Texto de contraportada:
Cuando Eleazar, el hijo de Nébulos, decidió penetrar en las prohibidas y sombrías planicies de Chandigharán, el calcinado reino de Shelomó, desconocía la gran aventura que estaba a punto de comenzar, y tampoco imaginaba el castigo que su padre le impondría privándole de sus derechos como Eterno.
Eostes, el hijo de Odenhas, acompañará a su amigo Eleazar hasta el confín de un mundo lleno de ignota magia e incontables peligros, que será testigo del resurgir del más temible de los enemigos: Anteo, el abominable hijo de Gea.
La Maldición es una historia de imaginación sorprendente, donde Eternos, Humanos, Homosaurios, Trolls y Magos se encuentran inmersos en la permanente lucha entre el bien y el mal.
Después de varias conversaciones por correo electrónico y a través de algún portal en internet, Paco Illán, autor de La maldición, la primera parte de La cólera de Nébulos, y yo decidimos intercambiar ejemplares de nuestras novelas. Se trata de un ejercicio gratificante, el poder dedicar tu obra a otro escritor, regalársela y, a cambio, recibir como recompensa la suya también firmada. Aunque hay quien, al parecer, utiliza estos intercambios con otros propósitos, como describe David Mateo en su artículo Libros dedicados, es una práctica extendida entre los escritores que se van conociendo.
Como consecuencia de este intercambio, Paco ha leído Ladrones de Atlántida, que parece haberle gustado bastante a juzgar por sus comentarios, y yo he disfrutado con las aventuras de ambiente mitológico que envuelven a los heroicos Eleazar y Eostes durante las casi trescientas páginas de la novela. Estos héroes tienen algo de Hércules y Jasón, de Ulises y Aquiles, o de Arturo y Lanzarote, pues la historia de los camaradas unidos por una misma causa y luchando por ella a toda costa no es la novedad, no es lo que Paco inventa en su relato.
Paco nos descubre otra cosa: la sencillez con que se puede narrar una crónica épica, la inteligencia con la que se puede emplear cualquier vocablo sin ser coloquial. También hace comprender al lector que no hacen falta mil páginas para contar una historia que esté bien contada. Consigue introducir al lector en la acción más intensa con apenas tres o cuatro párrafos. Personalmente, encuentro muy adecuada la extensión de los pasajes más dinámicos, pues no hace falta prolongarlos para narrar lo que ocurre (aunque podría hacerse), sino todo lo contrario, y eso es lo que hace el autor, que no quiere agotar a sus lectores con una sucesión de descripciones innecesarias. En efecto, el libro podría tener el doble de páginas, pero no se leería con el mismo placer.
El libro comienza, en su segunda edición, con una introducción de Juan Espallardo que resulta muy interesante por la descripción que hace de algunas facetas de los escritores en general, por lo que cuenta acerca de las intenciones de quienes escribimos y la definición que hace de la fantasía (la literatura fantástica). Me pareció una presentación muy acertada, pues, además, resalta las virtudes más destacables de Paco Illán Vivas, entre ellas su altruismo al dedicar voluntariamente parte de su tiempo para difundir la obra de otros escritores a los que va conociendo. Es algo de lo que me voy dando cuenta poco a poco, como si el esfuerzo de Paco fuera tan inmenso que resulta difícil de abordar a primera vista. Y me estoy dando cuenta incluso en mis propias carnes, pues ha dedicado algunas de sus observaciones a lo que escribo o a mi carrera literaria, tan halagadoras que me sonroja, lo admito.
Luego sigue un prólogo breve e impactante, la antesala de una sucesión de aventuras vividas por los dos protagonistas en su recorrido por las tierras malditas. La aparición de talismanes y armas mágicas, como la espada Dragonia, nos recuerdan las leyendas artúricas o, en el otro extremo, algunos elementos de los juegos de rol o antiguos videojuegos casi olvidados.
Uno de los episodios más fascinantes es el que recoge el asedio de Iskar por parte de los asgardianos. Qué buena batalla, qué verosímil parece, qué bien descrita sin necesidad de entrar en excesivos detalles. Queda patente la labor de documentación del autor y, sin embargo, también su intención de contar lo que pasó pero no siempre cómo, para no alargar demasiado las escenas (para eso ya tenemos a Homero o Tolkien). Paco logra transmitir que lo verdaderamente importante son las repercusiones del combate.
Los encuentros con los magos marcan hitos en el texto y, al mismo tiempo, el autor escapa de la tradicional búsqueda que hace el aprendiz de su maestro. Los héroes van al encuentro de los magos para saber qué pruebas deben superar y tener una guía física, no espiritual, en el viaje que emprenden. En esta travesía, Eleazar y Eostes no paran de combatir contra criaturas espantosas. La novela se hace trepidante, aventura tras aventura, pero de forma pausada, como sólo sabe hacer un buen contador de historias.
Para la ambientación consigue una mezcolanza de mitologías que se deja entrever en los diálogos de los personajes y en la mención de nombres propios. Esas alusiones a la mitología clásica consiguen que los personajes sean más familiares para el lector, tengan los nombres que tengan.
Pero, ahora, ¿qué les depararán los hados a nuestros héroes en El rey de las esfinges?
Podéis seguir de cerca al autor en su blog: La cólera de Nébulos.
Título:La cólera de Nébulos. La maldición
Autores: Francisco Javier Illán Vivas
ISBN (13): 978-84-96114-87-6
Publicación: 09/2005 por Nausícaä
Nº páginas: 296