martes, 23 de diciembre de 2008

Colaboraciones: La práctica, de Gustavo A. Rives Bueno

Guz -por tal nombre le conozco debido a sus intervenciones en el blog de J. E. Álamo- es el autor de La práctica, el relato que resultó ganador, a la par que mi cuento La diversión de Matías, en el II Concurso de Relatos Letras para soñar como anuncié ayer. Hablé con él y me cedió su texto para publicarlo en esta sección. Quería que llegara al máximo número de lectores posibles y que disfrutarais de él. Ya veréis como merece la pena. Y no todos los días se tiene la oportunidad de publicar casi en exclusiva la obra ganadora ("coganadora" en este caso) de un certamen tan exigente.

Desde aquí le pido que nos cuente algo más sobre él y explique qué le llevó a escribir y a concursar en el proyecto promovido por nuestro amigo Joe.

La práctica

Maldición, todo me da vueltas.

Debo intentar centrarme.

Empiezo a sentir miedo, la oscuridad me envuelve.

No veo nada ni puedo moverme.

No siento ninguna parte de mi cuerpo.

Ni siquiera puedo recordar nada. Pero no, espera, no debo sucumbir al pánico de la negrura ni al dolor de la inmovilidad. Esta última conclusión me hace recordar que soy un experto. Claro. Ya me voy acordando.

Maldita sea. ¿En qué habrá sido esta vez?

Si al menos pudiera visualizar mi entorno y tomar conciencia de dónde estoy...

Bien, por lo menos los pensamientos empiezan a surgir con más fluidez. Es buena señal.

También parece que voy recobrando energía. Eso sí puedo sentirlo. Mis años de práctica me aportan cada vez más esa calma necesaria en estas situaciones. Aunque también son una carga. Cada vez me cuesta más recuperarme.

Si tan sólo fuera capaz… Sí, ya siento algo a mi alrededor. Me está costando más de lo normal pero empiezo a notar una presencia cercana a mí.

¡Ah! ¡Qué regocijo! ¿Qué es esto tan profundo que siento ahora? ¡Mi hija! Claro, el amor de mi hija. Es la fuerza que mayoritariamente mueve mi espíritu. Y la siento muy próxima.

Sigo recordando, recomponiéndome. La presencia que notaba cerca de mí empieza a tomar la forma de mi hija en mi mente conforme los recuerdos me van alimentando. Pero es extraña esta sensación de volubilidad que estoy sintiendo. Me da la impresión de que estoy flotando.

¡Demonios! Si supiera qué ha sido esta vez, podría revertir el proceso y acabar con esto en seguida. Bueno, en cuanto recuperase suficientes energías, claro.

Algo no debe haber ido bien. No es normal que me sienta tan vacío y despojado de casi todo en estos procesos tan comunes.

Aunque, ah, claro, ya recuerdo el motivo. Ya me va cuadrando todo.

Mi querida Mila. Esta hija mía no es tan aplicada en sus estudios como desearía. Nunca logra concentrarse lo suficiente y tiene problemas con esta materia. Es tan impulsiva. Espero ser capaz de enseñarle el buen camino para seguir mi obra, mi reinado. Pero estos síntomas deben ser debidos a su deficiente práctica. Porque poder tiene de sobra, es hija mía.

Qué bella es… cómo me recuerda a su madre. Otra explosión de amor que me acaba de inundar al recuperar su recuerdo. Ya la estoy visualizando con mucha más nitidez en mi mente. Ya puedo apreciar también, aunque de un modo más borroso, la hoguera y nuestro pequeño campamento en el que estábamos practicando a la luz de la luna. Sí, y esas manchas entre verdes y marrones deben ser los arbustos y árboles del bosque a donde nos retiramos a practicar.

Cómo odio este juego. Si no fuera por la falta que le hace a ella practicar, no hubiera accedido.

La primera prueba fue bastante bien. Le sugerí un ratón y lo consiguió casi sin esfuerzo. No me costó nada deshacer el encantamiento, porque fui consciente de lo que me había convertido.

