domingo, 1 de junio de 2008

Feria del Libro de Madrid


Este año, la menor distancia existente entre nuestro lugar de residencia y Madrid nos animó a acercarnos a la Feria del Libro, que se inauguró el pasado viernes. Allá nos fuimos el sábado. Sus numerosas casetas se instalan en el Parque del Retiro, a lo largo de un interminable paseo. En compañía de unos amigos, accedimos desde la calle Odonnell, justo donde empieza la numeración de las casetas, muy cerca de donde estuve firmando libros hace dos años. Conforme empiezas a caminar, rodeado de dos hileras de puestos, te das cuenta de dos cosas:

- La Feria del Libro de Madrid es monstruosamente grande y no puedes abarcarla entera en un solo día (ni en una semana).

- Las casetas se encuentran perfectamente clasificadas, por lo que no es difícil elegir en cuáles debes detenerte a mirar, aunque siempre te quedarás con ganas de descubrir más curiosidades.

Hay una tercera cuestión. A pesar de los miles y miles de personas que viven en Madrid, la ciudad no deja de ser un pañuelo. Por casualidad nos encontramos con conocidos mientras paseábamos, lo que me resulta sorprendente. Debe de ser el azar austeriano.

Nuestra visita coincidía, afortunadamente, con un encuentro informal que habían organizado los amigos del foro ¡¡Ábrete, libro!!, así que pudimos volver a ver a muchos de ellos y conocimos a otros tantos. Algunos, como Jerónimo Tristante o Javier Oliva, son escritores.

Por fin, pude estrechar la mano de Jero, con quien aparezco en la fotografía, al lado de nuestra amiga Julia. Jero ha logrado convertirse en un superventas, pero ha trabajado mucho para conseguirlo. Así que se merece todo el tiempo que pasó firmando ejemplares de su nueva novela sin parar.


Por otra parte, Javier Oliva, autor de El sueño de Judas, y yo intercambiamos nuestras novelas y hablamos todo lo que pudimos. Es otro de esos valores literarios que alguna editorial tendrá que saber encontrar en algún momento.

Los fines de semana son importantes en la Feria del Libro pues abundan las firmas. Gracias a ello pudimos intercambiar impresiones con el psiquiatra Luis Rojas Marcos o con el mismísimo Antonio Gala, que nos atendió con amabilidad y cariño. A Antonio sólo le puedo reprochar el alto precio de su último libro, puesto que, a pesar de sus mil páginas, la encuadernación no es nada lujosa.

Finalmente, fui al encuentro de José Carlos Somoza, a quien considero ya mi amigo. Así se lo indiqué a uno de los libreros de la caseta donde iba a firmar esa tarde, cuando le tendí una de mis tarjetas para que se la entregara a José Carlos, de manera que supiera que había ido a verle. La tarjeta llegó a manos de su destinatario (gracias, amigo, por entregársela tan solícitamente), de modo que me estaba esperando cuando me vio aparecer. José Carlos se puso de pie para estrecharme la mano y saludar a mi mujer. Me halagó que supiera perfectamente quién era. "¿Cómo no voy a saberlo, si estás en todas partes en internet?", me dijo.

Mientras nos dedicaba su última novela, hablamos de nuestros siguientes encuentros, en las Jornadas de ¡¡Ábrete, libro!! en Madrid, el último fin de semana de septiembre, y en el III Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas, el primer sábado de octubre. También se interesó por mi libro, por lo que prometí que nos volveríamos a ver para darle un ejemplar dedicado y tal vez tomar algo juntos. Fue un placer hablar con él. Es uno de los pocos escritores que habla directamente con sus lectores a través de su web y sabe responder con elegancia a las críticas más exacerbadas. Hasta la próxima, José Carlos.

Terminaré diciendo que, no obstante, la mayor atracción de la Feria del Libro iba con nosotros. Irene hace que todo el mundo se detenga a contemplarla y fue la revolución entre nuestros amigos.

Me llevé otra grata sorpresa. La gente sigue interesándose por mi obra, aunque las carencias en la distribución no ayuden a su difusión. Mi amigo J. E. Álamo, también escritor, ha dejado sus comentarios sobre Ladrones de Atlántida en su blog.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que fuera tan interesante lo de la feria del libro. Con respecto a lo de Irene, es totalmente normal: esa niña tiene chispa!

François de Fronsac dijo...

¡Qué buena gente hay por ahí!

J.E. Alamo dijo...

Tú llegarás, cuestión de paciencia. ;-)

José Angel Muriel dijo...

En realidad ya estuve hace dos años, firmando ejemplares de Ladrones de Atlántida. Fue una experiencia inolvidable que espero repetir.