miércoles, 5 de noviembre de 2008

Bitácora de un isleño ambulante: Día 3

Ayer debía haber sido el segundo día de mi crónica. Pero la tormenta fue tan fuerte que nos mantuvo ocupados a todos, incluso a mí, el más torpe entre todos, y me impidió continuar con la labor a la que me he consagrado.

Afortunadamente, no se produjeron bajas. Sin embargo, la comunidad se sintió completamente impotente frente a los elementos. El agua torrencial que caía del cielo, el viento huracanado, el mar embravecido y las olas enormes. Temimos por nuestra supervivencia.

Muchos pensamos en lo importante que sería controlar nuestro rumbo en lugar de ir a la deriva, sin siquiera poder detenernos. Pero, si alguna vez existió un mecanismo para impulsarnos, debió dejar de funcionar. Vamos hacia donde nos llevan el mar y el viento.

2 comentarios:

J.E. Alamo dijo...

Amiguete, esto suena interesante ¿Va para novela?

José Angel Muriel dijo...

No. Es una idea que desarrollé hace poco y me parecía apropiada para ir publicándola poco a poco en el foro. Un relato por microcapítulos. :D