Pero este sentimiento de desazón que se está abriendo paso… ¿Qué sucede? Trato de mantener la calma pero el terror y la impotencia están ganando terreno en mi mente, en mi espíritu. ¿Qué recuerdo está luchando por abrirse paso a través de esta oscuridad?

¿Qué pasa con mi energía que no la noto recuperarse? Cada vez más potente, me va embargando una sensación como si flotara. Me siento desfallecer por momentos, mis fuerzas me abandonan de nuevo junto con mis recuerdos. ¿Por qué mi hija no anula el encantamiento? Tiene capacidad de sobra para hacerlo. Apenas puedo visualizarla pero puedo atisbar el esfuerzo en su rostro y… ¡¿Una sonrisa?!

Como un puñal envenenado esa mueca de satisfacción me devuelve de golpe la lucidez perdida, convirtiendo todo mi espíritu en un pavor confirmado, en la oscuridad más dolorosa, el dolor más oscuro.

Me siento derramado, defraudado, traicionado, sin fuerzas. No puedo anular el encantamiento aunque ya sepa en qué me ha convertido. Es demasiado tarde. La dispersión me impide reunir la suficiente energía. Siento mis recuerdos cómo vuelven a escaparse como el agua entre los dedos y mi espíritu se desgrana poco a poco entre la decepción, la pena, la tristeza.

* * *

-¿Ya está?– le dijo el joven arcanista mientras salía de detrás de unos arbustos.

-Sí, mi amor. Despídete del gran Rey Mago Arcanista y su reinado de bondad y justicia– contestó la joven mientras señalaba a una pequeña nube que ascendía hacía el cielo estrellado y se expandía con la suave brisa, al compás de las copas de los pinos.

-Bueno, pues ha llegado nuestro turno. Ahora el reino se someterá a nuestras reglas y no habrá nadie que nos detenga. Gobernaremos con la mano dura que se merecen- dijo el joven visiblemente exhausto pero con cara de satisfacción, mientras abrazaba a la doncella. Ésta, también con signos de cansancio, añadió:

-Me ha costado mucha energía focalizar el encantamiento para anularle sus recuerdos el tiempo suficiente. Pero lo logramos. Volvamos. Hay mucho por hacer.

De regreso al castillo ella extendió el brazo extrañada, pues había empezado a lloviznar. Se llevó los dedos mojados a sus labios y atónita comentó:

-Qué raro. Estas gotas tienen un sabor entre salado y amargo. Como las lágrimas.


Gustavo A. Rives

lunes, 22 de diciembre de 2008

La diversión de Matías, uno de los relatos ganadores

Imaginad qué contento me he puesto al levantarme y, después de escribir unas cuantas páginas de mi nueva novela, descubrir que comparto el honor de haber ganado el II Concurso de Relatos de Letras para soñar con Gustavo A. Rives, que participó con el cuento La práctica. Felicidades igualmente a los finalistas, con los que hemos disputado una emocionante carrera literaria. Y gracias al jurado por considerar mi obra merecedora de este reconocimiento entre los 55 textos participantes. ¡Vaya regalo de Navidad!

Aquí tenéis la decisión del jurado y aquí podéis leer La diversión de Matías.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Reflexiones de un ególatra: Dulce Navidad

Dado el tono que suelo emplear en estas reflexiones, seguramente pensaréis que voy a criticar algún aspecto típico de estas fechas como el consumismo excesivo, muy mermado por la crisis por cierto, o la confusión de valores que se agrava cada año que pasa. Pero no. La Navidad se merece que resalte lo positivo de esta época. Así que voy a contar una anécdota que me ocurrió hace unos días y que me parece un auténtico cuento navideño.

