Me llamo Markus el Lento. Y creo que escribir es para lo único que puedo servir. Me apodan el Lento porque soy incapaz de hacer cualquier cosa al mismo ritmo que lo hacen los demás, a pesar de que las ideas parecen moverse en mi cerebro a la velocidad normal.
Después de probar innumerables oficios, me di cuenta de que entorpecía el trabajo del resto de mis congéneres, así que, cuando encontré por casualidad, en un viejo arcón, unas resmas de papel y algo de tinta, me propuse dedicarme a algo con lo que no molestara a nadie. Eso me ha llevado a convertirme en cronista de este largo viaje, que empezó hace mucho tiempo, antes de que yo naciera. Por eso, entre nosotros, hablamos simplemente del Viaje, con mayúsculas. El Viaje es nuestra vida, nuestra historia, nuestro pasado. Nadie antes había documentado el día a día a bordo o, si lo hizo, lo dejó de hacer hace tanto que hemos perdido el material y hemos olvidado si existen archivos en alguna parte.
Navegamos sin rumbo, por el océano interminable de este vasto mundo, impelidos por la corriente que nos arrastra hacia un destino que desconocemos. Hoy, la puesta de sol ha sido diferente. El color del cielo anuncia lluvias para mañana.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
lunes, 3 de noviembre de 2008
Bitácora de un isleño ambulante: Día 1
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2 comentarios:
"Después de probar innumerables oficios, me di cuenta de que entorpecía el trabajo del resto de mis congéneres" jeje qué bueno.
Por cierto, te enlazo en mi humilde bitácora, me parece interesante seguir lo que cuentas.
Prometo visitarte, stb. Esta semana tendré poco tiempo. Pero me alegra haber encontrado otro amigo en la red.
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