En la vida, todo es mudable. Nos mudamos de casa y cambiamos de dirección, aunque a veces no se entere la distribuidora de suministro eléctrico. Cambiamos de trabajo buscando la satisfacción profesional. Cambiamos de aficiones, porque no nos queda tiempo para las que realmente nos gustaría desarrollar. Cambiamos de familia, de parejas, de hijos.
Pocas cosas son permanentes. Incluso cambiamos de actitud, de principios, de cara, de valores, de carácter...
Sin embargo, hay algo que nunca varía, como nuestro código genético (a no ser que seamos mutantes). Es la esencia que llevamos dentro. Unos somos cariñosos y otros ariscos, unos felices y otros tristes, unos optimistas y otros pesimistas, unos agradables y otros antipáticos. Pero todos, desde que nacemos, llevamos una esencia en nuestro interior. Seamos como seamos, ojalá aprendamos a usar esa esencia para no complicar aún más el mundo que nos rodea.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
viernes, 17 de febrero de 2012
Reflexiones de un ser mundano: Inmudable
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