Este último fin de semana he vuelto a la literatura. Las III Jornadas Literarias Mejor con Un Libro han hecho posible el reencuentro con viejos amigos y conocer a otros colegas. No obstante, algunos teníamos otras preocupaciones en la cabeza, como Pedro de Paz, que se llevó un susto a causa de un asunto familiar, o yo mismo, bastante inquieto ante la inminencia del nacimiento de Angelito. Por esto último, dado que ha sido una de las pocas ocasiones en las que he viajado solo, dedico especialmente esta crónica a los tres duendecillos que habitan y habitarán siempre en mi corazón.
El sábado llegué al mediodía, por lo que no pude asistir a la entretenida batalla verbal que se estableció en el debate titulado Mujer con un libro ni a la presentación de la novela La justicia de los errantes, de Jorge Díaz. Pero, nada más entrar en el salón del Hotel AC Málaga Palacio donde se estaban celebrando estas jornadas, recibí una calurosa acogida por parte de los asistentes que salían en ese momento. A algunos no los veía desde hacía tiempo y fue un placer poder saludarlos. Con ellos compartí un almuerzo entre charlas y risas, de esos que te permiten integrarte rápidamente en las cosas que ya han empezado.
TÉ-rtulia con José Carlos Somoza
Más tarde, volvimos al hotel para reunirnos con José Carlos Somoza. Nos saludamos con cariño y bastó que cruzáramos cuatro frases para entender la situación de cada uno y saber cómo estábamos. Una vez servido el té, por cortesía de La tetería, Somoza se puso a disposición del entrevistador, Juan Ramón Gálvez, y del público. Mientras contestaba a las preguntas que le hacíamos y nos hablaba de sus trucos de escritor y de sus libros, especialmente de Tetrammeron, su obra más reciente, disfrutábamos del delicioso té.
Como ya es habitual en estos eventos, tuve que anotar muchas de las reflexiones que hizo ante nosotros José Carlos, de quien siempre se puede aprender algo, ya sea sobre el mundo de los libros o en el terreno personal. Indudablemente, aunque hace mucho tiempo que no ejerce, algo tiene que ver en esto el hecho de que sea psiquiatra. A propósito de Tetrammeron, confirmó que las antologías de cuentos sin un vínculo que los relacione entre sí, no atraen hoy en día al público. A eso se debe, en parte, el lanzamiento de Tetrammeron con el formato que ha adoptado.
Hablando sobre sus personajes, aseguró que "todos los personajes de Somoza saben que deben llegar hasta la última página" nada más y ahí se acaba su historia. Con esto, pretendía explicar que no es propenso a reutilizar personajes y hacer segundas partes. Me llamó mucho la atención lo que dijo acerca de volver a sitios o personas sobre los que ya ha escrito. Por ejemplo, cuando le preguntaron si volvería a Roquedal, un lugar ficticio usado en tres de sus obras, afirmó que está dentro de él y antes tiene que ver si necesitará regresar en algún momento, porque nunca se regresa a lo que ha sido, siempre se regresa a algo ficticio, algo diferente.
Sobre la temática de sus novelas, se preguntó por qué nos gusta sentir miedo -pero no en la vida real-, y admitió que le gusta lo morboso, tal como se refleja en lo que escribe. Es facilísimo sentir miedo, pero es muy difícil provocarlo a través de un texto. Se necesitan mecanismos muy complejos para conseguirlo, como ocurre también con el humor.
Siguió respondiendo a las preguntas del público y reconoció que no era exactamente un escritor de mapa o de brújula, sino, más bien, de "guía turística", en cuanto que el planteamiento que hace inicialmente le ayuda a orientarse mientras narra la historia, pero sin obligarle a seguir un camino concreto, constituyendo así una base flexible para escribir. También reconoció que, para él, la fase de preparación de una novela es la etapa más ilusionante de escribir, en la medida en que la redacción posterior supone el viaje que antes se ha imaginado y define definitivamente el camino que se ha decidido tomar, como cuando preparas un viaje real. Aun así, dicho viaje resulta alucinante y puede tener sorpresas.
Al igual que David G. Panadero, al intercambiar impresiones con José Carlos, recomendó ver En compañía de lobos, una película que versiona el cuento de Caperucita Roja desde un punto de vista psicoanalítico, Somoza sugirió leer, para acercarse a su obra, La caverna de las ideas, que marcó un antes y un después en su carrera literaria, Clara y la penumbra, Zig zag y, para los que disfrutan con las historias de horror, La dama número trece.
