miércoles, 28 de marzo de 2007

Anuncios: En la REMES

Gracias al boletín informativo que envía periódicamente a sus suscriptores Ediciones Parnaso he sabido de la existencia de REMES, la Red Mundial de Escritores en Español, una iniciativa llevada a cabo por varios escritores de distintos países de habla hispana.

Como reza en su página web, los dos objetivos básicos de REMES son (y cito textualmente):

- Ser un referente de consulta obligada sobre todos los escritores en lengua española (aunque su idioma vernáculo o habitual sea diverso) en cuanto a su bio-bibliografía general y específica, tanto para Revistas, como para Instituciones Culturales, Portales Literarios u otros escritores.

- Poner un importante grano de arena en la lucha contra el habitual anonimato de la Red, y, por ende, contra el frecuente fenómeno del plagio literario, que un instrumento tan universal y abierto (a la par que poco controlado) como Internet va propiciando cada vez con más asiduidad.

[...]el propósito de los responsables de la idea es que pueda convertirse en lo más completo y universal posible.

Esperamos contar con la colaboración de la inmensa mayoría de los escritores en lengua española.


Tras leer los objetivos del proyecto y echar un vistazo al directorio de escritores, decidí sumarme a esta asociación y aquí me tenéis.

lunes, 26 de marzo de 2007

El escritorio: Teorema de la Vida

Seguimos con las Nueve formas distintas de decir lo mismo sobre la vida. En esta ocasión utilizo algo parecido a un esquema matemático, como si se tratara del lenguaje formal empleado en la demostración de un teorema.

La vida es como una novela.

Demostración:

Supongamos que la vida es más enigmática de lo que quisiéramos, más atroz de lo que podemos imaginar.

Al imaginar, lo hacemos basándonos en los recuerdos que guarda nuestra memoria.

Pero la memoria es perversa y antojadiza, por tanto, nos vuelve incapaces de recordar con exactitud. De esto se deduce que cualquiera que intente relatar una anécdota sólo puede contar una versión de los hechos, una ficción.

Así obtenemos la ficción, que suele relegarse al conjunto de los libros para entretener al público con su lectura.

Por otra parte, la lectura es el alimento de quienes escriben, que, cuando lo hacen, se embarcan en una aventura, con sus lectores como tripulantes.

De la intersección de ambos resultados y sabiendo que los lectores prefieren libros que versen sobre temas más cercanos al mundo real, sobre la vida, llegamos a que la vida es como una novela, c.s.q.d.

Publicado en el número 53 de la revista Punto Cultural, julio de 2007.

domingo, 25 de marzo de 2007

Cine: Veneno en Spiderman 3

El último trailer de Spiderman 3 que se ha publicado confirma la aparición de Veneno como rival del trepamuros en la película. No sólo aparece sino que lucha contra él, de manera que esta tercera entrega promete ser bastante trepidante con Harry Osborn desfigurado tras su enfrentamiento con Parker, el peligroso rescate de Gwen Stacy, el Hombre de Arena en acción y un loco Eddie Brock poseído por el simbionte, con lo que se consigue un Veneno tan peligroso como Matanza (Carnage).



Parece que pocas sorpresas nos aguardan...

Para verlo con mayor nitidez, acudir al siguiente enlace: http://spiderman3oncomcast.com/.

lunes, 19 de marzo de 2007

Mis favoritos: La ciudad de los libros soñadores, de Walter Moers

Hay un lugar en el Universo donde se concentran todas las ideas artísticas, se ponen en contacto y engendran otras nuevas. La densidad creadora de ese lugar debe ser enorme… Un planeta invisible con mares y música, con ríos de inspiración pura y volcanes que escupen pensamientos, estremecido por relámpagos de ingenio. Es el Orm. Un campo de fuerzas que despide generosamente su energía. Pero no a todos. Sólo irradia a los elegidos.

Hace unos meses, regresaba de un viaje y esperaba que llegara la hora de coger el AVE rumbo a Sevilla cuando vi por primera vez, entre los libros que se vendían en el quiosco de prensa, la portada de esta novela. Uno tiende a desconfiar de los superventas que promocionan formando pilas y, particularmente, en puntos de venta tan fáciles para los ávidos de cualquier lectura. Así que me limité a hojear un ejemplar con curiosidad, vi las llamativas ilustraciones, leí la contraportada y algunas líneas del principio. Me pareció infantil y no me atreví a arriesgarme. Lo volví a dejar en su sitio.

