domingo, 18 de abril de 2010

Contra viento y marea

Creo que, si me pusiera a recordar cada una de las actividades relacionadas con mis libros, deduciría que en el 70% de los casos el tiempo atmosférico no me ha acompañado. Independientemente de la fecha en la que se produzcan, la lluvia ha hecho aparición. El viernes volvió a ocurrir. Además, fue quizá el día que más se ensañó el mal tiempo con Sevilla en toda la semana. A pesar de ello, la sala que tiene Casa del Libro en la cuarta planta para desarrollar estas actividades se llenó.

Por eso, debo empezar esta reseña de la presentación de La estela del Dragón, celebrada el viernes, con un agradecimiento especial para todos los que se atrevieron a salir a la calle y desafiaron el caos del tráfico con tal de asistir a la puesta de largo de mi libro.

El comienzo del acto se demoró lo suficiente para aguardar a los posibles rezagados, puesto que se intuía que la tormenta estaba dificultando su llegada. Este lapso me permitió recibir personalmente a casi todos los que vinieron a escucharme hablar de la novela.

Al empezar la presentación, Nerea llevó a cabo la introducción que había preparado con la simpatía que le caracteriza, concentrándola en hacer resaltar todos los aspectos positivos que pueden extraerse de La estela del Dragón. El tono y el conjunto de ideas empleado por quien te presenta es lo que te permite saber si realmente le ha gustado el libro, si considera que ha merecido la pena aceptar la invitación del autor y presentarla. Mientras Nerea hablaba, pude concluir que así había sido y me sentí halagado, gratamente sorprendido por algunas cuestiones que planteó y que me hicieron reflexionar a continuación, durante mi discurso.

En mi turno, no quise extenderme demasiado (espero que así resultara, pues el tiempo se me pasó volando y no sé si cumplí mi propósito), pero, además de agradecer la presencia de los asistentes y la acogida de Casa del Libro, y de comentar parte de lo que había expuesto antes Nerea, pude hablar un poco de lo que había significado para mí este libro y del trabajo que llevaba implícito hasta su publicación.

Luego, hubo quien se animó a hacer alguna pregunta, hecho que satisface mucho al escritor porque quiere decir que ha conseguido suscitar el interés de su público.

Definitivamente, disfruté mucho del momento y espero que quienes estuvieron para compartirlo conmigo también pasaran un buen rato. Seguid la estela del Dragón y contadme después qué os pareció la lectura.

Podéis leer parte de los discursos de Nerea Riesco y del autor aquí.

4 comentarios:

Francisco de Paula dijo...

Disfrutamos, disfrutamos... como no podía ser de otra manera. a tengo ganas de disponer de tiempo de calidad suficiente para poder hincarle el diente al Dragón.
Un saludo, Maestro.

José Angel Muriel dijo...

Uy, maestro, vaya nombre. Espero que veamos pronto tus obras publicadas.

Francisco de Paula dijo...

Pronto imposible. Un año en el mejor de los casos... es decir, en el caso de que lo consiga, claro. Pero bueno, el tiempo dirá.
Muchas gracias por los ánimos, en cualquier caso.

El señor Ríder dijo...

¿Qué es la lluvia frente al placer de las palabras?