Paseábamos después de comer para aligerar la digestión y vencer el frío. Mi hija dormía la siesta en el carrito (últimamente descansa más tras tanto padecimiento), mientras mi mujer y yo charlábamos con mi cuñada y su marido, al tiempo que jugábamos con nuestra sobrinita de año y medio. Cruzamos el parque Campo Grande, pequeño pulmón de Valladolid, frondoso y arbolado, cuando encontramos en un charco un pajarito que no era capaz de remontar el vuelo.

Al principio pensamos que se trataba de un polluelo de gorrión que se había caído del nido y no había aprendido aún a usar las alas. Lo cierto era que no las tenía muy desarrolladas y solo acertaba a planear de vuelta al suelo. Pero más bien parecía un joven canario.


El pajarito se adaptó pronto al contacto con mis manos, probablemente porque necesitaba un poco de calor, y no se iba. Mientras se iban secando sus plumas, nos planteábamos qué hacer con él. No era una cuestión fácil. Si lo soltábamos y le devolvíamos la libertad, seguramente moriría de frío por la noche. Pero llevarlo a casa era imposible, porque la calefacción lo sofocaría y acabaría con él; además, no queríamos tenerlo junto a un bebé que acababa de pasar por el hospital y todavía se estaba recuperando.

Cuando íbamos por el paseo central hacia casa, antes de salir del parque, nos topamos con gente que se paraba a ver el simpático pájaro y me preguntaba por él. Con una pequeña esperanza, les explicaba tranquilamente lo sucedido. Y la esperanza tuvo su fruto.

Hubo suerte. Los segundos que se fijaron en el pajarito fueron dos hombres maduros que entendían de aves. Me confirmaron que se trataba de un canario sefardí, que podía haber muerto si no hubiera bebido agua y que, de hecho, moriría si lo dejábamos pasar la noche en el parque. Uno de ellos era, casualmente, aficionado a los canarios. Y, doble coincidencia, habían venido de Utrera, Sevilla, a pasar unos días en Valladolid. Intercambiamos impresiones y les cedí el canario, que se llevaron agradecidos con la intención de cuidar. Todos terminamos contentos, viviendo un final feliz como en los cuentos. Espero que el pequeño canario haya sobrevivido y sepa aprovechar el regalo de la vida que volvió a recibir aquel día.


¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y QUE EL AÑO 2009 ACABE CON LA CRISIS!

jueves, 18 de diciembre de 2008

Aventuras y desventuras de Irene

Hace unos días, Irene cumplió diez meses. Parece que fue ayer cuando nació, cuando nos enfrentamos a su prematuro advenimiento, cuando nos mudamos con ella a esta ciudad, tan chiquitita como era... Estos últimos días hemos revivido cada momento pasado con Irene. Ha sido inevitable recordarlos todos, los buenos y los no tan buenos. Nos ha acudido a la mente cada una de sus indisposiciones, cada uno de sus momentos de insomnio y hemos comprendido por fin a qué se debían, aunque entonces pensábamos que era algo normal en un bebé. Al final todo tiene explicación.

La última semana de noviembre, Irene estuvo hospitalizada. Fueron unos días muy duros, pero ya hemos pasado lo peor y nuestra pequeña hija se recupera, creemos que con bastante rapidez a juzgar por su actitud y su aspecto. Y es que Irene es muy fuerte, física y anímicamente. De hecho, si no fuera por eso, porque nunca llora y apenas se queja, nos habríamos percatado mucho antes de que arrastraba un problema que podía haberse corregido sin que sufriera tanto. Porque, aunque nos pese, Irene ha tenido que pasarlo muy mal y tiene que haber padecido bastantes retortijones. Y ahí estaba, siempre risueña y alegre.


Su salud ha pasado por una etapa muy delicada. Llevaba un tiempo comiendo menos y de forma irregular. Tampoco dormía muy bien y se despertaba quejumbrosa. Pero como su humor no variaba, ningún médico (y eso que visitábamos a varios) le daba importancia al hecho preocupante de que no ganaba peso. Afirmaban que todo estaba dentro de la normalidad. Sin embargo, desde los seis meses apenas había ganado un kilo. De repente, un día empezó a vomitar sin parar todo lo que comía, ya fuera de día o de noche, y comenzó a sentirse débil. La llevamos a Urgencias, pero tampoco se resolvió la situación.

