"Poder construir una matriz, como en la película, puede significar que ya estamos dentro de una."
Ian Watson hizo esta reflexión durante la conferencia sobre Inteligencia Artificial que ofreció en HispaCon 2006 (Dos Hermanas, Sevilla).
Apuntes y excentricidades de un escritor. Un rincón para quienes quieran comentar algo de literatura... y otros temas, ¿por qué no?
"Poder construir una matriz, como en la película, puede significar que ya estamos dentro de una."
Ian Watson hizo esta reflexión durante la conferencia sobre Inteligencia Artificial que ofreció en HispaCon 2006 (Dos Hermanas, Sevilla).
De plata eran los rayos de la luna que le iluminaban.
De plata era su cabello, rasgo de una raza.
De plata el brillo de la espada que se hundió en su vientre.
De plata las monedas que había robado.
El pasado sábado 10 de mayo acudí invitado a la Feria del Libro de Sevilla, como ya había anunciado. Por primera vez, debido a los quehaceres que conlleva la paternidad, llegué tarde a uno de mis compromisos literarios. Justo cuando iba de camino a la plaza Nueva, donde estaban instaladas las casetas de las librerías, me llamó Inés Martín, la dueña de Librería La Araña, para averiguar dónde me había metido. Naturalmente, lo hizo con su amabilidad habitual, pero intuí por el tono de su voz que tenía clientes esperándome.
En efecto, así era. Cuando llegué a la caseta 21 y ocupé mi sitio junto al cartel que anunciaba la firma de ejemplares de Ladrones de Atlántida, empezaron a llegar amigos que se habían acercado temprano para echar un vistazo a la Feria del Libro. Desde ese momento hasta la una de la tarde, no paré de escribir dedicatorias. Mientras tanto, de vez en cuando, mi nombre se oía por megafonía, un detalle común dentro de la organización de la Feria del Libro que me hizo mucha ilusión. Fue una firma bastanta fructífera y agradable. Conocí a nuevos amigos y me reencontré con unos cuantos, de los que pude despedirme antes de nuestro traslado a Valladolid.
Llegada la hora, tuvimos que salir corriendo hacia la carpa central para celebrar la mesa redonda sobre el género fantástico en España que habíamos preparado para la ocasión. El impulso dado por Inés al propósito de llevar otro tipo de charlas a la Feria del Libro surtió efecto. Resultó una de las conferencias más amenas de toda la semana y hubo bastante público interesado en lo que hablábamos Pepe Carrasco, Javier Márquez, Alfonso Merelo y yo. Además, conseguimos tratar cuestiones distintas en la conversación que mantuvimos, de manera que no se pareció a las actividades que habíamos hecho anteriormente sobre el mismo tema en distintos eventos.
Entre los presentes estuvieron mis editores, que han dado su versión de aquel día en el blog de Editorial C&M. Por cierto, ya son distribuidores además de editores, lo que puede deparar una mejor difusión a mi novela.
Aunque los desplazamientos iniciales trastornaron un poco la rutina de Irene, ya se ha adaptado completamente a su nuevo hogar. En ningún momento ha dejado de reír y pasárselo bien, como demuestra la fotografía.
Hoy cumple quince semanas, ha alcanzado los cinco kilitos y ha visitado al pediatra que le corresponde en su Centro de Salud, dependiente de SACyL, que, por otra parte, es mi cliente en el proyecto que nos ha traído a tierras castellanas. El doctor ha hecho constar que está muy sana y muy bien, que crece de forma adecuada a su situación. Irene se lo ha ganado con sus sonrisas. Todos caemos rendidos ante su buen humor.
Mi amigo Paco Illán avisa puntualmente por correo electrónico de la publicación de noticias y entrevistas. Gracias a ello podemos conocer a nuevos escritores o seguir las andanzas de otros que ya conocemos.
Curiosamente, como ya venía anunciando desde hace unos días, esta vez me ha tocado a mí. La sección Hablando de libros de Vegamediapress.com dedica un espacio a la entrevista que me hizo hace poco y que ha titulado "El antiguo Egipto me apasiona". La misma revista publicó recientemente una reseña de Ladrones de Atlántida con la crítica de Paco Illán Vivas. Es un buen momento para agradecer sinceramente la labor encomiable que hace al promover la obra de tantos autores de este país.
