Ayer debía haber sido el segundo día de mi crónica. Pero la tormenta fue tan fuerte que nos mantuvo ocupados a todos, incluso a mí, el más torpe entre todos, y me impidió continuar con la labor a la que me he consagrado.
Afortunadamente, no se produjeron bajas. Sin embargo, la comunidad se sintió completamente impotente frente a los elementos. El agua torrencial que caía del cielo, el viento huracanado, el mar embravecido y las olas enormes. Temimos por nuestra supervivencia.
Muchos pensamos en lo importante que sería controlar nuestro rumbo en lugar de ir a la deriva, sin siquiera poder detenernos. Pero, si alguna vez existió un mecanismo para impulsarnos, debió dejar de funcionar. Vamos hacia donde nos llevan el mar y el viento.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Bitácora de un isleño ambulante: Día 3
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2 comentarios:
Amiguete, esto suena interesante ¿Va para novela?
No. Es una idea que desarrollé hace poco y me parecía apropiada para ir publicándola poco a poco en el foro. Un relato por microcapítulos. :D
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