Gracias a algunos amigos que fueron más valientes que yo, amigos de esos que sólo puedes encontrar en un foro de literatura (pues sólo en un sitio así existen "locos" temerarios que se lanzan a la lectura de todo título que encuentran mínimamente interesante), finalmente cayó en mis manos. ¡Afortunado momento! Tras conocerlo y recorrer sus páginas se ha convertido en otro de mis favoritos.

Indudablemente, es un libro que resulta sumamente tentador, pues se nos adelanta que habla de libros, muchos libros y más libros. Los libros son los protagonistas. Y el ambiente aparentemente infantil es sólo eso, una apariencia. El lenguaje empleado por Moers, al que no conocía, no es el más indicado para un niño (por la complejidad de algunos vocablos). Tampoco me parece apropiado para un crío el humor negro de algunos pasajes. Pero eso ocurre sólo a primera instancia... Luego, cuando te metes de lleno en la historia, te das cuenta de que es el relato idóneo para conseguir que se concilie el sueño felizmente. Y entonces soñamos con los escritores, los libros y los librillos.

No sorprende que el autor sea, además de guionista y novelista, dibujante de cómics. Así se explica la habilidad para acompañar la narración de ilustraciones, en el número justo y en las dimensiones y ubicaciones más impactantes. En este sentido es tan innovador como algunos clásicos "infantiles" pero con la gracia especial de que Moers cuenta con el talento múltiple de escribir y dibujar su propia historia.

Las más de cuatrocientas páginas, divididas en breves capítulos de trepidante acción y emocionantes vivencias, vuelan ante nuestros ojos y se leen con pasmosa rapidez. Acompañamos al personaje principal, un dragón, a través de un mundo que a todos nos gustaría conocer, aunque a veces produzca un poco de miedo. ¡Sentirnos rodeados de libros! Paredes, techos, suelos... Libros de todas las clases imaginables e inimaginables. ¿Cómo pudo concebir Moers tanto? Su creatividad es fascinante. Gran mérito del libro se debe precisamente a eso, a que es capaz de inventar un nuevo mundo y parece que ya no se puede inventar nada más en él.

Si queréis saber más, no os lo voy a contar yo. Vedlo aquí. Ah, y por cierto. Os puedo asegurar que el Orm existe.


Datos del libro:


Título: La ciudad de los libros soñadores
Autor: Walter Moers
EAN: 9788496231917
ISBN: 84-96231-91-7
Publicación: 2006 por Maeva
Nº páginas: 464

lunes, 12 de marzo de 2007

Taller: La carrera previa del escritor (VII)

Editoriales, la vía segura

En España hay unos 3.500 editores. Cada año se conceden más de 75.000 ISBN y una quinta parte son libros de literatura. Estas cifras definen una de las industrias editoriales más fuertes del mundo, gracias a la salida comercial que brindan los países americanos de habla hispana, a pesar de que los hábitos de lectura de los españoles dejan mucho que desear.

El acceso al mundo editorial es una de las grandes preocupaciones del escritor, aunque no debería ser la más importante. Es difícil que una editorial apueste por un autor todavía desconocido. Hallar esta oportunidad es difícil, pero no imposible. Los responsables de las grandes editoriales aseguran que leen todos los manuscritos que les llegan y contestan a sus autores. Además, hay pequeñas y medianas editoriales que siempre son más accesibles para abrirse camino a través de ellas. El secreto está en la perseverancia.

Si pensamos sinceramente que nuestra obra es de calidad, conviene ponerse en contacto con las editoriales y enviarles la obra concluida y revisada para que la lean y la evalúen con vistas a su posible publicación. Es la vía más segura, ya que el autor puede conseguir el respaldo de una editorial con todos sus recursos, aunque también puede ser la más difícil.

Si se inicia el contacto de forma inapropiada, se puede estar perdiendo el tiempo y haciéndoselo perder al editor, incluso se le puede molestar, repercutiendo en la reputación del escritor y sus posibilidades de publicar. Debe procurarse utilizar la etiqueta y la máxima formalidad en las cartas que se envíen, ya sean por escrito o por correo electrónico.

Otro aspecto a tener en cuenta es la elección de la editorial que más se ajusta al proyecto que se ofrece (por género, temática, línea editorial). En la Federación de Gremios de Editores de España se pueden encontrar numerosos datos sobre el sector y es posible localizar cualquier editorial española mediante un buscador y un directorio con presencia en Internet.