Otra cosa a tener en cuenta es el título del microrrelato. Ha de ser escogido con sumo cuidado. Si de utilizar el mínimo número de palabras se trata, no podemos permitirnos redundancia o repetición de la información. Por tanto, el título debe ser complementario al resto del texto, forma parte de la historia y ayuda a comprender o a cerrar cada pequeño mundo que abramos. Títulos tan explicativos como los de Poe –El pozo y el péndulo o El cuervo, por ejemplo- no tendrían cabida en esta disciplina.
Hay pequeños trucos, como utilizar otros idiomas para dar nombre al microrrelato para situar el espacio/tiempo del mismo. De esta manera un título en latín nos transportaría de inmediato a la época medieval, al mundo eclesiástico o a un entorno culto y un título en inglés nos llevaría de forma inequívoca al mundo anglosajón y quizá a una época. Utilizando Make love, not war por ejemplo, nos llevaría al mundo hippie de los 60 y a su revolución sexual. Ejemplos de esto puede ser el título Veritas odium parit de Denevi o Go West! de Borges que nos sitúa de lleno en los tiempos de la conquista del oeste americano.
Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.
Este fin de semana hemos estado de mudanza. Se trata de algo que no he querido proclamar a los cuatro vientos hasta que se ha hecho realidad. El trabajo y los cambios de proyecto nos han llevado hasta Valladolid. Empezamos una nueva etapa como familia y comenzamos una vida desde cero. De momento, una vez que hemos terminado de instalarnos, el cansancio es importante, pero estamos contentos.
Antes del traslado, Irene, que hoy cumple catorce semanas, me acompañó, junto con su madre, en la Feria del Libro. Primero estuvo conmigo en la caseta donde firmaba libros y luego entre el público que asistió a la mesa redonda sobre literatura fantástica. En la foto tomada por nuestra amiga Violeta, la vemos esperando el comienzo de la charla. Por cierto, tal como algunos amigos han sugerido, Irene posa con una expresión de su padre.
Sigue tan despierta y sonriente y le encanta "conversar" con nosotros. A veces se ríe cuando hablamos entre nosotros o alza la voz para interrumpirnos y atraer nuestra atención. Empiezan a atraerle las revistas y los libros. Si leemos en voz alta, ella también habla, mirando lo que tengamos en la mano. Por otra parte, le gustan los ejercicios de gimnasia: la cogemos por las manos, se encoge y se dobla para incorporarse al tirar de sus bracitos. Está empezando a mirarse las manitas, a distraerse sola, a mirar la televisión. Cada semana nos sorprende con algo nuevo. Yo me derrito cuando me saluda con una sonrisa por la mañana.
El próximo sábado 10 de mayo podréis encontrarme en la XXVI Feria del Libro de Sevilla. Desde las 11:30 estaré firmando ejemplares de Ladrones de Atlántida en la caseta 21 de Librería La Araña.
A partir de las 13:00 me uniré en la carpa central a los escritores Pepe Carrasco y Javier Márquez y al portavoz de prensa de la AEFCFT Alfonso Merelo en una charla moderada por Inés Martín, la dueña de Librería La Araña, con el título El género fantástico en España.
Si aún os falta la dedicatoria del autor en vuestro ejemplar, no habrá mejor oportunidad para tenerla.
Ya sabéis, ¡os espero!
El microrrelato nace de la emergencia de contar algo impactante en unas pocas líneas. Algo que no deje indiferente, que te consterne hasta tal punto que lo repitas una y otra vez en tu cabeza a lo largo de los días siguientes de haberlo leído, que te quite el sueño y te despiertes en mitad de la noche preguntándote qué quería decir el autor precisamente con esa palabra y no con otra.
