lunes, 25 de febrero de 2008

ScifiWorld Magazine: Paseo por los clásicos I


EL MATEMÁTICO Y ESCRITOR ALAN ALEXANDER MILNE, NACIDO EN LONDRES EN 1882, ESCRIBIÓ VARIAS OBRAS DE TEATRO DE FANTASÍA QUE FUERON FAMOSAS DURANTE LOS AÑOS VEINTE Y PARTE DE LOS TREINTA DEL SIGLO XX. LLEVÓ AL TEATRO UNA OBRA BASADA EN EL LIBRO DE “EL VIENTO EN LOS SAUCES“ DE KENNETH GRAHAME, PERO TERMINÓ DEDICÁNDOSE AL RELATO Y LA POESÍA.

En 1914, un tren procedente de Winnipeg (Manitoba, Canadá) que transportaba tropas para luchar en Europa, se detuvo en White River (Notario). El teniente veterinario H. Colebourn (1887-1947), un británico afincado en Canadá, salió del tren para despejarse un poco y vio a un trampero que se había quedado con una cría de oso después de matar a su madre. Colebourn le ofreció veinte dólares y se quedó con la osezna, a la que llamó Winnie, en honor de Winnipeg, la ciudad donde residía. Más tarde, decidió dejarla en el zoológico de Londres para que se ocupasen de ella mientras luchaba en el frente. Winnie no tardó en convertirse en la favorita del público, por su carácter cariñoso y dócil. Cuando acabó la guerra, Colebourn volvió al zoo a recogerla, pero decidió dejarla allí, tras comprobar el afecto que despertaba en todos.


Continúa aquí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta historia, me ha recordado a la película "descubriendo nunca jamás". Nuevamente, la realidad supera a la ficción.

José Angel Muriel dijo...

Sí, es una historia muy curiosa. La próxima vez contaré la de Lewis Carroll, aunque esa quizá sea más conocida.

Anónimo dijo...

Por mí, cuenta todas la que quieras, que yo las desconozco!!!

J.E. Alamo dijo...

A mi hija, Sarah, le encantan los personajes de Winnie. Puerquito comparte sus sueños todas las noches y a mí, sinceramente se me ocurren pocas historias donde los valores de la amistad y el respeto se expongan de manera tan ingeniosa y tierna.