Un lunes por la mañana, Mª Carmen, desesperada y con lágrimas en los ojos porque llegó a pensar que la perdíamos, decidió llevarla directamente al hospital. Se desahogó con la doctora que las atendió y le rogó que le hiciera caso pues veía a nuestra hija francamente mal. La doctora tomó la tensión a Irene y, teniendo todo en cuenta, se determinó que la mejor opción era ingresarla y averiguar qué le sucedía.

Durante la semana siguiente, mantuvieron a Irene aislada en una habitación. Gracias a eso, empezó a recobrarse. Primero mejoró de la infección respiratoria aguda que tenía (¿cómo nadie había percibido antes que tenía bronquitis?). Pero había algo más que no estaba relacionado con este problema. Las atenciones de un especialista en digestivo fueron decisivas, ya que dio en la clave al intuir que Irene no toleraba alguna proteína vacuna, de modo que le cambió la leche que debía tomar. Como luego demostrarían los múltiples análisis que hicieron a Irene, todo estaba en orden y no era alérgica a nada. Pero, ciertamente, algo de los preparados lácteos le sentaba mal.

Fueron momentos muy duros, ya que, antes de empezar a restablecerse en el hospital, incluso llegó a desmayarse en una ocasión debido a su debilidad. Pero eso ya hay que olvidarlo y pensar en lo que está mejorando. Perdió muchísimo peso y ya lo ha recuperado en su totalidad porque es una glotona como pocas. Ahora es otra niña, mucho más feliz y alegre aún, que no para de jugar, que come en cantidades insospechadas y duerme mucho mejor. En serio, no nos lo creemos.

Desde hace aproximadamente un mes, ya da sus primeros pasos. Se sostiene perfectamente de pie, apoyándose en cualquier objeto que le sirva. Se incorpora con la rapidez del rayo. Se mueve y gatea de un lado a otro a una velocidad sorprendente. Se cae constantemente debido a sus temeridades, pues no se le ocurre otra cosa que soltarse de los sitios a los que se sujeta. Pero cada vez se defiende ella sola con más seguridad. Le encanta tocar las palmitas, mueve todo su cuerpecito para bailar al son de cualquier sonido parecido a música (da igual que desafinemos), señala con su dedo aquello que le gusta o le llama la atención y, lo más importante, ríe, ríe, ríe, a carcajadas, hasta no poder más, con su cara de niña buena y traviesa a la vez.

De momento la hemos tenido que dar de baja en la guardería, hasta que se encuentre dentro de unas medidas equilibradas, de peso y talla, y no sea tan vulnerable a contagiarse de cualquier resfriado o algo peor. Pero al ritmo actual no tardará en ser una nena más gordita. Ya se le notan los cachetitos y la carne de las piernas y los bracitos vuelve a estar dura. Además, debido a estas circunstancias, la han visitado sus abuelitos y también sus titos y su primita. ¡Y ahora va a vivir sus primeras fiestas navideñas!


Se trata quizá de la peor experiencia que hemos vivido mi mujer y yo. Nos hemos dado cuenta de lo que duele el pesar de un hijo y cómo valoras infinitamente más su vida que la tuya propia.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

De sucesiones

¿Cuál es el siguiente término de esta sucesión:

1, 2, 6, 42, 1806, ... ?

martes, 16 de diciembre de 2008

Nieva en Valladolid

Dicen los lugareños que raras veces nieva en Valladolid, aun menos tanto como ayer, pues, a pesar del frío, no llegan a darse las condiciones para que la nieve cuaje y se asiente. Durante cuatro horas no pararon de caer copos de nieve y, paulatinamente, los tejados de la ciudad se fueron cubriendo de blanco. En un momento dado, el pavimento del suelo no fue capaz de absorber más nieve en forma de charcos y empezó a formarse una capa que dificultaba caminar. Hacia las dos, el aspecto de Valladolid era totalmente navideño, con las aceras blancas plagadas de pisadas, gente que se resbalaba mientras andaba, el parque Campo Grande sin su habitual color verde y los árboles y las cornisas cubiertos de nieve.

