No lo olvidéis. Este fin de semana nos espera Madrid. El sábado a las 18:00 podremos vernos en FNAC de Callao, en C/ Preciados nº 28, en la presentación de la colección Tú decides la aventura y los diversos títulos que la componen, entre ellos mi novela El talismán cósmico.
Un día antes, en la Librería LER de Alcalá de Henares (Ronda Fiscal nº 5), el ilustrador de los libros, Ayerbe, e Iván Babiano y yo como escritores hablaremos con los lectores más jóvenes en una actividad que promete ser muy divertida.
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
jueves, 26 de febrero de 2009
Este fin de semana, El talismán cósmico
miércoles, 25 de febrero de 2009
Arte: Jax Pixeloo
Acabo de inaugurar una sección que apenas requiere palabras para definirse y describirse. Dicen que una imagen vale más que... Eso. Poco a poco, iré presentando en el blog la obra de algunos artistas cuya creatividad y técnica me ha impresionado e incluso me ha podido inspirar en algún momento.
Empezamos con alguien que llama la atención por acercar a la realidad de la carne mortal esos seres animados de vivos colores, como Homer Simpson, Jessica Rabbit, Stewie o Mario Bros. Con vosotros, las anticaricaturas de Jax Pixeloo, a quien puede que ya conozcáis.
lunes, 23 de febrero de 2009
Entrevista en el grupo de comunicación Promecal
Durante la semana pasada, apareció en varios periódicos del grupo Promecal, entre ellos el Diario de Burgos, una entrevista realizada por Javier M. Faya a finales de 2008 con motivo de la publicación de El talismán cósmico. En ella no solo hablo de la novela y del género al que pertenece. También doy mis impresiones sobre la importancia de la literatura sobre la educación de los lectores más jóvenes. Sin duda, la lectura es un foco de influencias culturales para todos nosotros, desde la infancia.
sábado, 21 de febrero de 2009
Colaboraciones: Crónica de un secuestro anunciado, de Ángel Rider
De Ángel siempre me llamó la atención su apellido, incluso antes de conocerle personalmente. Es un apellido idóneo para crear confusión y, conociéndole, cualquiera diría que lo buscó adrede. El señor Rider no es escritor, pero nos cuenta anécdotas propias con un talento y una ironía muy peculiares. Desde su blog nos vuelve locos a quienes le visitamos. Afortunadamente locos. También es un visitante asiduo de este rincón, al que puede considerarse invitado permanentemente.
Hace unos días recibí un mensaje en el que nos narraba a unos cuantos amigos sus experiencias en Turquía. En menudos atolladeros se mete Ángel. El trabajo le ha llevado hasta Bursa, la capital de la seda (aún uso la corbata que me compré allí). Se trata de una ciudad interesante para el turista pero, según nos confirma Ángel, monótona si se trata de establecer residencia.
En el texto que reproduzco, Ángel se burla de nuestros miedos y prejuicios, pero también pone en claro el choque cultural que representa a veces la comunicación entre dos personas que proceden de sitios muy diferentes.
La peli de Lost en tranlation trata de cómo una persona se puede sentir completamente fuera de sitio en un país extraño con costumbres e idioma alejadísimos de lo habitual.
Como Bill Murray me sentí cuando llegué al aeropuerto de Atatürk en Estambul, pedí un taxi, y cuando me monté y le dije al señor taxiturco, en un inglés cuasi perfecto: "Novotel Hotel" (para que veáis mis conocimientos de la lengua de Carlos de Inglaterra), el mismo me miró con cara extrañada, así que no tuve más remedio que darle mi papelito con la dirección. No sabía inglés.
Sonríe, arranca, y deja mi papelito con él, no me lo devuelve.
Se supone que cuando una agencia te busca un hotel cercano al aeropuerto solo para pasar la noche, éste está como mucho a unos siete u ocho minutos. Llevaba yo doce minutos en el taxi cuando empecé a ponerme nervioso. Más aún cuando el taxista coge el móvil y empieza a llamar a alguien, todo como muy haciendo planes, en un tono muy poco confidente. Yo pensando en que me estaba llevando a vete tú a saber dónde, pero no donde yo le dije.
Intento hacerme el buena gente, me funciona a veces, no creáis, e intento ser amable, hacerme cercano. Miro que había caído una buena manta de agua y digo, sonriendo: "Water today, eh?" (el eh en un español muy castizo).
Me mira, extrañado. Ni puta idea de inglés, pero ni puta ni zorra.
"WATER", repito. Y hago el gesto con la mano de agua cayendo.
Y el tío me dice: "Novotel, Novotel", asiente, y me señala para adelante.
En ese momento me quise morir. Solo medio minuto después estaba más acojonado que muerto cuando el taxista miró para atrás por el retrovisor mientras estaba hablando de nuevo por teléfono en el mismo tono de mafioso, y sonreía.