En el arte del microrrelato cada palabra es seleccionada con cuidado, desempolvada con cariño y colocada con pinzas junto a sus compañeras que enseguida la aceptaran o la repudiarán con todas sus fuerzas. Si una palabra no funciona, se encenderán todas las alarmas en el país que forma cada pequeño texto y todas las demás afinadas dentro de sus fronteras, no dudarán ni un solo momento en acompañarla hasta el linde de sus límites y allí, canjearla –como si del intercambio de un secuestro se tratara- por una más afín al espíritu buscado.
El microrrelato busca sorprender desde el primer momento. No hay tiempo para desarrollar ideas o introducir personajes por lo tanto la primera frase es básica y formará el esqueleto central donde se armarán el resto de frases. Esas primeras palabras han de captar la atención del lector para que se quede atrapado.
Las frases siguientes deberán llevarle cómodamente hasta el final, sin sobresaltos, sin giros bruscos que haga que se pierda, en pocas palabras, hacerle bajar la guardia para que en la última parte, sentenciar con la fuerza de un martillo sobre su cabeza y cerrar el cuento de una forma tan hermética e inequívoca que el lector sabrá en ese preciso instante -justo cuando llega a su punto final- si le ha gustado o no. Un microcuento es como una atracción de feria. Sólo te puede sorprender la primera vez que subes. Es por eso que no puede haber ninguna palabra que chirríe, ninguna que rompa el ritmo de la tan importante primera lectura. Si el texto ha gustado, seguro que habrá una segunda lectura más detenida que servirá para descubrir los recovecos y los suaves matices de las palabras elegidas que han contribuido a preparar la mente hacía ese final tantas veces sorprendente e inesperado.
Citando a Luis Torres: ‘Para explicarlo de alguna forma es como cuando encendemos una cerilla, primero, un chispazo; luego, la llama se extingue fugaz y, finalmente, esa quemazón en los dedos’.
Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.
Hace tres días, Irene cumplió su duodécima semana de vida y dentro de otros tres tendrá exactamente tres meses. En medio, este tres de mayo, vísperas del Día de la Madre, en que se celebra la festividad de San Felipe y Santiago el Menor, se ha celebrado el bautizo de Irene. Lo hemos pasado muy bien brindando a su salud, después de que le haya administrado el sacramento el mismo sacerdote que nos casó hace más de ocho años, un tío de Mª Carmen que fue vicario de Jaén hasta hace poco.
Durante la ceremonia, lloró un poco hasta que nos dimos cuenta de que tenía sed y le dimos un poco de agua para saciarla (pocas veces había tenido un llanto tan desconsolado, qué cosas). Una vez que le bañaron la cabecita con el agua bendita, empezó a reírse a viva voz y sus carcajadas retumbaban en toda la iglesia sin que pudiéramos evitarlo. Menos mal que el cura era de la familia.
Aunque os parezca increíble, cada vez que Irene ve una cámara cerca, da igual lo que esté haciendo, mira directamente al objetivo y posa para la ocasión. Así queda demostrado en la foto anterior (¡atentos, estaba comiendo y no hay momento más sagrado para un bebé!). Parece tener un sexto sentido, algo le llama la atención de esos aparatos con lucecitas.
Cómo nos reímos con sus carcajadas, con sus incomprensibles charlas, con sus ininteligibles respuestas a nuestras carantoñas y nuestras palabras. Le encanta que le hablen, escucha y contesta con su lengua de trapo. Mantiene conversaciones con la lámpara del salón y con algún que otro muñeco de peluche. No puedo imaginar qué pasará por su cabecita, pero creo que es mucho más de lo que pensamos. Aunque no es capaz de coordinar sus movimientos, sabe cómo debe responder a algunas de nuestras reacciones. Por ejemplo, cuando, estando acostada, le digo "vente conmigo" y le pongo las manos en la espalda, automáticamente se encoge y arquea la columna para facilitarme el trabajo e indicarme que quiere que la coja.
En las últimas dos semanas el cambio ha sido realmente importante y se le ve mucho más activa, con muchas ganas de pasarlo bien. Temo que cuando gatee o pueda andar, va a ser verdaderamente imparable.
