miércoles, 10 de octubre de 2007

Colaboraciones. Mi poesía, de José Luis González Cáceres

José Luis González Cáceres es cacereño de nacimiento y sevillano de adopción. Trabaja como Ingeniero Técnico Industrial, pero también hay que considerar su faceta de escritor de cuentos, relatos y poemas (ha publicado algunos libros como Cuentos que cuento con pizcas de ungüento, Fantasía para una boda real y Cuentos para flipar leyendo.

Le gusta componer y recitar poemas y pertenece a las instituciones literarias Aldea y Noches del Baratillo, en cuyos encuentros tiene ocasión de compartir esta afición poética. De hecho, preside esta última. Precisamente, le conocí al asistir a alguna de las reuniones que los miembros de las Noches del Baratillo hacen los jueves. La tarde del pasado 20 de septiembre leyó el siguiente poema que quise traer aquí:

Mi poesía no es agua dulce de cocotero
Ni quiero
Acomodo las palabras en celdas de impertinencia
Porque alimentan
Juego con expresiones que esclavizan la esperanza
y continúo siendo idiota
porque creo en la fuerza de las palabras.
Salen una a una las estrofas
que con el sudor de un parto
van componiendo un poema.
¡Que condena!
Me disuelvo entre metáforas
por miedo a ser descubierto…
en mi desierto.
En formación de versos voy componiendo un conflicto:
que me lleva,
que me engloba,
que me agiliza la lengua
y me empuja hacía un abismo de emociones.
A punto de decir inconveniencias,
y lastimarme,
porque me dejé llevar por la poesía…
coloco un punto y aparte.
La poesía como terapia.
El poema, oración desesperada
a los dioses del consuelo.
La pluma, el papel, el folio:
Los amigos de la angustia.
La ortografía como freno.
Estrategia refrescante.
Mi poesía no pasa de ser lamento.


Puedes encontrar más información sobre José Luis González en la página que mantiene con Dolores Díaz, su mujer: Equipo Majo.

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