El viernes se cumplió de nuevo mi sueño. Durante la presentación de La estela del Dragón, el público llenó la sala de actividades de Casa del Libro en la Gran Vía de Madrid, hasta el punto de que no se cabía. Además, tenía a mi lado a dos amigos: Alberto Pertejo, el editor, y José Carlos Somoza, uno de los escritores más célebres y seguidos de España. Le admiro especialmente por dos motivos: por su novela La caverna de las ideas, uno de mis libros favoritos, y porque, con muchos esfuerzos y desplantes por el camino, ha conseguido lo que pocos logran: convertir la escritura en la profesión que le da de comer.
Alberto Pertejo, de De Librum Tremens, hizo la introducción y destacó mi particular manera de tratar el lenguaje y mi seguridad al vestir la palabra. Le siguió José Carlos Somoza como presentador, que intercaló simpáticas anécdotas personales con sus opiniones sobre la novela, bastante positivas, por cierto. Destacó que "las promesas de futuro ya se están haciendo realidad" en mi carrera literaria y calificó que la novela "es una gozada". Para José Carlos, la novela consigue tratar el fragmento histórico de 1588 que relata con un punto de vista curioso y objetivo, "frente a ambos contendientes [...], que llega a su momento perfecto cuando aparece la flota española en el horizonte y sentimos inquietud". Añadió que "es de agradecer muchísimo que, pese a la grandilocuencia de la época, se mantenga atemperado [...] y sea consciente de que está creando siempre seres humanos al tratar los personajes". Si quieres, puedes escuchar su discurso.
Por mi parte, expuse mis propias impresiones sobre la elaboración de la novela, sobre la fidelidad histórica que había perseguido con ella. Asimismo, intenté responder a las cuestiones que había planteado José Carlos, acerca de esquivar la aparición de su apreciado Shakespeare en el libro (confieso que lo pensé, pero me parecía demasiado enrevesado incluirlo) y de revelar la trama principal de los protagonistas, que se entremezcla con la historia del enfrentamiento entre españoles e ingleses.
El turno de preguntas fue muy intenso y en él el público se dirigió por igual a las tres personas que estábamos en la mesa, a Alberto como editor y a José Carlos y a mí como escritores. A esto siguió una hora de firma de ejemplares que nos emplazó directamente al momento de la cena.
Muchas gracias a todos los que acudisteis, pues sin vuestro apoyo estas cosas no saldrían adelante y me animó mucho estar tan bien rodeado y ser tan bien acogido.
Muchas gracias a Raúl, de Casa del Libro, cuya presencia durante todo el acto me pareció un gesto de máximo respeto con los participantes en la presentación.
Muchas gracias a Alberto, porque consiguió llegar a tiempo con José Carlos pese al tráfico.
Muchas gracias a José Carlos y a su mujer, por la velada tan magnífica que pasamos charlando y por sus palabras de apoyo que tanto me devolvieron el ánimo para seguir adelante en esta difícil carrera.
Y muchas gracias a mis dos chicas, porque estuvieron conmigo en todo momento. Sin ellas, nada tendría sentido.
2 comentarios:
Oooooolé. Felicidades. :D
Gracias. Fue una tarde maravillosa. Esto y otras cosas que me pasaron durante el fin de semana me permitieron regresar muy contento de Madrid.
Publicar un comentario