El pasado sábado 26 de abril asistí a la gala de clausura de El placer de leer. El evento, celebrado en el Complejo Educativo Provincial Blanco White, se convirtió en una gran fiesta en la que los protagonistas fueron los quinientos chicos, de entre once y quince años, invitados por su participación en el proyecto. Algunos de los autores cuyas obras se han leído también formamos parte del acto, interviniendo en la entrega de premios.
La diputada provincial de Juventud, Fomento de la Actividad Física y Deporte, Beatriz Sánchez, acompañada del escritor y presidente del Consejo Asesor del programa, Antonio Rodríguez Almodóvar, comenzaron la mañana con un discurso de agradecimiento que pretendía también seguir motivando a los jóvenes presentes para que siguieran leyendo. Incluso sugirió que "sin el placer de leer no podréis encontraros con el placer de escribir".
Me tocó entregar los premios y dar la enhorabuena a los representantes de los municipios de Guadalcanal, Huévar del Aljarafe, Tocina y El Saucejo. Por su parte, Nerea Riesco, Manuel Moya, Pepe Carrasco, José Antonio Ramírez y Miguel Fernández Villegas entregaron los premios a las creatividades de fotografía, poesía, animación y cómic, respectivamente.
El acto resultó divertido y ameno gracias a que se iba alternando la relativa solemnidad de discursos y premios con la presentanción de Antonio Ludi y la actuación del grupo musical La Barca de Súa, cuyos miembros contaban cuentos mientras cantaban, el cuentacuentos Pepepérez y el grupo de teatro Cardamomo. En el exterior, los Supermecánicos abordaban al público para arrancarles una sonrisa.
Más información en la web de la Diputación de Sevilla.
La idea es la base para cualquier arte y en éste en concreto lo es todo. Grandes operas se han hecho –y se siguen haciendo- con temas tan gastados como la venganza, los celos o el poder. Argumentos un tanto ajados que le quitan frescura y nos adelantan muchas veces el final. Si vas a contar algo que ya ha sido contado hasta el hartazgo, mejor no lo cuentes, a no ser que consigas darle un aire totalmente nuevo.
La semilla del microrrelato ha de ser genial, espontánea y fresca, que nunca se haya oído nada parecido. Si es así, y sabes aplicar bien unas sencillas reglas, seguro que acabas con un buen texto entre las manos.
Podemos afirmar, en una clasificación muy global, que hay dos tipos de microrrelatos. El que se autoexplica y encierra entre sus palabras un mundo redondo y perfecto, alejado de las dobles interpretaciones que quieren realzar una idea o reivindicar un hecho sin ningún tipo de duda, y el que acepta mil interpretaciones distintas y permite que se escriban sobre él más paráfrasis y disertaciones que el número de palabras del que se compone. Se nos plantea entonces una pregunta de difícil resolución: Si para explicar un microrrelato se necesita más palabras de las que tiene... ¿hemos conseguido entonces un buen texto?
Esta segunda vertiente suele utilizar el método Iceberg que utilizaba Hemingway. Contar sólo una octava parte de la historia y dejar que la mente del lector imagine las otras siete octavas con las imágenes que se han amueblado en sus cabezas.
Es importante tener claro de qué tipo va a ser antes de empezar a escribir.
Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.
Texto de contraportada:
El Enviado cumplirá con sus cometidos allá donde tenga que acometerlos. El espacio y el tiempo no son barreras, más bien peldaños, en su camino hacia los logros que persigue. En su deambular, las vidas de distintas personas se cruzarán con él. Cada persona da nombre a las nueve misiones que componen este relato de sus hazañas, compuestas por nueve relatos independientes pero estrechamente ligados entre sí.
Desde relatos postapocalípticos hasta alegóricos, pasando por costumbristas. Y en todos ellos flota la presencia del Enviado que da título al libro: una figura nebulosa moviéndose más allá del tiempo y el espacio, en cierto modo simbólica, que permite múltiples interpretaciones, cada una a la medida del lector. Un libro que merece una profunda reflexión después de cerrar la última página.
