He iniciado un nuevo experimento literario bajo el título de Nueve formas distintas de decir lo mismo sobre la vida. La primera forma es un poema. Quizás debo parte de la inspiración que me ha impulsado a escribirlo al recital de poesía que escuché ayer. Fue gracias a la invitación de María del Águila Boge y se lo debemos al eminente Luis Alberto Ambroggio, que nos visitó para deleitarnos con poesía de su propia cosecha y con obras de otros autores. Pero sobre eso ya hablaré otro día.
La vida es como una novela,
más enigmática de lo que quisiéramos,
más atroz de lo que podemos imaginar.
Al imaginar, nos basamos en los recuerdos,
pero la memoria es perversa y antojadiza,
nos vuelve incapaces de obtener la exactitud.
Al carecer de exactitud,
cualquier contador de historias sólo puede narrar
una versión de los hechos, una ficción.
La ficción suele relegarse a los libros
para entretener al público con su lectura,
que es el alimento de los que escriben.
Los que escriben, cuando lo hacen,
se embarcan en una aventura,
con sus lectores como tripulantes.
Los lectores prefieren a veces
navegar en libros que versen sobre el mundo,
sobre la realidad, sobre la vida.
La vida es como una novela…
Dedicado a ti, que eres mi vida.
1 comentario:
Quería dejar constancias de los comentarios de Dualidad, un compañero del foro sobre literatura donde participo, "¡Ábrete, libro!", con respecto a este poema:
"Me gustó mucho este estilo, fresco, diciendo lo complicado pero sin complicaciones, que se deja recorrer verso a verso. Entiendo que sería prosa poética, o poesía prosística, da igual. Hay un mensaje, el cuál lo veo expuesto con rica sencillez."
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