martes, 31 de enero de 2012

Taller: Nuevas estructuras narrativas y experimentos literarios

La estructura narrativa es el orden en que presentamos los sucesos al contar un relato. Esto significa que está compuesta por el modo en que está contada la historia, el espacio y el tiempo en que sucede. Por ejemplo, los cuentos folclóricos tradicionales están narrados a partir de una estructura o temporalización lineal, lo que significa que los hechos se narran en estricto orden cronológico.

Pero no todos los cuentos tienen una estructura o temporalización lineal. El narrador puede comenzar contando el relato desde el clímax, lo que lo dotará de una estructura más compleja y lo dejará sujeto a una temporalización anacrónica: el orden del tiempo de la historia se altera en el tiempo del discurso, mediante discordancias entre el orden natural, cronológico, de los acontecimientos que constituyen el tiempo de la historia y el orden en que son contados en el tiempo del discurso. En esta situación, para explicarlos, el narrador tiene que recordar las cosas que ya sucedieron y realizar una analepsis (anacronía consistente en un salto hacia el pasado en el tiempo de la historia), también llamada flashback o regresión, y la acción solo podría seguir hacia el desenlace.

El narrador también puede detenerse en el punto de clímax y contar lo que va a suceder mediante una prolepsis (anacronía que consiste en dar un salto hacia el futuro en el tiempo de la historia), también llamada flashforward o anticipación, para que sepamos cómo se resuelve la historia.

Independientemente del tipo de estructura que se utilice, deben existir los tres momentos fundamentales de la tensión narrativa: Planteamiento, Clímax y Desenlace. Tener esto claro mientras escribimos puede evitar errores e inconsistencias o, al menos, ayudará a subsanarlos en el proceso iterativo de la revisión del texto.

El relato ortodoxo, con su estructura clásica de presentación, nudo y desenlace, o incluso con el uso de la ordenación característica del flashback, se encuentra en crisis. A finales de la década de 1980, el mundo del cine, que busca y experimenta continuamente nuevos enfoques para atraer la atención del espectador, lo cuestionó ampliamente. Así ocurrió con el director Jim Jarmusch, cuyas películas, con estructuras discontinuas y episódicas, a menudo evitan la estructuras narrativas tradicionales, sin un claro progreso de la trama y centrándose más en el desarrollo de la atmósfera y los personajes. Más adelante ocurriría con las historias cruzadas de Robert Altman, las narraciones fracturadas de Quentin Tarantino o los laberintos mentales de David Lynch.

Sin embargo, no hay que salir del mundo de la literatura para encontrar multitud de autores que trataron de trascender el formato tradicional de los libros para adaptarlos a sus necesidades expresivas. Con anterioridad a los cineastas citados, escritores con talento e ingenio como Carlos Oquendo de Amat, Max Aub, Octavio Paz y Julio Cortázar, por citar algunos, ya habían llevado a cabo intentos muy significativos sobre la forma de contar, de forma diferente, un relato.

La obra maestra del poeta peruano Carlos Oquendo de Amat fue Cinco metros de poemas (1929), un libro constituido por una única hoja que medía aproximadamente cinco metros, desplegable como un acordeón y que, al abrirse, dejaba ver el continuo de poemas que corren uno detrás de otro, a manera de una película de cine. Cada poema es una imagen casi onírica de un mundo extraño pero sugerente.

Max Aub, siempre sorprendente, escribió Juego de cartas (1964) como regalo navideño para sus amigos. Se trata de un libro en forma de baraja con 108 naipes, cuyos anversos preentan los palos y valores de las cartas. En el reverso de cada uno de ellos puede leerse una misiva entre diversos personajes que dan su opinión sobre el protagonista, llamado Máximo Ballesteros. Según las reglas del juego, hay que mezclar y repartir las cartas entre los jugadores para que las lean en voz alta por turnos hasta acabar el mazo. El orden en el que se lean dibuja una imagen de Máximo Ballesteros que cambia en cada partida, de manera que su personalidad queda siempre marcada por el azar.

Blanco (1967), de Octavio Paz, se publicó como un libro plegado a modo de fuelle, impreso a dos tintas y dividido en dos columnas que permitían lecturas diferentes del texto.

