De forma muy breve, la literatura es un proceso que implica tres dimensiones (el autor, el texto y el lector), entre las que se puede establecer una relación a través de diferentes géneros (narrativa, poesía, ensayo, teatro, etc.).
En particular, al referirnos al objeto de la narrativa, podemos decir que hablamos de relatos que constan de una serie de sucesos y la concepción de un mundo ficticio (la historia), a través de un ambiente y de la interpretación humanizada de los hechos (narrador y personajes), con posibles comentarios, implícitos o explícitos, sobre la condición humana que representan la idea central en el relato (el tema). Para intentar determinar el género, se puede introducir un cuarto elemento, el modo en que el autor manipula las acciones, el tiempo, los personajes y la estructura de los sucesos (el discurso).
La Historia se puede caracterizar por los siguientes elementos:
- Marco: Es la razón que justifica el acto narrativo de contar la historia (quién la narra, a quién se cuenta y por qué). Cuando se incluye, puede ser abierto, si solo se hace al comienzo, o cerrado, cuando también se hace al final.
- Desarrollo: Consta de presentación (exposición del ambiente, del escenario, de los personajes y sus relaciones), nudo (proceso cronológico de los sucesos), clímax (momento de máxima tensión) y desenlace (consecuencias de los sucesos y respuesta a las incógnitas que han surgido durante el nudo; puede ser abierto o cerrado). El desarrollo se puede manifestar basándose en la lógica causal o temporal.
- Suspenso: Se consigue suscitar con puntos decisivos, que sirven para ordenar las acciones e inician cambios fundamentales para el desarrollo de la historia y para la percepción de lo que puede ser el desenlace, o con el clímax.
El Tema puede ser dominante, único, múltiple, explícito o implícito.
En el Discurso, el autor utiliza los recursos y procesos de comunicación a su alcance para transmitir la historia. Se caracteriza por:
- La estructura que adopta.
- La presentación de los sucesos (la trama y los indicios que incluye a lo largo del texto para guiar al lector o confundirle, generar tensión o anticipar conclusiones).
- El tono (irónico, sarcástico, realista, etc.) con que ayuda a definir la ambientación.
- El estilo: literal, figurado, directo o indirecto.
- El tiempo: cronológico o psicológico.
- La función que confiere a cada acción narrada para describir lo que desea expresar.
El Narrador es parte integrante de la historia y del discurso. Para empezar, es muy importante saber quién es y desde qué perspectiva cuenta la historia. El punto de vista cambia en función de si se narra en primera, en tercera o incluso en segunda persona. La clasificación es complicada, pues, por ejemplo, un narrador en tercera persona puede ser fidedigno o no, omnisciente o no, un testigo con una perspectiva subjetiva de los hechos, o un objeto que narra lo que presencia de forma objetiva. La distancia, espacial, temporal o psicológica, desde la que cuenta la historia es otro factor a tener en cuenta.
A su vez, el narrador controla los dos procedimientos complementarios de toda narrativa, la mímesis (showing o relato de lo hablado, diálogos y monólogos directos o indirectos) y la diégesis (telling o relato de lo no hablado, exposiciones y descripciones de personas, objetos, acontecimientos y otros detalles) y, mediante ellos, la concepción de los personajes.
Por último, también influyen, tanto como el lector empírico (quien lee la obra), las figuras del lector implícito (perfil de lector al que se dirige la obra) y del narratario (el destinatario ficticio de la narración).
No hay comentarios:
Publicar un comentario