Dos horas después, cuando la tormenta se detuvo, apenas quedaba rastro de esta estampa tan bella. La nevada duró lo suficiente para que se deshiciera fácilmente a su término. Durante aquellas cuatro horas, muchos fueron los perjudicados, sobre todo por los cortes de tráfico en las carreteras, pero Irene vio la nieve por primera vez en su vida. Y muchos niños (y mayores) jugaron a arrojarse bolas blancas de hielo.

Las ciudades van cambiando conforme avanza el año y pasan las estaciones. Algunas ciudades reflejan los cambios que se producen mucho más que otras. Desde nuestra casa contemplamos el Paseo Zorrilla y experimentamos el paso del verano al otoño, del otoño al invierno.


Valladolid en otoño, hace un mes, y anunciando el invierno ayer

sábado, 13 de diciembre de 2008

Los mosqueteros vuelven a hablar de literatura fantástica


A pesar de que faltaré a la cita (aunque fui uno de los ponentes invitados al principio, lo primero es lo primero y estaba en juego la salud de mi pequeña hija), estaré de corazón junto a mis amigos Pepe Carrasco, Javier Márquez y Teo Palacios, tres escritores jóvenes y sevillanos. Sin apenas pretenderlo estamos formando una comunidad, un club de autores amigos que se enfrentan juntos al público y promueven la literatura al unánime.

Esta vez, la charla dedicada al género fantástico será esta tarde, a las 17:00, dentro de las actividades que componen la I Feria de Libro del Aljarafe, ubicada en los Jardines del Conde, en el interior de la sede oficial del Ayuntamiento de Tomares, calle de la Fuente, 8. Estáis invitados.

La Feria del Libro del Aljarafe va a celebrar su primera edición con la presencia de escritores tan conocidos como Soledad Puértolas, Ray Loriga, Jorge Martínez Reverte, Luisa Castro, Juan Madrid, Antonio Rivero Taravillo o Juan Cobos Wilkins, entre otros.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La diversión de Matías en Letras para soñar

Mi amigo, el escritor J. E. Álamo, convocó recientemente la segunda edición del concurso de relatos de su blog, Letras para soñar. Desde el principio me pareció una iniciativa interesante y valiente, por la carga de trabajo que puede suponer para él leer y seleccionar todas las obras que recibe a concurso y por fomentar la literatura de esta forma. Por eso, este año volví a participar.

He tenido el honor de que mi relato La diversión de Matías, uno de mis experimentos más peculiares, pues mezcla distintos subgéneros y roza el terror sangriento y macabro, haya quedado entre los diez finalistas, que se están publicando en el blog de Joe para su lectura pública. Hoy le ha tocado el turno al mío: La diversión de Matías. Mi mayor satisfacción es que está gustando a los lectores más de lo que podía esperar.

sábado, 6 de diciembre de 2008

El escritorio: Confesiones

-Y él te quiere, claro.

-Imagino que sí.

-¿No te lo ha dicho?

-Aún no.

Los pequeños ojos negros del viejo osito de peluche brillaron de satisfacción. Pero intentó ser discreto delante de la nueva adquisición del niño de la casa. Tal vez, aun después de tanto tiempo, seguía siendo su juguete favorito. O eso quería pensar y deseaba con toda su alma.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Proyecto entre la literatura y la solidaridad

Rosa es una amiga que me viene acompañando virtualmente desde hace ya bastante tiempo. No nos conocemos en persona, pero nunca hemos perdido el contacto. Eso y su buen espíritu me han impulsado siempre a sacar fuerzas de donde sea para apoyar cada una de sus iniciativas en la medida de lo posible. Esta vez ha tenido una de la que merece la pena hablar bastante. Se trata de un proyecto sin ánimo de lucro en colaboración con una ONG. Para ello debe reunir al menos veinte cuentos y contar con material para editar un libro cuyas ventas irán íntegras a beneficio de dicha ONG (aún no ha llegado a un acuerdo con ninguna en concreto).