Pasamos por el Novotel en ese mismo momento, y el doble de Sayid pasó de largo.
Glup.
Le dije Novotel, señalando, con la cara desencajada, supongo, y él me hizo un gesto de que iba a dar la vuelta y que volvería. Eso quise entender.
Cinco minutos más tarde, y yo a punto de llamar a nosequién para decirle que me iban a violar y que ni sabía dónde estaba, ni la matrícula, ni nada, y que el tío iba a 110 por una carretera convencional, con lo cual tirarme al suelo no le venía nada bien a mi cutis, el tío mamón va y da la vuelta.
Y me lleva al hotel.
Y hasta me da las buenas noches al despedirse. Lástima que no me hubiese dado un pañal, que me hacía más falta.
martes, 17 de febrero de 2009
Colaboraciones: El retrato, de Jaume Castejón
Como ya he contado alguna vez, una de los grandes alicientes de dedicarte a escribir es la oportunidad de conocer a otros autores. Jaume Castejón se puso en contacto conmigo sin conocerme, por el simple hecho de que compartíamos editorial con uno de nuestros libros. Y solo lo hizo por el placer de cruzar unas palabras con un colega escritor y para proponerme el intercambio de nuestras novelas dedicadas. Es uno de esos hábitos que deberían convertirse en tradición dentro de esta profesión. Va mucho más allá que el intercambio de tarjetas de presentación, pues en este acto social se pone un cariño especial y se produce un reconocimiento mutuo y respetuoso.
Gracias a la iniciativa de Jaume, podré conocer el reino de Hárkad y Las ruinas de Aras. Así se titula la primera parte de su saga Aras, leyendas de la Ciudad Blanca. Este último apelativo me recuerda inevitablemente Aztlan, la Tierra Blanca de Ladrones de Atlántida que hoy mismo le he enviado por correo y que espero que disfrute y estudie con la capacidad que le habrán proporcionado sus estudios en Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología.
Jaume es salmantino de adopción como yo lo soy vallisoletano. Sí, somos casi vecinos. Además de la novela que he mencionado, Jaume ha publicado el poemario Poesía a los cuatro vientos (2001), lo que confirma su perfil polifacético como escritor. Hoy podemos leer uno de sus relatos, titulado El retrato, que me ha cedido para su inclusión entre las Colaboraciones de este blog.
Desde aquella noche, que los ruidos, los sobresaltos y el miedo son una constante cada día. Ya no duermo, esperando que lleguen las formas traslúcidas a correr por mis habitaciones, a cerrarse y abrirse las puertas y las ventanas como si una fuerte corriente de aire hubiese penetrado en mi casa. De repente, un armario que se arrastra en el otro extremo del piso y yo me sobresalto, o unas pisadas por el pasillo sin que nadie haya en mi casa que se dedique a estos juegos, pues vivo solo desde hace tiempo y tanto arriba como abajo los pisos fueron abandonados por sus inquilinos.
Al principio era un sueño que se repetía cada noche, despertando yo sudoroso y agotado. Ignoro si en medio del extraño sueño gritaba, aunque no me extrañaría nada, pues fue poco después de aparecer el sueño que los vecinos de arriba se marcharon. Últimamente no saludaban, se escondían de mí cuando me encontraban y alguna vez, girándome de repente, les vi murmurar mientras me miraban y, al instante, disimulaban.
Yo llegaba al trabajo agotado, abatido, con un cansancio terrible, sabiendo que sólo podría dormitar algo por la tarde, pues a la noche siguiente, la pesadilla, fiel a su cita, hacía acto de presencia y me destrozaba. Intenté cambiar las horas de sueño, pero la pesadilla fue apareciendo en el momento en que cerraba los ojos, fuese cual fuese la hora en que me hallase. Parecía que su único objetivo era atormentar el descanso de mi cuerpo y de mi mente.
En el trabajo empezaron a notar la falta de sueño. No había disculpas y decidí abandonar, en espera que un día cesasen las pesadillas, pero poco a poco, casi sin darme cuenta, empezaron los ruidos. Al principio eran sobrecogedores y mis sustos tan mayúsculos que creí que no iba a soportarlo, pero a la que me acostumbré a ellos, empezaron otros nuevos. Ahora ya no sé cuáles van a atormentarme la siguiente noche, mas después de los ruidos llegaron los movimientos.
Puertas y ventanas, sillas, mesas y armarios, luces que se encienden y se apagan. Corté la luz y el teléfono, pero cada noche suena para mayor sobresalto. Pero lo último, lo que ya casi me tiene fuera de mi entendimiento, lo que ya casi no soporto son las figuras traslúcidas desplazándose como si flotaran por toda la casa. De todas las edades, algunas me traspasan y es tanto el terror que siento cuando eso ocurre que me quedo clavado en el sitio, tembloroso, porque son pegajosas y su olor es tan desagradable que, luego, a pesar que aireo mi ropa y me lavo, sigo oliéndolos.