Presentación y envío de la obra
La mayoría de las observaciones que hemos hecho con respecto a los concursos son aplicables en este apartado, pues la obra debe cumplir los mínimos requisitos de presentación. Como ya hemos hecho constar antes, sería un grave error presentar un manuscrito cargado de errores y faltas. Las editoriales, que reciben decenas de originales, rechazan inmediatamente los que tienen defectos de presentación.

Además de lo ya expuesto, en la cubierta deben aparecer el título y el género de la obra y el nombre, la dirección, el teléfono y la dirección de correo electrónico del autor.

Junto con la copia de la obra que se enviará por correo, debe adjuntarse una carta de presentación concisa y educada donde, además de los datos personales, se destaque el currículo del autor como escritor (premios y otras obras escritas o publicadas).

Proceso de selección
El tribunal examinador del editor evalúa las siguientes características:

- Calidad del estilo y de la obra literaria.
- Interés y sustentación de la historia narrada.
- Brillantez y originalidad de las ideas.
- Ajuste con la línea editorial de la casa.

El proceso de selección tiene tres fases:

Primera criba. Se devuelven directamente los manuscritos que no se ajusten a la línea de la editorial. Por eso hay que conocer las editoriales y sus colecciones antes de enviar inútilmente un trabajo.

Lectura rápida. Se hace una lectura general saltando páginas para ver el estilo y la forma de desarrollar la obra. El examen dura cinco o diez minutos. En esta fase se devuelven el noventa por ciento de los manuscritos, acompañados de una carta prototipo que no hiera la sensibilidad del autor.

Lectura minuciosa. Uno o varios lectores ajenos a la casa leen el manuscrito y hacen un informe con el resumen de la obra, un análisis y puntualizaciones. Luego la pasan al responsable literario y la obra puede ser leída varias veces antes de superar la criba final, que es la mesa del editor (éste es quien tiene la última palabra). Si finalmente la obra es rechazada, se suele devolver con una carta personalizada.

La selección es dura y pocos la superan. En cualquier caso, ningún editor que rechace una obra le confesará directamente al autor la pobreza del manuscrito, ya que éste es un cliente potencial.

A Upton Sinclair, autor norteamericano con más de noventa libros publicados, le rechazaron su obra cumbre, La jungla, en más de cinco editoriales. A James Joyce, el autor de Ulises, le rechazaron su primer libro de cuentos cortos en 22 editoriales. La obra de Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura en 1954, también fue rechazada en numerosas ocasiones. Al escritor austríaco Robert Schneider, le rechazaron el manuscrito de su primera novela 67 veces en editoriales de tres países.

Es muy recomendable leer también los Consejos al autor que José Miguel Desuárez, director de Hipálage, ofrece en la página web de su editorial.

Fuente: Librería Fuentetaja

Experiencia personal
Vamos a incluir aquí la experiencia personal de José María Carrasco, autor de Capitán Nadie. Representa un caso singular. No es de esos escritores que desde siempre han estado persiguiendo concursos o intentando que otros le lean. Por regla general, escribía por simple distracción y nunca pensó que sus escritos tendrían lectores. Sin embargo, un buen día decidió que ese relato que había escrito podía tener opciones y lo envió a cuatro o cinco editoriales, eligiéndolas con mucho cuidado según el tipo de obras que publicaban para apuntar bien el disparo. Al cabo de unos meses, cuando menos lo esperaba, una de ellas le respondió afirmativamente –siempre cuenta que el momento en que leyó la carta lo vivió como un verdadero sueño, como si en ese instante no estuviera despierto- y hace un año que su primera novela se encuentra dentro de la colección Periscopio de EDEBÉ.

La mayor ventaja es el respaldo que está recibiendo por parte de la editorial, pero esta característica, lamentablemente, tampoco se da siempre, aunque te ocurra como a él y sea la editorial la que seleccione tu obra para ser editada. Por otra parte, después de firmar el contrato, no volvió a saber nada del libro hasta que recibió la caja con los ejemplares de cortesía, es decir, no pudo participar en ninguna decisión sobre su aspecto final. Supone que esto es la norma, para evitar retrasos y conflictos de opinión.