Por su parte, Julio Cortázar tiene una conocida novela, titulada Rayuela (1963), con 155 capítulos, que pueden ser leídos de diferentes formas. A la lectura tradicional, es decir, empezando por la primera página y siguiendo la continuidad del texto hasta llegar al capítulo 56. Pero también contiene el denominado "tablero de dirección", que propone una lectura completamente distinta, saltando y alternando capítulos. A esas dos opciones se suma la posibilidad de una lectura en "el orden que el lector desee". Cortázar anticipa así la hiperficción explorativa que desarrollaremos en otro artículo.

viernes, 20 de enero de 2012

Taller: Las categorías narrativas de Genette

Gérard Genette es un teórico francés de literatura y poética y uno de los eruditos que concibió la Narratología. Ha elaborado una de las metodologías más coherentes y completas para el estudio de la prosa narrativa, recogida en su obra Figures III (1972).

Genétte distingue, en el texto narrativo, tres instancias o categorías:

- La Historia, que es el conjunto de los hechos o acontecimientos presentados de acuerdo con un orden lógico y cronológico, en el cual jamás podrían sucederse de forma natural, ya que algunos hechos pueden solaparse o bien ocurrir simultáneamente. Es el significado o contenido narrativo.

- El Relato, que es el discurso oral o escrito que materializa la Historia, es decir, el texto narrativo concluido.

- La Narración, que es el hecho o la acción verbal que convierte a la Historia en Relato. En los textos narrativos es una situación de ficción.

Por tanto, para el lector, Historia y Narración solo existen a través del Relato.

Para Genette, el significado de la obra se construye al identificar las relaciones entre los distintos niveles. Por lo tanto, en su teoría, afirma que la articulación de las relaciones entre Historia, Relato y Narración se puede estudiar mediante la observación y el análisis de tres instancias o categorías que surgen de las mismas:

- Tiempo, que expresa las relaciones posibles entre el Relato y la Historia. Se analiza a partir de las alteraciones que pueden presentarse y que causan un determinado efecto de sentido: distorsiones de Orden, de Velocidad (o Duración) y de Frecuencia.

Las distorsiones de Orden surgen por la decisión del narrador de alterar la secuencia cronológica de la historia, que puede adelantar acontecimientos o interrumpir el fluir de los hechos para evocar un hecho anterior. Estas anacronías se manifiestan como una discordancia entre el orden de la Historia y el orden del Relato y pueden ser analepsis (Relato en forma restrospectiva) o prolepsis (Relato en forma prospectiva, con anticipación de sucesos).

Las distorsiones de Velocidad o Duración se manifiestan por comparación entre el lapso temporal al que alude la Historia y la cantidad de espacio físico o texto que supone en el Relato. Estas alteraciones del movimiento narrativo se pueden clasificar en cuatro formas fundamentales según su extensión y dinamismo: escena (habitualmente, con diálogos), pausa descriptiva, resumen o sumario y elipsis (en la que los acontecimientos se cuentan de forma condensada y se suprime información que no es crucial).

Las distorsiones de Frecuencia se deben a las relaciones de frecuencia o repetición entre los hechos sucedidos y los hechos narrados. En este sentido, el Relato puede ser Singulativo (se narra una vez lo que ha ocurrido en la Historia), Singulativo Anafórico (se cuenta n veces lo que ha ocurrido n veces en la Historia), Iterativo (se cuenta varias veces lo que ha ocurrido una vez en la Historia) o Repetitivo (se cuenta una vez lo que ha ocurrido n veces en la Historia).

- Modo de la representación en que se expresan las relaciones entre la Narración y el Relato.

Por una parte, en el Discurso siempre existe una Distancia intrínseca del Relato con respecto al lector. Dicha distancia puede ampliarse o reducirse dependiendo de cómo se construya el Discurso. Este puede basarse en el monólogo o en el diálogo: directo (si se representan los enunciados de cada personaje sin modificarlos, como en este ejemplo: "-Avísame -me dijo A"), indirecto (si se relatan los enunciados de cada personaje, como en este ejemplo: "A me dijo que la avisara") o indirecto libre (si un personaje se pone en el lugar de otro y emite los enunciados de este último en su lugar, como en este ejemplo: "A me diría que la avisara").

