sábado, 17 de mayo de 2008

Taller: El microrrelato: El nombre de la criatura (Ginés S. Cutillas)

Otra cosa a tener en cuenta es el título del microrrelato. Ha de ser escogido con sumo cuidado. Si de utilizar el mínimo número de palabras se trata, no podemos permitirnos redundancia o repetición de la información. Por tanto, el título debe ser complementario al resto del texto, forma parte de la historia y ayuda a comprender o a cerrar cada pequeño mundo que abramos. Títulos tan explicativos como los de Poe –El pozo y el péndulo o El cuervo, por ejemplo- no tendrían cabida en esta disciplina.

Hay pequeños trucos, como utilizar otros idiomas para dar nombre al microrrelato para situar el espacio/tiempo del mismo. De esta manera un título en latín nos transportaría de inmediato a la época medieval, al mundo eclesiástico o a un entorno culto y un título en inglés nos llevaría de forma inequívoca al mundo anglosajón y quizá a una época. Utilizando Make love, not war por ejemplo, nos llevaría al mundo hippie de los 60 y a su revolución sexual. Ejemplos de esto puede ser el título Veritas odium parit de Denevi o Go West! de Borges que nos sitúa de lleno en los tiempos de la conquista del oeste americano.



Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.

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