Indudablemente, los elementos que más han contribuido a la globalización mundial, aparte de la mejora de los medios de transporte y la velocidad y capacidad de las vías para comunicarse, son el correo electrónico, que te permite escribir una carta a cualquier persona informatizada en pocos minutos y sin necesidad de comprar un sello o tener que visitar la estafeta postal, y, por supuesto, internet.
Por otra parte, en la red puedes encontrar casi todo, ya pertenezca al presente o al pasado. Es lo que me está ocurriendo estos días, en los que estoy dedicando algunos ratos a recordar la música que escuché y los videoclips que vi en los años ochenta y noventa. Haciendo esto, me he planteado una cuestión: ¿Podría funcionar en la actualidad una formación musical como Milli Vanilli?
En la historia de la música se han forjado grupos como Village People, Boney M y Spice Girls, concebidos a medida, con el propósito expreso de llegar al público con sus canciones y vender muchos discos. En mayor o menor medida, mientras los componentes de la formación se ciñeron al contrato, estas formaciones surtieron efecto y tuvieron bastante éxito. De hecho, seguramente todos seríamos capaces de dar el título o tararear alguna canción de los grupos citados. Yo mismo me sorprendí del montón de canciones de Boney M que recordaba, pese a que no superaba los diez años mientras se mantuvieron en el estrellato.
En 1988, los bailarines Frabrice "Fab" Morvan y el difunto Rob Pilatus, que habían acompañado en las coreografías a la famosa cantante italiana Sabrina Salerno (sí, la de Boys boys boys), lanzaron su primer disco, All or nothing, con temas en inglés. Sin embargo, mientras estos dos chicos demostraban sus habilidades en el baile en conciertos y videoclips, quienes realmente grababan las canciones eran otros solistas, de los que, al principio, nunca se supo. De hecho, en las tapas del disco no se mencionaba expresamente que los integrantes de la formación, Fab y Rob, interpretaran los temas. En resumen, la imagen comercial de Fab y Rob resultaba más atractiva. Las canciones de este dúo ascendieron rápidamente a los primeros puestos de las listas musicales de Europa y luego América.
El primer problema surgió cuando se lanzó Girl you know it's true en Estados Unidos, mostrando explícitamente los nombres de Fab y Rob en la portada del disco como cantantes de los temas. En diciembre de 1989, el solista Charles Shaw contó a la prensa que era él quien realmente cantaba. A esto se sumaban las frecuentes discrepancias entre las voces del dúo y el playback de las presentaciones en directo. A partir de ahí, los hechos se sucedieron vertiginosamente hasta que el grupo fue perdiendo crédito. Incluso, una vez que el productor admitió el fraude en noviembre de 1990, les fue retirado el Premio Grammy al Artista Revelación de 1990 que les había sido concedido y la compañía de discos borró todo álbum de Milli Vanilli de sus catálogos. El relanzamiento en 1991 de los verdaderos cantantes con el nombre de The Real Milli Vanilli no terminó de ganar suficiente aceptación.
Cuento todo esto porque, si nos fijamos en las fechas, sucedió antes de que internet se desarrollara y comenzara a usarse de forma popular. Respondiendo a mi pregunta, dudo mucho que hoy en día Milli Vanilli fuera sostenible. Viendo que todo el mundo intercambia opiniones y noticias, sean auténticas o falsas, sean fiables o simples rumores, en las redes sociales en tiempo real, la más mínima sospecha terminaría con un grupo así en apenas unas semanas.
El mundo cambia constantemente, se mueve a otro ritmo, y a veces cuesta darse cuenta. Un momento de reflexión sobre otras épocas que hemos vivido, no hace mucho, nos permite recapacitar y redescubrir la fascinante evolución que sufre nuestro entorno.
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