En cuanto a la perspectiva desde la que se cuenta la Historia, Genette evita los términos “visión” y “punto de vista” y utiliza en su lugar el concepto más abstracto de Focalización. Por tanto, el Relato puede ser no focalizado o de focalización cero (el relato clásico), de Focalización Interna (fija, si no se abandona el punto de vista con que se comenzó; variable, cuando el personaje principal es primero uno y luego otro; y múltiple, si el mismo acontecimiento se evoca varias veces según el punto de vista de distintos personajes, como en las obras epistolares), de Focalización Externa (el protagonista actúa sin que podamos conocer sus pensamientos y sentimientos) o de Doble Focalización (se manifiestan los pensamientos y sentimientos de un personaje desde el punto de vista de otro, al tiempo que el Relato se centra en las acciones).

- Voz, que se refiere a la forma en que se encuentra implicada, en el Relato, la propia Narración. En ella se encuentran el narrador y su destinatario, real o ficticio. Genette distingue dos categorías: el tiempo de la Narración y los niveles narrativos junto con la persona.

Cuando se especifica el tiempo y no el lugar, la Narración se clasifica de acuerdo con su posición temporal: Ulterior (Relato de hechos pasados), Anterior (Relato predictivo, de hechos posibles), Simultánea (Relato en presente) e Intercalada entre los momentos de la acción (exite una distancia temporal mínima entre los hechos y el Relato). También se habla de Narración en primer grado (la voz se relaciona con el lector) y de Narración en segundo grado (es un personaje quien narra).

Por otra parte, Genette matiza la diferencia de nivel entre el acontecimiento contado por un Relato y el acto narrativo del cual resulta dicho Relato. Así, define los niveles extradiegético (el narrador, en tercera persona, queda fuera de la historia, sea omnisciente o focalizado), intradiegético (el narrador, en primera persona, está dentro de la historia, como protagonista o testigo) y metadiegético (uno de los personajes cuenta una historia dentro de la principal).

Estas categorías (Tiempo, Modos y Voz) se relacionan con las anteriores (Historia, Relato y Narración) de la siguiente forma. Tiempo y Modo funcionan, las dos, en el nivel de las relaciones entre Historia y Relato; mientras que la Voz designa, a la vez, las relaciones de la Narración con el Relato y la Historia. Las categorías de Tiempo, Modo y Voz únicamente pueden ser observadas en el Relato, ya que este es el objeto concreto.

sábado, 14 de enero de 2012

Hablamos de ficción histórica

Ayer no me equivoqué al anunciar el éxito que tendría el Bibliofórum que se celebró por la tarde. En efecto, acudieron muchas personas. Si, al principio, en las primeras convocatorias, asistían 5 ó 6, como comentó Juan Antonio Caro, uno de los fundadores y el moderador de la tarde, ahora se reúnen más de 30. Resulta extraño que venga motivado por la literatura y que ocurra una tarde de viernes. El único inconveniente es que cada vez es más difícil hacer la foto de grupo al término de la charla de forma que quepamos todos.

Atendiendo al guión que había preparado Juan, Teo Palacios y yo dimos nuestros puntos de vista sobre la forma en que habíamos llegado al género o cómo lo utilizábamos, la definición de lo que podía entenderse por una novela histórica o los títulos que nos parecían más representativos. A menudo discrepábamos (qué sano y estimulante es pensar diferente), pero Teo no tuvo que usar para defender sus ideas el machete que decoraba la mesita de los libros que teníamos delante, entre el público y nosotros.

Aunque a mí me bastó con pasármelo bien (se me pasó el tiempo volando), he de destacar el esfuerzo adicional que ponen los organizadores en seguir mejorando cada convocatoria. En esta ocasión, hubo retransmisión en directo del sonido a través de internet e intervenciones vía chat de asistentes virtuales.

Por último, la velada de ayer me proporcionó la oportunidad de reencontrarme con un antiguo compañero de estudios, al que no veía desde que terminé la licenciatura en Matemáticas, hace mucho, mucho tiempo. La conversación con Pepe Cebrián me hizo reflexionar sobre nuestra forma de entender y absorber la literatura frente a la historia y recapacitar acerca del alcance de la creatividad (¿hasta qué punto puede ser real lo que surge de nuestra invención?).

Nos veremos en la siguiente.

viernes, 13 de enero de 2012

Biblioforum: Ficción de época y narrativa histórica

Creo que ya conocéis las actividades de Bibliofórum Sevilla, que consiguen reunir, una vez al mes como mínimo, a un público creciente de seguidores, interesados en la literatura, ya sea como lectores o como escritores. Tal vez su éxito se deba al alto grado de interacción con el público que se logra.