Nota: Material extraído del taller literario “Tengo una historia, ¿quién me la publica?” impartido el 27 de mayo de 2006 durante las I Jornadas de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, Sevilla.

jueves, 8 de marzo de 2007

Documentación: El cultivo de la persea en Aztlan

La planta más valiosa de Aztlan era la persea (aparece mencionada por primera vez en la página 86 de Ladrones de Atlántida), cuyas semillas se utilizaban como moneda de cambio, pues múltiples eran sus usos, además de contar con fines curativos. Teniendo esto en cuenta, sólo un caprichoso acaudalado podía permitirse tomar una infusión de persea. No sólo podían masticarse sus hojas para tratar la mordedura de serpiente, sino que la raiz actuaba como excelente cepillo de dientes, la gomosa médula como nutritiva golosina para engañar el hambre y la corteza del tallo se molía para, echada en el agua dulce de los ríos, paralizar a los peces y facilitar su captura. Cuando transcurría el tiempo, esta planta crecía convirtiéndose en un alto árbol.

Plantas como la persea y el pezcle son fruto de la invención que reúnen propiedades de distintos vegetales que sí existen en la realidad. Con ello se pretende dotar a Aztlan de especies autóctonas, algunas de tanto valor como la sal, el cacao o el agua en otras culturas y civilizaciones. Sin embargo, el Árbol de la Persea (Mimusops laurifolia, Mimusops Schimperi) es real. Se trata de un árbol perennifolio que requiere clima templado con exposición soleada o poco sombreada, alto, de hojas ovales, que se reproduce por semillas y que produce un pequeño fruto comestible amarillo o verde.

Mientras Persea es su nombre griego, entre los antiguos egipcios, se le conocía con el nombre de ished. Es frecuente encontrar su fruto formando parte del alimento que se utilizaba como ofrenda en las tumbas o citados en los textos funerarios (“[…] yo soy el gato cerca del cual se abrió el árbol ished en Heliópolis la noche en que fueron destrozados los enemigos del Señor del Universo […]”, dice el capítulo 17 del llamado Libro de los Muertos), asimilando su forma y color al Sol. Se le relacionaba con el renacimiento del astro rey y del difunto. Precisamente, su presencia se hace evidente desde la III dinastía.

Una vez leída la novela, no parece casualidad que la persea (ished) también fuera considerada origen de la vida y árbol sagrado de On (Heliópolis), plantado en el recinto del templo del dios del Sol. Numerosas representaciones en los templos documentan desde la XVIII dinastía una ceremonia durante la cual se inscribía el nombre del Rey. Se creía que la diosa Seshat, el dios Thot y el dios Atum inscribían en sus hojas (o frutos) los anales reales y los años de reinado de los monarcas, y que Ra fue el primero en inscribir su nombre en las hojas o frutos de la Persea, guardando así una relación directa con el destino. Crecía en el mundo donde vivían los dioses y estaba guardada por el “Gran Gato” de On, que lo defendía de los ataques de la serpiente Apep (Apofis). Esta relación se recoge en los Textos de los Sarcófagos y el Libro de los Muertos del Imperio Medio (http://www.egiptologia.com).

El nombre de los shuabtis, esas figuras que aparecen en los ajuares funerarios a partir del Imperio Medio y que a partir de la Baja Época se llamarían ushebtis, deriva de la palabra ished (shuab) porque probablemente se hacían con la madera del Árbol de la Persea.

En una de las concepciones del cielo, los antiguos egipcios lo describían como un enorme árbol de Persea, en el que las estrellas no serían más que sus hojas o frutos. El Sol salía de entre sus hojas cada mañana y por la tarde volvía a ocultarse entre el follaje.

Actualmente, hay una especie endémica de Madeira, Azores y Canarias llamada Persea Índica. Otro árbol de la misma familia de las Lauráceas es la Persea Americana, vulgarmente conocido como aguacate.

miércoles, 7 de marzo de 2007

El escritorio: Eclipse en Zuheros

Las líneas que transcribo a continuación se llevaron al cuaderno que siempre me acompaña tras producirse el eclipse de luna, en la noche del sábado 3 de marzo al domingo 4 de marzo de 2007. Tuvimos la suerte de contemplar el fenómeno desde la plaza de Zuheros, a unos pasos de nuestro hotel. Desde el pasillo que conducía a nuestra habitación, podíamos asomarnos a los balcones y también se avistaba el desarrollo del eclipse.

Cuando la miré hacia las nueve,
era una galleta de chocolate blanco,
una tarta de queso fresco,
un círculo de helado de nata.
Brillaba con intensidad,
reflejaba los rayos de sol,
haciéndose cada vez más grande
en el firmamento rural.

