viernes, 21 de octubre de 2011

Taller: Las Funciones de Propp

El erudito ruso Vladimir Yakovlevich Propp (1895-1970) realizó un análisis exhaustivo de los componentes básicos de los cuentos populares rusos para identificar sus elementos narrativos irreducibles más simples.

Propp estudió los cuentos populares hasta que encontró una serie de puntos recurrentes, las funciones que cumplen los personajes (conocidas como Funciones de Propp), que originaban una estructura constante en todos los relatos. Su Morfología del cuento (1928) fue prácticamente ignorada en el mundo occidental hasta que se tradujo al inglés en los años 1950.

Propp redujo estas funciones a 31 puntos, que se incorporan como ingredientes de los cuentos maravillosos y fantásticos y de las leyendas con la finalidad de destacar determinados aspectos o hitos en la actuación de los personajes. Aunque no aparecen todos en todos los cuentos, con frecuencia su función básica permanece y el orden es prácticamente siempre el mismo:

Funciones de planteamiento. El planteamiento sirve de introducción del relato para poner al lector en situación y explicarle el problema al que se enfrentará el protagonista:

1. Alejamiento. Uno de los miembros de la familia se aleja.
2. Prohibición. Recae una prohibición sobre el héroe.
3. Transgresión. La prohibición es transgredida.
4. Interrogatorio o conocimiento. El antagonista entra en contacto con el héroe.
5. Información. El antagonista recibe información sobre la víctima.
6. Engaño. El antagonista engaña al héroe para apoderarse de él o de sus bienes.

Funciones de nudo. En esta parte se desarrolla la historia, se establecen las relaciones entre los personajes, explicando qué lleva a cada uno a actuar como actúa, y se narran las aventuras del protagonista en su lucha por resolver el problema al que se enfrenta:

7. Complicidad. La víctima es engañada y, a su pesar, ayuda a su agresor.
8. Fechoría o carencia. El antagonista causa algún perjuicio a uno de los miembros de la familia o bien falta algo a uno de los miembros de la familia.
9. Mediación. La fechoría es hecha pública. Se le formula al héroe una petición u orden. Se le permite o se le obliga a marchar.
10. Aceptación. El héroe decide partir.
11. Partida. El héroe se marcha.
12. Prueba. El donante somete al héroe a una prueba que le prepara para la recepción de una ayuda mágica.
13. Reacción del héroe. El héroe supera o falla la prueba.
14. Regalo. El héroe recibe un objeto mágico.
15. Viaje. El héroe es conducido a otro reino, donde se halla el objeto de su búsqueda.
16. Lucha. El héroe y su antagonista se enfrentan en combate directo.
17. Marca. El héroe queda marcado.

Funciones de desenlace. La historia llega a su fin y todo se resuelve de un modo u otro. Esta parte describe el resultado final de las acciones emprendidas por el protagonista, cómo acabó todo y qué sucedió después de resolver el problema:

18. Victoria. El héroe derrota al antagonista.
19. Enmienda. La fechoría inicial es reparada.
20. Regreso. El héroe vuelve a casa.
21. Persecución. El héroe es perseguido.
22. Socorro. El héroe es auxiliado.
23. Regreso de incógnito. El héroe regresa, a su casa o a otro reino, sin ser reconocido.
24. Fingimiento. Un falso héroe reivindica los logros que no le corresponden.
25. Tarea difícil. Se propone al héroe una difícil misión.
26. Cumplimiento. El héroe lleva a cabo la difícil misión.
27. Reconocimiento. El héroe es reconocido
28. Desenmascaramiento. El falso queda en evidencia.
29. Transfiguración. El héroe recibe una nueva apariencia.
30. Castigo. El antagonista es castigado.
31. Boda. El héroe se casa y asciende al trono.

Dado que las funciones son llevadas a cabo por los personajes, Propp también los estudió concienzudamente y concluyó que podían participar estos siete tipos de personajes:

Héroe. Personaje que realiza o protagoniza la acción.
Bien amado o deseado. Lo que mueve al héroe tanto por deseo como por rechazo. Puede ser una persona (una princesa), un objeto (un anillo) o un ideal (libertad).
Donante. Es quien atribuye o asigna el bien deseado.
Mandatario. Es el que impulsa al héroe a actuar. Puede ser una situación, una idea, un objeto o una persona.
Ayudante o auxiliar. Es lo que favorece la acción del héroe. Puede ser una persona, una situación o un objeto, normalmente de características mágicas.
Villano o agresor. Es el antihéroe. Es quien interfiere en la acción del héroe. Es el obstáculo y puede ser una persona, una situación o una cosa.
Falso héroe. Es quien se hace pasar por el héroe y usurpa su lugar, reclamando el reconocimiento que no es suyo.

Las Funciones de Propp pueden ser de gran ayuda para el escritor, tanto en un cuento como en una novela, pero no se deben usar todas en la misma narración. Resulta recomendable reducir el conjunto de funciones utilizadas y escoger adecuadamente los personajes, en los que puede residir realmente la originalidad del relato.

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