Joseph y yo nos conocimos en internet. Fue a través de un concurso de relatos que convocó en su blog. Más tarde se nos ocurrió colaborar uno en el blog del otro. Descubrimos que teníamos amigos comunes y que, casualmente, ambos éramos finalistas del Premio La Monstrua 2007. Finalmente terminamos intercambiando nuestras novelas. Gracias a ello, he leído El enviado.
Se trata de un libro peculiar. Puede leerse, al mismo tiempo, como una novela compuesta por capítulos que tratan argumentos diferentes pero estrechamente relacionados, o bien como una antología de relatos que conforman un cuerpo homogéneo, donde todas las piezas cuadran. La necesidad de leer todos y cada uno de los relatos que comprende El enviado y en el orden en el que se presentan es la clave para poder clasificarla como novela.
En cuanto a la forma, lo más destacable de la obra es que, aunque cambian los argumentos, no varía el estilo. La prosa es correcta y está cuidada. La evolución a lo largo de la lectura es uniforme. El lector no percibe que se produzcan saltos y el paso de un capítulo a otro se realiza con continuidad, suavemente.
Con respecto al fondo, mientras leemos la desgracia que sacude a cada personaje, les acompañamos por separado, a veces con saltos en el tiempo, hasta descubrir en un momento determinado que todos ellos mantienen un vínculo. Tal vez lo más asombroso es que les suele aguardar la fatalidad, pero el autor nos conduce con naturalidad y sólo roza, elegantemente, un atisbo de terror. Nos mantiene intrigados pero no nos engaña con sobresaltos innecesarios.
El enviado es, por tanto, un libro que recomiendo leer y, sobre todo, conocer. En él, J. E. Álamo ha dado, por primera vez, todo lo que ha podido para conseguir una obra completa y atraer la atención del público. Estoy seguro de que la experiencia se repetirá, a pesar de que él pensaba que nunca vería alguno de sus trabajos publicados.
Título:El enviado
Autores: J. E. Álamo
ISBN (13): 978-84-96013-31-5
Publicación: 03/2007 por Grupo Editorial AJEC
Nº páginas: 176
No suelo hablar de política en público y aún menos por escrito. Seguramente porque no pertenezco a ningún bando ni color y me limito a contemplar lo que hace cada facción para apoyar a quien pueda tener más razón según mi criterio. Se da la circunstancia de que últimamente no sé a quién darle mi apoyo. Digamos que voy a resaltar algunos detalles de nuestra realidad actual, independientemente de la causa y del causante del problema. Mi propósito tan sólo es criticar aquello que no me parece correcto, especialmente porque nos afecta a todos por igual.
El pasado 19 de abril, una vez que había conseguido reunir todos los certificados y los datos fiscales del ejercicio anterior, me senté con todos los papeles por delante y me dispuse a confeccionar la declaración de la renta. Al cabo de unos minutos, cuando estaba introduciendo la información concerniente a la adquisición de la vivienda habitual, descubrí que este año se desgrava lo mismo sobre la inversión realizada durante los dos primeros años que después. Afortunadamente, en mi caso no afectaba, pero pensé en todos aquellos que han podido comprarse su pisito o su casita en los dos últimos años y ya no tienen un 25% de deducción (frente al 15% generalizado).
Relacioné conceptos y me dije: "Estupendo. Estamos en plena crisis de la construcción, cuando más falta hace incentivar la compra de inmuebles para que la situación mejore lo antes posible, y no se les ocurre otra cosa que quitar alicientes a los ciudadanos para invertir en ladrillo, como se suele decir coloquialmente". Menuda medida contraproducente. Pero, claro, de algún sitio tiene que salir el dinero para esos 400 euros que nos han prometido a todos este año o esos 2500 por cada bebé recién nacido.
Sin embargo, seguí pensando: "A lo mejor", reflexioné, "la economía está tan mal que creen que 400 euros para cada españolito asalariado pueden mejorar sensiblemente los niveles de consumo, que tanto han caído. A lo peor estamos viviendo una situación tan catastrófica que antes que motivar la compra de inmuebles para salvar a las constructoras en bancarrota es recomendable aumentar el consumo más mundano y corriente. Si fuera así, ¿por qué nos siguen diciendo que nuestra economía marcha bien?".
