Escribir no es tan fácil. Apenas lo había hecho desde la infancia, aunque verbalmente me expreso con fluidez. He tenido que recordar algunas palabras y recurrir a antiguos libros. Para preparar estas escasas líneas debo dedicar mucho tiempo y mucha concentración. Por eso, cualquier imprevisto me impide llevar a cabo lo que me había propuesto. Lo que ocurre fuera de estas hojas puede ser de una importancia vital.
Después de la tempestad, sobrevino un calor pegajoso. Algunos miembros de la comunidad decidieron darse un baño. Al final del día nos percatamos de que no habían vuelto. Al principio, supusimos que se habían alejado demasiado. Su búsqueda infructuosa es lo que me apartó de mi actividad de escribano. La organizamos entre todos.
Hace unas horas, recuperamos algunos restos. Parece que, mientras estaban nadando, les atacó algún tipo de bestia. A partir de ahora, la gente será más cautelosa antes de echarse al agua.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
sábado, 8 de noviembre de 2008
Bitácora de un isleño ambulante: Día 6
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1 comentario:
Me gusta, resulta muy visual y deja mucho campo a la imaginación.
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