Hoy se celebra otra de las conferencias que convocan regularmente, dedicada esta vez a la narración histórica y de época, y participaré como ponente, junto con el escritor y amigo Teo Palacios. Será en el CICUS (C/ Madre de Dios, 1) a las 19:00. Os invito a disfrutar de un rato de charla entre aficionados a los libros.

lunes, 9 de enero de 2012

Taller: Las categorías del relato según Todorov

Sin duda, puede considerarse al lingüista francés, de origen búlgaro, Tzvetan Todorov como un humanista contemporáneo. Estudió con interés la filosofía del lenguaje, disciplina que concibió como parte de la Semiótica. De su obra teórica destaca la difusión del pensamiento de los formalistas rusos, el movimiento intelectual que marcó el nacimiento de la teoría y la crítica literaria como disciplinas autónomas (teniendo como objeto de estudio la «literariedad», es decir, la propiedad esencial de toda obra literaria) y que también tuvo su influencia en la evolución de los estudios lingüísticos.

Todorov habló por primera vez de Narratología para poner nombre al estudio de los elementos fundamentales de la narración y propuso trabajar sobre dos grandes niveles:

- La historia, que es el conjunto de acontecimientos desarrollados por los personajes y que comprende una lógica de las acciones y una sintaxis de los personajes.
- El discurso o la manera en que son narrados los acontecimientos, que recoge los tiempos, los aspectos y los modos del relato.

Se reconoce como una gran aportación a la teoría de la literatura su Introducción a la literatura fantástica (1970), quizás porque es la obra que mejor condensa las ideas para llegar a definir lo que es la literatura fantástica. Para empezar, descarta que sea un género y afirma que se puede manifestar en cualquier tipo de obra, ocurriendo cuando el lector es incapaz de descartar completamente lo inverosímil. Todorov diferencia tres categorías dentro de la ficción no-realista: lo maravilloso, lo insólito y lo fantástico. Cada uno de estos géneros se basa en la forma de explicar los elementos sobrenaturales que caracterizan su manera de narración.

Si el fenómeno sobrenatural se explica racionalmente al final del relato, estamos en la categoría de lo insólito. Lo que a primera vista parecía escapar a las leyes físicas del mundo tal y como lo conocemos no es más que un engaño de los sentidos que se resolverá según estas mismas leyes.

Al contrario, si el fenómeno natural permanece sin explicación cuando se acaba el relato, entonces nos encontramos ante lo maravilloso. Tal sería el caso de los cuentos de hadas, las fábulas y las leyendas. Los detalles irracionales forman parte tanto del universo como de su estructura.

Para Todorov, la categoría de fantástico se encuentra entre lo insólito y lo maravilloso, y solo se mantiene el efecto fantástico mientras el lector duda entre una explicación racional y una explicación irracional. Una vez acabada la narración, el texto es insólito si tiene explicación y maravilloso si no la tiene. Según él, lo fantástico no ocupa más que "el tiempo de una incertidumbre", hasta que el lector opte por una solución u otra. Lo fantástico es la duda experimentada por un ser que sólo conoce las leyes naturales frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural, un espacio en equilibrio entre lo insólito y extraño, pero realista, y lo maravilloso.

Por tanto, el lector se topa con el elemento fantástico con mayor frecuencia de lo esperado, incluso en una obra que pretende ser realista. En la literatura se refleja la experiencia de vivir, que también es caminar por un territorio fronterizo entre conocimento y creencia.

viernes, 6 de enero de 2012

El escritorio: El listillo de Navidad

De repente, un objeto fugaz cruzó el firmamento dejando una estela tras de sí, cuando la caravana de dromedarios y portadores reanudaba su marcha.

-¡Mirad, en el cielo! -exclamó el asistente de Melchor.

-¿Es un pájaro? -gritó el asistente de Gaspar.

-¿Es la estrella que nos guía? -replicó el asistente de Baltasar.

-No, nada de eso -contradijo Melchor, mesándose la barba.

-Es ese listillo de todos los años -refunfuñó Gaspar chasqueando la lengua.