Las bases pueden resumirse así:

- El plazo de recepción de cuentos finalizará el 20 de febrero.

- La extensión máxima será de 4 páginas.

- La temática será libre, pero se valorará que se traten temas humanos, sobre la humanidad. El escenario del cuento puede ser cualquier parte del mundo. No se admitirán cuentos con contenidos que no resulten adecuados para el proyecto.

- Se valorará también que el lenguaje sea sencillo, directo y de fácil comprensión.

- Cada autor solo podrá participar con un cuento.

- El jurado no puede participar pero sus nombres aparecerán en el libro, si es su deseo.

- Cuando se tenga el material suficiente, se procederá a la votación por el jurado compuesto por tres personas, dos de ellas escritores. El jurado tendrá hasta el 1 de abril de 2009 para la lectura y selección de los veinte mejores cuentos.

La votación por autor y los resultados de la votación serían publicados en la plataforma coctelera.

Más información en http://endriga.wordpress.com/.

Podéis leer mi relato La mano del prójimo, con el que he participado en este proyecto.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Reflexiones de un ególatra: ¿Cómo facilitar el acceso creando más dificultades?

Hace tiempo que le doy vueltas en la cabeza a la misma idea. Cada norma, cada ley nueva que se establece en cualquier ámbito de esta sociedad restringe más aún nuestro albedrío y constriñe más nuestro espacio. Se supone que las leyes se formulan para protegernos, a las personas y a las instituciones de las que formamos parte, y para asegurar nuestra libertad y nuestro bienestar. Sin embargo, limitan nuestros movimientos, físicos y mentales. Cada vez con más frecuencia, se elaboran reglamentos con la intención de resolver alguna circunstancia concreta, pero cuya aplicación y ejecución afecta a una inmensa mayoría de personas como si se tratara de un efecto colateral.

Estas medidas llegan hasta el ridículo en las situaciones más cercanas al ciudadano. Cada vez que paseo por mi barrio, en Sevilla, sufro una tremenda indignación, sobre todo si llevo a mi hija en su carrito. Hace unos años se consiguieron salvar las barreras para facilitar el paso a los minusválidos. No fue tarea fácil, nunca lo es. Como todos sabemos, nuestras ciudades no están pensadas para personas con algún tipo de invalidez, que dependen para su locomoción de una silla de ruedas. No importa que haya desniveles o escaleras, pues en su día se construyeron amplias rampas para hacer la calle accesible a estos vehículos.

Sin embargo, hace unos meses, a alguien se le ocurrió que la vida de los peatones que se mueven sobre ruedas no era suficientemente divertida si no se les ponía otros obstáculos. En los extremos de las rampas, al principio y al final, aparecieron vallas de metal. Claro, había que evitar que los motoristas y los ciclistas utilizaran las rampas de forma indebida y egoísta. Pero no pensaron en que eso hacía también la vida más difícil a aquellos para quienes estaba reservado su uso. Estas vallas están montadas de tal manera y formando tales ángulos que una silla de ruedas no puede maniobrar para subir o bajar por ellas.

De pronto, estas feas vallas grises se están multiplicando. Y se han vuelto una molestia para todos. Ya ni siquiera una persona a pie puede pasear con normalidad. En lugar de caminar en línea recta, tiene que hacerlo buscando el único paso posible, ese pequeño hueco tan incómodo hacia la mitad de las vallas.

Lo peor es que esto está pasando desde que se convocaron las iniciativas ciudadanas para la utilización de los presupuestos locales y somos nosotros mismos quienes proponemos y decidimos. ¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia un mundo aún más absurdo?