No lo sé. Pero lo cierto es que, como vengo denunciando desde hace tiempo, los medios de comunicación nos desinforman. Me sorprende que la prensa no nos haya advertido lo suficiente y haya hecho eco de esta broma de mal gusto, avisando de las repercusiones que tienen estas reducciones en las desgravaciones sobre nuestra capacidad adquisitiva final.
En cambio, parece más importante la vida privada de la hermana de Su Alteza Leticia Ortiz. Ese mismo día 17 se discutía en todas partes sobre la torpeza de las cincuenta y tantas demandas que había interpuesto exigiendo la intimidad de su vida personal. Ha sido tema de actualidad durante los últimos días. Y yo estoy convencido de que, al margen de lo bien o mal que haya planteado esas demandas, la chica tiene razón. A mí no me importa salir en televisión o en los periódicos por mis intervenciones en actos públicos, pero eso nada tiene que ver con lo que haga en mi casa. Como escritor, podría ser un personaje público, en tanto que participo en actos públicos, pero tengo derecho a la reserva de mi vida privada. ¿Dónde vamos a llegar si pensamos que podemos inmiscuirnos en la vida de los demás por el simple hecho de que algo les hace aparecer en la pantalla del televisor o les relaciona con alquien que lo hace?
En la prensa también vi el fin del mundo. Pippa Bacca, una artista que quería demostrar que la bondad y la generosidad abundan en nuestro planeta viajaba desde Milán, haciendo autostop para atravesar Europa. El último conductor que la recogió, en una población turca, la violó y la estranguló. ¿Debemos extraer alguna conclusión de esto? ¿Está la Humanidad perdida?
De muchas formas se conoce a esta disciplina literaria. Algunos la llaman microcuento, otros minicuento o minificción. Incluso algunos la llaman cuento brevísimo pero sobre todas ellas se alza la de microrrelato, que no es más que el arte contar algo con la máxima brevedad posible. No es de extrañar entonces que el más famoso –el del dinosaurio de Augusto Monterroso- esté formado tan sólo por siete palabras. Como sentenció Baltasar Gracián: ‘Lo bueno, si breve, dos veces bueno, y aun lo malo, si breve, no tan malo’.
El microrrelato nace de la tradición oral y más tarde como vanguardia en la década de los 70 en Estados Unidos siguiendo la estela de autores como Ambrose Bierce -que ya en 1911 escribió The devil’s dictionary donde se volvía a definir el significado de algunas voces inglesas-, y se comienza a experimentar con él en Latinoamérica a partir de los 80 de la mano de Cortázar, Borges, Arreola, García Márquez, Denevi y el propio Monterroso. Lo que comienza como un ejercicio de virtuosismo de las palabras, una pirueta o agudeza literaria que divierte y que de forma velada a veces y evidente otras, muestra una claridad de mente del autor para sintetizar ideas en pocas palabras, se proclama como un género nuevo con las primeras antologías.
Y cómo pasa con todas las disciplinas que fueron vanguardia en su día, se ha pasado de la práctica y experimentación a la teoría y explicación.
Algunos ejemplos:
El dinosaurio (Augusto Monterroso)
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Veritas odium parit (Marco Denevi)
Traedme el caballo más veloz -pidió el hombre honrado- acabo de decirle la verdad al rey.
Instrucciones para llorar (Julio Cortázar)
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
El hombre de Satsuma (Jorge Luis Borges)
Entre los peregrinos que acuden, hay un muchacho polvoriento y cansado que debe haber venido de lejos. Se prosterna ante el monumento de Oishi Kuranosuké, el consejero, y dice en voz alta: Yo te vi tirado en la puerta de un lupanar de Kioto y no pensé que estabas meditando la venganza de tu señor, y te creí un soldado sin fe y te escupí en la cara. He venido a ofrecerte satisfacción. Dijo esto y cometió harakiri.
El prior se condolió de su valentía y le dio sepultura en el lugar donde los capitanes reposan.
Este es el final de la historia de los cuarenta y siete hombres leales —salvo que no tiene final, porque los otros hombres, que no somos leales tal vez, pero que nunca perderemos del todo la esperanza de serlo, seguiremos honrándolos con palabras.