-Ay, Nicolás siempre se nos adelanta -se lamentó Baltasar.

domingo, 1 de enero de 2012

La biblioteca: Recuento de libros leídos en 2011

Además de presentar la relación de libros que he leído durante el año 2011, los he clasificado para dar mi impresión general de los mismos. Para ello utilizo la siguiente notación:

Muy recomendable, imprescindible = *****
Excelente, recomendable = ****
Me ha gustado = ***
Me quedé como estaba = **
No me ha gustado nada = *

ENERO
1 ) Crónicas de un viajero, de Burton Holmes ****
2 ) Este domingo, de José Donoso **
3 ) Los robots de Leonardo, de Mario Taddei ****
4 ) El gigante que leyó El Quijote, de Eliacer Cansino **

FEBRERO
5 ) A contrarreloj, de varios autores **
6 ) Brooklyn then and now, de Marcia Reiss ***
7 ) Stuart Little, de E. B. White ***

MARZO
8 ) Cuentos de Eva Luna, de Isabel Allende ***
9 ) Crónicas de la Atlántida, de Joaquín Londáiz Montiel **

ABRIL
10 ) ¡Tiemble después de haber reído!, de varios autores ***
11 ) Marianela, de Benito Pérez Galdós ***
12 ) El prisionero de Zenda, de Anthony Hope ****
13 ) Mis cuentos preferidos de los Hermanos Grim, de Jacob y Wilhelm Grim ****

MAYO
14 ) El humo en la botella, de Juan Ramón Biedma ***
15 ) New York, New York, de Inma López Silva **

JUNIO
16 ) Historias de amor, de Adolfo Bioy Casares ***
17 ) El libro de los piratas, de Howard Pyle ****
18 ) Vuelo nocturno, de A. de Saint-Exupéry ***
19 ) El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle *****
20) Viaje al pasado, de Stefan Zweig ***
21 ) La zona envenenada, de Arthur Conan Doyle ****
22 ) Los milagros de la vida, de Stefan Zweig ****

JULIO
23 ) Florencia reconstruida, de Maria Antonietta Lozzi y Carlo Sorangelo ***
24 ) La catedral de Siena, de Enzo Carli ***
25 ) Viajar, de Herman Melville ***
26 ) Como agua entre los dedos, de Miguel F. Villegas **
27 ) Visiones 2009, de varios autores **

AGOSTO
28 ) El Círculo Carmesí, de Edgar Wallace ****
29 ) Fabricantes de sueños 2009, de varios autores ***
30 ) National Geographic: Animales del mundo, de varios autores ***
31 ) National Geographic: Paisajes del mundo, de varios autores ***
32 ) National Geographic: Retratos del mundo, de varios autores ***
33 ) National Geographic: Guía de Fotografía Digital, de varios autores ***
34 ) Irse de casa, de Carmen Martín Gaite *
35 ) Piratas y mar azul, de Arthur Conan Doyle ****
36 ) Poliedrum, de Rafael Ábalos ***
37 ) Yo, que maté de melancolía al pirata Francis Drake, de Gonzalo Moure ****
38 ) El planeta de los simios, de Pierre Boulle ****
39 ) La emperatriz de los etéreos, de Laura Gallego García

SEPTIEMBRE
40 ) El triángulo de plata, de Edgar Wallace ***
41 ) El contador de arena, de Gilliam Bradshaw ****
42 ) La busca, de Pío Baroja ***
43 ) El príncipe y el mendigo, de Mark Twain ***
44 ) Divagando por la Ciudad de la Gracia, de José María Izquierdo *
45 ) El dueño del secreto, de Antonio Muñoz Molina ***

OCTUBRE
46 ) Paseo por la Sevilla del 98, de Julio Martínez Velasco ***
47 ) Al otro lado del río y entre los árboles, de Ernest Hemingway **
48 ) Ciudad sin estrellas, de Montse de Paz ***
49 ) Los viejos papeles, de David G. Panadero ***
50 ) Apocalipsis Z, de Manel Loureiro ****

NOVIEMBRE
51 ) Al oeste de Varsovia, de José Ángel Cilleruelo **
52 ) Juego de cartas, de Max Aub ****
53 ) El genio alegre, de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero ****
54 ) Un féretro en el tocador de señoras, de Regina Román **
55 ) Puebla de las Mujeres, de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero ***
56 ) Ahora que ya no importa, de Rafael Cobos López **
57 ) Cuarentañeras, de Regina Román ***
58 ) La creación, de Carlos Leal Zubiete ***

DICIEMBRE
59 ) La comedia nueva, de Leandro Fernández de Moratín ****
60 ) El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín ***
61 ) La senda trazada, de Pedro de Paz ****
62 ) El abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde ****
63 ) Un marido ideal, de Oscar Wilde *****
64 ) Luces de bohemia, de Ramón del Valle-Inclán **