unos cuantos millones más de espectadores antes de que se suspenda la emisión. También suelo ver algún noticiero, algún programa de viajes. O grabo alguna película para poderla ver más tarde sin anuncios (SGAE, digas lo que digas, esto no es pirateo, sobre todo si luego borro lo grabado).
Pero no soporto las burlas, los insultos, las obscenidades que llenan nuestros ojos y nuestros oídos continuamente (afortunadamente, aún nos quedan otros sentidos para percibir la realidad y distinguirla de esta ilusión), todos los días, en programas cada vez más vacíos de contenido y menos originales, teatros de la vida en los que cualquiera se cree actor improvisado y se disfraza de payaso.
No dejo de preguntarme, a menudo, ¿es esto lo que queremos? ¿Es esto lo que nos merecemos?
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
martes, 23 de febrero de 2010
Reflexiones de un ególatra: El espectáculo contra la vida
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3 comentarios:
Gran imagen.
Y coincido contigo en mi aversión a la caja tonta. ¿Para cuando tu próxima presentación? ¡A ver si a esta puedo ir de una vez!
Cuando vi esta reflexión de Eleanor Roosevelt (ya sabes dónde), me di cuenta de que me venía al dedillo.
Vete preparando porque es posible que en abril haya presentación del nuevo libro.
Buena reflexión, José Ángel. Te lo dice uno que no ve absolutamente nada de televisión salvo el Playhouse Disney con que nos tiraniza la pequeña a diario. Pero mejor aún es la cita de Eleanor Roosevelt.
A ver, aver, esa presentación.
Un abrazo.
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