Hoy, he intentado recordar cuándo empezó todo: aquel sueño. Mi memoria me lleva a aquella noche en que ayudé a mi hermano a recoger unos viejos retratos de familia de la casa de nuestros abuelos. Los abuelos vivían en una casa bastante antigua, en las afueras. Nuestro padre dejó la casa pronto para ir a estudiar a un internado, y ya no volvió a vivir con los abuelos. Mi hermano y yo casi nunca visitamos esa casa, pues siendo nosotros pequeños, la dejaron repentinamente para irse a vivir a un apartamento más cercano al centro. Al morir mi padre, dejó en herencia esos viejos retratos para mi hermano, ya que éste les tenía un especial apego. Así que fuimos a recogerlos.
Al llegar a la casa nos dimos cuenta del avanzado estado de abandono en que estaba. El polvo, las telarañas y el olvido lo cubrían todo. Con unas linternas subimos por la gran escalera para acceder al piso superior donde se encontraban los cuadros. La madera crujía a nuestro paso, aunque parecía segura. Cuando llegamos a la habitación donde estaba la herencia de mi hermano, un golpe seco, de alguna ventana que se había cerrado por el viento, nos dio un sobresalto. Allí estaban, apilados, llenos de polvo. Los miramos con prisa, pues ninguno de los dos se encontraba cómodo en la casa y como mostré cierta gracia por uno de ellos, mi hermano, como pago por el favor realizado, me lo regaló para que lo colocase en mi salón. Luego, observándolo con más detenimiento no me pareció nada agradable, aunque, por la memoria de mi abuelo y de mi padre, decidí quedármelo.
Ahora estoy sentado frente a ese retrato, la casa está llena de espíritus, las puertas abriéndose y cerrándose con fuertes golpes, las luces locas y todos esos repugnantes seres con su olor pegajoso, ahora que ya lo recuerdo todo, me miran, me llaman al interior del retrato. No sé cuánto tiempo podré resistirlo. Me atraen, quieren que me vaya con ellos.
Me llaman, me llaman y no puedo abandonarlos...
jueves, 12 de febrero de 2009
Presentación de El talismán cósmico en Madrid
La primera presentación de El talismán cósmico no va a ser en Sevilla ni en Valladolid, a pesar de la inmediata proximidad que tengo con estas ciudades. Será en Madrid, el sábado 28 de febrero, a las 18:00. El acto se celebrará en FNAC de Callao, en C/ Preciados nº 28. Acompañaré a Luis Garcerán e Iván Babiano, mis editores, que darán a conocer al público la colección Tú decides la aventura y los diversos títulos que la componen, y hablaré sobre mi propia novela. Naturalmente, dedicaré encantado vuestros ejemplares, amigos madrileños. Así que espero que podáis estar entre los asistentes.
domingo, 8 de febrero de 2009
Primer cumpleaños de Irene
Como se suele decir, parece que fue ayer... cuando vi salir del quirófano a mi pequeñísima hija, nacida prematuramente. Parece que fue ayer cuando vi por primera vez su cuerpecito y le di el primer beso en la frente. Ya ha pasado un año, cumplido este viernes.
La anécdota principal es que ha pasado más tiempo en la ciudad que la ha adoptado, Valladolid, que en su Sevilla natal. Aparte de eso, ha sido un año lleno de satisfacciones, pero también de preocupaciones. Además de las que propiamente se producen por tener hijos, Irene, como ya sabéis, lo ha pasado mal debido a lo que se tardó en detectar su intolerancia a las proteínas de la leche vacuna, que la han mantenido con un crecimiento irregular durante unos cuantos meses.
Hoy, en cambio, se está recuperando, cada vez con mayor rapidez, y ha celebrado su cumpleaños con incomprensión y muchísima emoción. Ha terminado tan cansada por la grata tensión del momento que pasó todo el sábado y el domingo entre sueño y sueño. Irene es adorable y nos está haciendo vivir momentos entrañables e inolvidables, como sus primeros pasos. Aunque por el momento solo camina apoyándose en los muebles y sostenida por nuestra mano, ya se mantiene en equilibrio ella sola, sin sujetarse a ningún sitio. Pronto se soltará completamente. De hecho, ya se aventura a veces a salvar el vacío entre un obtáculo y otro y dar unos valientes pasos.
En cuanto al cumpleaños, su mamá se encargó de enseñarle con suficiente antelación la célebre canción con que se felicita a los afortunados que cumplen años, hasta el punto en que nada más oír la cantinela, Irene se sumaba al canto con su vocecilla. Le gusta la música y tiene bastante ritmo. Incluso se ha inventado una breve cancioncilla compuesta por tres tonos que repite cuando está jugando contenta.