Somoza también habló del entusiasmo que puede percibirse en un lector que ha leído tu novela, una de las cosas más maravillosas que puede experimentar un escritor, y de que una de las misiones de la literatura es llegar a los límites de las personas y profundizar en ellos. Por eso, sus personajes viven situaciones extremas, que suscitan el estupor del lector.
Algo que quedó claro, por las confidencias que hizo a lo largo de la tertulia, fue que, detrás de una gran mujer, puede haber un buen escritor, como es su caso, puesto que su compañera de viaje le ha apoyado y le ha sabido ayudar a decidir con acierto en los momentos más críticos y conflictivos de su carrera. Es lo que le permite asegurar que repetiría lo que ha hecho, con todos sus riesgos, puesto que, tomada una decisión, hay que entregarse a ella y darlo todo. Para saber hasta dónde puedes llegar con un asunto, tienes que dedicarte a ello al 100%.
La charla con Somoza se alargó tanto, debido a la intensidad y familiaridad que compartimos, que no se pudo celebrar la conferencia sobre libros y cine del amigo Juan Ramón Gálvez. En cambio, asistimos a la presentación de En recuerdo de todos los inocentes, novela de un emocionado Matías Rodríguez, que ha ganado el I Certamen de Novela Corta Mejor con un Libro y ha sido publicada por la Asociación. Matías consiguió convencernos acerca de la valía de su obra.
Con tinta negra
La tarde de actividades concluyó con el espacio dedicado a la novela negra, de la mano del simpar Jerónimo Tristante como moderador, David G. Panadero, el hombre de la voz temible, Javier Márquez, el enamorado del cine y la música de antaño, y el entrañable Juan Ramón Biedma.
Para alguien como yo, que no conoce suficientemente el género, lo más importante fue, aparte de la conversación entre todos, interesante y divertida al mismo tiempo, el conjunto de títulos que recomendaron leer como paradigmas de la novela negra, algunos de los cuales ya conocía. La noche a través del espejo de Fredric Brown, Prótesis de Andrew Martin, Los mares del sur de Manuel Vázquez Montalbán, Los asesinos de Ernest Hemingway, Antirresurrección y El imán y la brújula de Juan Ramón Biedma, A sangre fría de Truman Capote, Todo lo que se muere de John Connolly y El martillo azul de Ross Macdonald.
Esa noche cenamos en la terraza del hotel, con un tiempo muy agradable que invitaba al diálogo acerca de cine, libros y otras cuestiones. Al término de la cena, Javier Márquez, Pedro de Paz y Paco Gómez Escribano, acompañados de Jerónimo Tristante, nos brindaron su segundo concierto de Rock and Books Travelling Show, personalísimo, en el que entonaron, con su voz de escritores, canciones que cuentan historias. Demostraron que, además de escribir, saben tocar los instrumentos.
Creación de personajes y novela histórica
Al día siguiente, Concha Perea y Teo Palacios hicieron de pareja peculiarmente enfrentada para instruirnos entre bromas acerca de las características que deben cumplir los personajes para que sean bien construidos y utilizados en cualquier relato. No obstante, por el interés que tuvo, desmenuzaré esta actividad en otro artículo aparte.
Por último, antes de clausurar el fin de semana literario, moderé la mesa redonda Con pluma y tintero, sentado junto a Félix G. Modroño y Víctor F. Correas, dos grandes de la novela española contemporánea. Debíamos hablar de las distintas maneras de escribir una novela histórica, pero resultó que ninguno de los tres consideraba que sus obras entraban puramente en este género. No obstante, hablamos de lo que pretendíamos, de cómo se documenta el autor, en función de lo que desea escribir, y de cómo reaccionan los lectores ante la verosimilitud histórica de las novelas. Como suele ocurrir cuando el público interviene con entusiasmo, mi moderación apenas fue necesaria.
Esos dos días me han permitido replantearme sin miedo mis proyectos actuales. Como siempre, el poder compartir tiempo con otros amigos escritores e intercambiar impresiones ha sido muy fructífero y satisfactorio.
Algunos vídeos del concierto de Rock & Books Travelling Show en Málaga:
Knockin' on heaven's door
Where did you sleep last night?
La chispa adecuada
Slip Slidin' away
With or without you
Sonetos sadomasoquistas de David G. Panadero
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