lunes, 31 de marzo de 2008

El placer de leer en Los Corrales


El martes 25 de marzo me desplacé hasta Los Corrales, un pueblecito de unos 4000 habitantes a 30 Km. de Osuna, para repetir la experiencia vivida en Bormujos. Cuando llegué al Centro Cultural, un vasto edificio de reciente construcción, acerté a subir hasta la biblioteca y conocí a Rosa, la bibliotecaria. Gracias a ella, que me atendió muy amablemente, supe que el encuentro se iba a celebrar precisamente en aquella sala, entre libros.


Más tarde, aparecieron los coordinadores, los técnicos de Juventud Isa y Ramón, acompañados de unos veinte alumnos de ESO del I.E.S. Entrepuentes. Algunos vivían en Los Corrales y otros en la cercana localidad de Martín de la Jara. Nos sentamos todos alrededor de dos grandes mesas y empezamos una tertulia bastante animada y amistosa.

Algunos chicos se habían leído el libro o estaban a punto de terminarlo, otros lo llevaban a medias, incluso hubo quien lo había empezado varias veces sin éxito. Comenzaron recalcando la complejidad del vocabulario empleado, sobre todo en los primeros capítulos con la terminología náutica. También se comparó Ladrones de Atlántida con el libro leído el año anterior, cuya ambientación les resultaba más familiar, menos exótica. Les expliqué que mi novela no se había escrito pensando exclusivamente en lectores de su edad, es decir, como novela juvenil. Pero que las dificultades que podían encontrar al leerlo no debían ser un obstáculo, pues hay que intentar leer de todo.


El resto del tiempo, las cuestiones planteadas se centraron en el contenido de la obra, en su proceso de elaboración y en detalles relativos al trabajo del escritor. Durante la hora y media que se prolongó la reunión, creo que no les faltó nada por preguntar, lo que me satisface porque significa que pude saciar su curiosidad.

Lo pasé muy bien con la charla, dialogando con todos aquellos chicos: Isa, Daniel, Ana, Óscar, Antonio, ... A ratos me sentí como uno de ellos y me divertí muchísimo. La anécdota más simpática se produjo cuando me preguntaron si mi padre, que vino conmigo para disfrutar de la experiencia, era mi manager. No estaría mal tener un agente editorial que te abriera el camino.


La recompensa final fue el montón de dedicatorias que escribí para concluir la actividad. Nadie quería quedarse sin ella y todos afirmaron que terminarían leyéndose el libro. ¿Será verdad? ¿Me escribiréis para preguntarme dudas o darme vuestras impresiones como prometisteis? Os espero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridos niños, el diccionario está para algo! Y con las modernidades de hoy en dia, consultar el de la RAE por internet es un segundo!!

José Angel Muriel dijo...

Algo parecido les dije yo. Además, se lee, entre otras cosas, para aprender. Y por el contexto suelen entenderse los términos menos comunes.

Javier Márquez Sánchez dijo...

¡Qué gran experiencia estás teniendo con ese programa! Como lector, siempre me ha interesado mucho conocer a los autores, después lees sus obras con otros ojos. Pero actualmente también valoro mucho la posibilidad de cambiar impresiones con lectores o lectores en potencia de mis libros. Algunos de sus comentarios ayudan e iluminan...

José Angel Muriel dijo...

Es verdad, nos encontramos disfrutando de la doble vertiente, como autores y lectores a un mismo tiempo. La actual reedición de Ladrones de Atlántida le debe mucho a los lectores, que me transmitieron sus opiniones.