Por otra parte, decoramos el salón para recibir el día de su cumpleaños con murales, globos y banderitas. Irene quedó tan impresionada que apenas sonreía, intentando asimilar todo lo que le rodeaba. Pero se lo pasó muy bien, porque, después de apagar la vela y comernos la tarta, no paramos de jugar con ella.
A veces es ella quien utiliza la creatividad e idea algún que otro juego. Ya no es solo Irene quien nos imita a nosotros, sino que nos incita a imitarla a ella y se ríe cuando lo hacemos. Como siempre, su risa es inagotable. Está llena de alegría y buen humor, incluso cuando intentas molestarla de broma. Naturalmente, tampoco deja de hablar (ya dice un montón de palabras reconocibles y otras muchas que no conseguimos descifrar aún).
Hoy, dos días después, celebramos el cumpleaños de su madre, que tanto ha hecho por ella y tanto la ha cuidado durante estos doce meses. Ahora a por otro año tan bueno o mejor, pese a la crisis.
jueves, 5 de febrero de 2009
La biblioteca: Mente y acero, relatos de ciencia ficción de varios autores
Hace poco, un grupo de amigos escritores se reunió para recopilar algunos de sus relatos y publicar un libro a través de lulu.com, que es otra forma de llegar al público. Le pusieron el título de Mente y acero, emulando a Asimov, pues es el título que este había elegido para la novela que luego se llamaría Yo, robot.
Aunque, en efecto, en su mayoría recoge relatos de ciencia ficción, sorprende encontrar alguno dedicado a la fantasía de enanos y trolls, como es Venganza, de Sergio Laureado, un cuento que, en pocas páginas, te hace experimentar distintas emociones y, lo más curiosos, desde el punto de vista de un hacha.
Con esta salvedad, el resto de la obra se centra en las máquinas y la robótica, haciendo honor al inspirador del título. Quiero destacar el cuento Ha pasado un ángel de J. E. Álamo; gracias a él he podido leer este libro, pues me lo envió, junto con el diploma acreditativo, como premio por haber ganado el concurso de relatos convocado en su blog.
Pero, además, cabe señalar algunas piezas como La mala hierba de Nachob y Asimo de Josué Ramos, que se encargó de recopilar los cuentos. Ambas te hacen disfrutar especialmente y están narradas con peculiar claridad, algo que se agradece mucho cuando tienes poco tiempo para leer y a veces te cuesta centrar la atención si la lectura no te lo facilita. La mala hierba es una aproximación muy original al destino de los hombres, mediante la visión de ordenadores muy avanzados y sofisticados. Por su parte, Asimo representa un paradigma de un cuento sobre robots muy bien contado, con un protagonista singular al que hemos visto en la televisión y en las noticias y cuya humanidad supera la ficción.
En resumen, recomiendo la lectura de esta antología que os permitirá pasar un rato agradable, de la mano de robots y personajes del futuro.
Título:Mente y acero: relatos de ciencia ficción
Autores: Varios
Publicación: lulu.com
Nº páginas: 134
lunes, 2 de febrero de 2009
Colaboraciones: Una historia descubierta, de Mª Carmen Ramírez Torres
Mª Carmen quiere ser escritora desde los ocho años. Empezó usando la literatura para refugiarse de los problemas que le rodeaban, pero, a medida que crecía, su afición era más fuerte y empezó a plantearse el escribir de otro modo. Hace poco terminó de escribir una novela que espera encontrar editor. El azar y los contactos entre amigos, a través de diversos blogs, la condujo hasta aquí. Es otra de esas personas con las que solo he hablado por medio de internet, pero llegará la ocasión en la que podamos conocernos en persona.
Mª Carmen participa en esta sección de Colaboraciones con un breve texto que nos sumerge en el universo infantil que muchos vivimos al escribir.
La niña se sentó delante del ordenador. No sabía qué historia iba a escribir, solo tenía en mente una cosa: dejar que sus dedos pulsaran las teclas y permitir a la historia salir sin poner barrera alguna. No pensó, no corrigió, no hizo nada más que dejarse llevar. Llevar por una historia que pudo ser real, que pudo existir en algún lugar del inmenso mundo que la rodeaba, que pudo haber sucedido en algún momento de la vida ya vivida del viejo mundo. Una historia perdida en la memoria, olvidada por todos, desconocida por muchos… una historia incierta, inventada, no vivida, no creída… una historia, que un hada le sopló mientras dormía.
Escribió sin poner límites, y la más hermosa historia salió en la pantalla de su ordenador. La más hermosa historia jamás inventada. La historia de una vida que en el olvido cayó por culpa del destino y del incomprendido amor que pudo ser y no fue. Una historia que se hizo real, mientras escribía sin poner control.
Mª Carmen Ramírez Torres