A concurso
La opción de enviar una obra a concurso nunca debe descartarse, incluso aunque se estén utilizando otras vías para buscar la publicación, ya que fomenta la motivación del escritor y le obliga a esforzarse para poder participar. Puede tomarse cada concurso como un nuevo reto, para demostrarse a sí mismo que se puede lograr. De ganar, la recompensa es múltiple y variada:
- Posiblemente, alguna editorial, comprometida en las mismas bases del certamen, publicará la obra. Numerosos lectores potenciales comprarán el libro sólo porque en la portada se indicará que ha sido galardonado con un premio.
- Ampliará el currículo del escritor.
- Se recibe un premio en metálico, normalmente como anticipo de los beneficios por ventas del libro publicado, si éste es el caso.
Las posibilidades de ganar un concurso no son muy grandes, pero apenas cuesta intentarlo y se pueden seguir unas pautas:
- Planificar con antelación la participación en distintos premios literarios y saber en todo momento qué obra se ha enviado a cada concurso y cuándo se publica cada fallo, para organizar la participación en otros certámenes si el fallo no es favorable.
- Preparar las obras a conciencia y concentrar los esfuerzos en escribir. Puede presentarse una obra a decenas de concursos simultáneamente pero se estará invirtiendo esfuerzo y tiempo en concursar en lugar de en escribir y, seguramente, se estarán incumpliendo las bases. Por otra parte, no tiene sentido tratar los concursos como una lotería. El escritor que concursa debe creer en su obra y pensar que tiene opciones. Para eso debe haberla sometido a su propia crítica y haber superado hasta el más pequeño detalle el proceso de elaboración que ya hemos descrito.
- Evitar los concursos en los que cobran por leer el material que se envía. No abundan, pero existe alguno. Puede ser que el premio en metálico compense el gasto en caso de ganarlo, pero, ¿qué credibilidad brinda al escritor ganar un premio por el que ha pagado para poder optar por él?
- Comprobar la fiabilidad de los organizadores, consultando anteriores ediciones y entregas de premios. Puede resultar interesante hacer una selección de concursos, decantarse por las primeras convocatorias de concursos nuevos, por las ediciones organizadas por ayuntamientos o instituciones locales o por las de género específico. Esto asegurará la honestidad del fallo (no estará dado de antemano por el editor para asegurarse las ventas) y un número de participantes razonable.
Esto último es un factor crucial. En algunos concursos, sólo leen los originales que han pasado una criba previa realizada por lectores normales y corrientes, y no escritores en su mayoría. Es a este tipo de lector a quien se tiene que atrapar con las primeras frases de la obra. Se lee todo lo que llega a concurso, pero no siempre se leen las obras completas (en la criba suelen leerse las primeras páginas, algo del medio y algo del final y sólo si pasan esta primera cata se leen enteras).
- Leer y releer las bases del concurso, minuciosamente, para cumplirlas al pie de la letra y no ser descalificado (condiciones sobre la extensión mínima y máxima, sobre la presentación, sobre el género, sobre el tema, sobre el formato, sobre la exclusividad de participación de la obra que no podría presentarse simultáneamente en otros sitios).
- Enviar la obra a concurso cuanto antes dentro del plazo. Si los miembros del jurado leen todas las obras, estarán menos fatigados al principio de la convocatoria.
- Ser constante. No perder la esperanza y seguir intentándolo. Mientras, el escritor seguirá puliendo su estilo, seguirá escribiendo y exigiendo más a sus textos, mejorando su nivel y calidad.
Fuente: Archivos de Editorial Premura
Experiencia personal
Tengo la enorme suerte de conocer a varios escritores. Algunos de ellos, jóvenes y noveles, han conseguido cierta celebridad gracias a los concursos. Comentaremos, por ejemplo, el caso de Pedro de Paz, un autor madrileño que dice de sí mismo en su página web:
“Nunca me he sentido eso que llaman escritor de raza. Podría decir, como sería de ley, que nací escritor, que siempre lo he llevado en la sangre y que mi vocación fue temprana. Mentiría. Sí es cierto que siempre he tenido querencia hacia el hecho de narrar, de inventar historias y de plasmarlas pero, en su momento, nunca pasó de ser una mera afición. Mi verdadera vocación fue la informática, profesión a la que llevo dedicados cerca de veinte años. Durante todo ese tiempo, mi interés por escribir siempre permaneció ahí, en estado latente. Redactaba pequeños textos, vanos intentos que siempre acababan -y ahí siguen- almacenados en lo más recóndito de mi disco duro […] pero nunca con un excesivo interés en explotar mi vena creativa de cara a los demás.
Esa situación cambió en mayo de 2002. Por una serie de cuestiones que no vienen al caso, decidí que mi vida necesitaba dar un giro de 180 grados. La informática, mi pasión durante tantos años, comenzaba incluso a aburrirme. Tomé la -acertada, creo- decisión de recuperar antiguas aficiones, plantearme nuevas metas que me ayudasen a salir del bache emocional y opté por dedicarle menos tiempo a la informática (en su aspecto lúdico, que en el profesional, no me queda más remedio. Me sigue dando de comer) y recuperar dos antiguos retos: aprender a tocar la guitarra y volver a escribir, en esta ocasión, de forma continuada, seria y constante.”
En 2004, Pedro de Paz ganó el I Certamen Internacional de Novela Corta “José Saramago” con El hombre que mató a Durruti, una novela de intriga y suspense en la que se investiga la muerte del líder anarquista Buenaventura Durruti acaecida en 1936. Fue publicada por Editorial Germanía. En 2006 publicó Muñecas de cristal con la Editorial El Tercer Nombre gracias, según nos cuenta él, al interés puesto por su agente.
Recursos: Sitios que publican convocatorias de concursos
Stardust
Letralia
Eldígoras
Escritores.org
Nota: Material extraído del taller literario “Tengo una historia, ¿quién me la publica?” impartido el 27 de mayo de 2006 durante las I Jornadas de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, Sevilla.
2 comentarios:
Acertadísimo el compendio de consejos publicados en esta entrada. Y ha sido un grato placer y un honor verme citado en tu blog, amigo JAngel.
Suerte con tus correrías literarias.
Un cordial saludo,
Pedro de Paz
Gracias, Pedro. Me alegra verte por aquí. Un abrazo.
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