A las once menos cuarto
volví a buscarla, volví a verla,
y la sombra de nuestro mundo
le había dado un mordisco.
En el cielo negro de Zuheros,
la luna se tiñó de rojo oscuro,
poco a poco, gradualmente,
perdiendo su hegemonía.

A las doce parecía un simple globo,
un pedrusco pintado entre estrellas
por el hombre primitivo que decoraba
los techos de las cavernas.
¿Volveremos a la plaza de la Paz
dentro de veintidós años
para ver de nuevo con fascinación
cómo las tinieblas devoran la luna?

Fuente: Univision

martes, 6 de marzo de 2007

Cine: Avance de siete minutos de Spiderman 3

Para los que esperamos ansiosos el estreno, estas imágenes son todo un aliciente, aunque no termino de comprender por qué nos están mostrando tantas escenas de la película. Ojalá sea porque nos esperan más sorpresas.



¿Las sorpresas serán en este sentido?

Veneno en Spiderman 3

lunes, 5 de marzo de 2007

Librerías al estilo de Borges

Existen, yo las he visto. Hay lugares llenos de libros, colocados ordenadamente en estantes infinitos, catalogados con meticulosidad como en la biblioteca más organizada. Borges nos narró un cuento sobre la Biblioteca de Babel, la biblioteca infinita que albergaba todos los libros susceptibles de ser escritos. Lo que vi ayer era lo más parecido dentro de nuestra realidad, aunque probablemente existan sitios aún más impresionantes.

Hace unos días accedí a la página web de la Librería Renacimiento, gracias a los datos que me había proporcionado otro librero de viejo de Sevilla. Con la ayuda de su potente motor de búsqueda, fui buscando una serie de títulos, imposibles de encontrar en otros establecimientos -es una pena, pero los libros tienen caducidad, aunque su edición nos parezca muy reciente-, y lo más asombroso fue que los encontré casi todos. A dos pasos de casa, como quien dice. Realicé mi pedido, me confirmaron que en efecto tenían la mercancía y reservaron mis libros para que fuera a recogerlos. Para allá fui hoy.

Lo primero que llamaba la atención era su ubicación, en medio de un polígono industrial próximo a la ciudad. Me habían dado correctamente las indicaciones, pero por allí, entre los hangares con grandes rótulos, no veía ninguna librería. Tuve que llamar por teléfono para que me explicaran qué puerta secreta debía cruzar.

Era una puerta verde y grande, en la que no se apreciaba información relevante. Nadie hubiera dicho que dentro había libros, hasta que te acercabas a ella y cruzabas el umbral. Al otro lado, un universo diferente. Varias personas movían pilas de libros mediante carritos con ruedas, para su clasificación, o los embalaban en cajas de cartón.

La librería era enorme, inmensa. Ocupaba tres naves, aunque yo sólo pude ver la que está abierta al publico. A unos metros de la puerta, comenzaban las plataformas metálicas: tres pisos repletos de estanterías que, como muros, se elevaban desde el suelo hasta el techo y continuaban hasta el fondo oscuro, negro e invisible, de la nave. Nunca había visto tantos libros fuera de una biblioteca. Y cuando digo biblioteca me refiero a una de ésas que se visitan en plan de turista y expone sus valiosos libros como joyas, revistiendo las paredes.

Además de la impactante visión, el olor. El olor a papel antiguo, a papel ajado y amarillento. Me dejaron consultar los libros que había reservado y hojeé esas páginas deterioradas por el tiempo, tal como esperaba.

Me detuve a contemplar la librería todo lo que pude, sin atreverme a hacer una incursión entre las estanterías. Cuando salí de allí, sabía que tengo que volver.

domingo, 4 de marzo de 2007

Matemáticas: Los límites artísticos del infinito

En 2005, un grupo de veinte artistas dirigidos por Nikolaus Baumgarten publicaron Zoomquilt, obra en la que, mediante movimientos del ratón, nos desplazábamos a la velocidad deseada a través de mundos fantásticos hasta llegar al mismo punto del que habíamos partido.

Básicamente consiste en una sucesión ordenada de imágenes; cada imagen contiene la siguiene en la sucesión. Mostradas en un bucle cerrado forman una ilusión óptica, una imagen infinita que nos recuerda la obra de genios como M. C. Escher, Salvador Dalí o El Bosco.


Este año acaban de lanzar la segunda versión. Podéis ver aquí la siniestra presentación.

Fuente: Zoomquilt II