viernes, 14 de noviembre de 2008

Bitácora de un isleño ambulante: Día 12

Apenas hay algo que destacar. Pero los más ancianos me han contado varias anécdotas de tiempos que no conozco. Dicen que antaño nos sobrevolaban bandadas de pájaros, pero hace mucho que no se ven más que gaviotas solitarias y desorientadas.

Cuentan que una vez llegó a nuestra isla un náufrago extranjero, procedente de algún continente que nunca hemos pisado, y manifestó su desconcierto ante el movimiento constante de nuestra isla. Nunca había conocido nada igual. El forastero convivió poco entre mi gente, porque sucumbió a una terrible enfermedad y falleció sin darle tiempo a formar parte de la comunidad.

Pero todo esto me ha hecho pensar. Tal vez cada vez nos alejamos más de la civilización, de la gente como nosotros. ¿Y tan singular resulta que nuestra isla se mueva siguiendo los empujes de mar y aire y deambule por la inmensa masa oceánica? Nunca me lo había planteado.

1 comentario:

J.E. Alamo dijo...

Un apunte, si ven gaviotas significa que están cerca de tierra firme ¿no? ¿O viven en la propia isla?
(Me estoy enganchando con las andanzas de la islita en cuestión)