Nota: Material extraído del artículo Del arte de lo minúsculo: el Microrrelato, de Ginés S. Cutillas.
Conocí a Ernesto Fernández hace unos años, a través de la Biblioteca Pública de Dos Hermanas y gracias a los concursos de relatos fantásticos y de terror "Idus de Marzo" que se convocan cada dos años en la localidad. Recuerdo que nos vimos por primera vez en la primera presentación de Ladrones de Atlántida. Luego hemos coincidido en la organización de los Encuentros de Literatura Fantástica que se celebran también en Dos Hermanas y que paulatinamente han ido cobrando importancia en el ámbito nacional.
Además de ser licenciado en Administración de Empresas, Ernesto codirigió con bastante entusiasmo una revista cultural local y, sobre todo, le gusta escribir. Como escritor, ha recibido varios galardones y algunos de sus relatos han sido publicados en distintas antologías. Una de ellas, El desván de los cuervos solitarios, publicado por la comunidad a la que pertenece, El círculo de los escritores errantes, logró un éxito destacable entre el público.
He leído varios de sus cuentos y tengo que decir que me parece un excelente contador de historias. Hoy publico un texto que apareció en la desaparecida revista Punto cultural y que me ha cedido para sumarse a la relación de colaboraciones de este blog, que sigue creciendo.
Un gran invento
-¿Un gran invento? ¡Pamplinas! Estos jóvenes de hoy en día, Fernando... créeme: con la cabeza llena de tonterías, siempre perdiendo el tiempo -sentenció Julián, y apuró su vaso de vino. A su derecha, reclinado sobre la barra de la taberna, Fernando asentía con gravedad. Miguel, el tercero de los amigos, sin embargo, discrepaba.
-Tampoco exageres Julián. Yo no creo que sea para preocuparse. El muchacho es joven, y punto. Acuérdate de ti mismo cuando tenías su edad.
-Yo a su edad no perdía el tiempo con esas tonterías. En todo caso corriendo detrás de las mozas -los tres rieron al unísono-. Hasta ahí vale, pero luego bien que cumplía en la tienda desde el alba hasta el anochecer.
-Calla, que todavía me acuerdo de cuando tu padre te sacudía por perderte detrás de la hija del sastre. Pues lo mismo es, andabas pensando en las musarañas, igual que los chicos de ahora. Sólo que ahora además tienen esas cosas con que entretenerse: la técnica avanza, amigos.
-Sí, claro, ¿pero en qué dirección? -apuntó Julián, escéptico-. A mí nunca me ha hecho falta para ganarme la vida más que un par de brazos fuertes y ganas de trabajar.
-Yo es que de eso no entiendo mucho, pero me cuentan que es formidable -recalcaba Miguel-. Imagínate tener acceso a lo que sucede, yo que sé, en el Japón. Conocer otros países, acercar conocimientos... se puede aprender mucho de otras culturas. Y sin moverte de casa. ¿No es genial? -Fernando escupió el hueso de una aceituna sobre el platillo e intervino:
-Sí, si eso está bien. Pero mira a mi Alonso: se pasa los días metido en su habitación, absorto con sus chismes hasta la madrugada. Apenas se relaciona con nadie, pero asegura que ahora tiene un montón de nuevos amigos. ¿Y habéis visto cómo viste últimamente? Que es la última moda en Inglaterra, me dice. ¡Se está volviendo loco!
-Tu hijo siempre ha sido un muchacho muy despierto y curioso, simplemente está descubriendo el mundo. Nuevos tiempos, nueva tecnología. Ahora todo está mucho más cerca, es una nueva era para la comunicación.
-Pues yo no veo para qué sirve -repuso de nuevo Julián-. Otro invento extranjero que no vale más que para llenarle la cabeza de historias a los jóvenes.
-Y mi mujer está preocupadísima -añadía Fernando cabizbajo.
-¡Es el progreso, amigos! -sostenía Miguel- ¿Es que no lo veis?
-¡Cuentos chinos!
-¡Un gran avance!
-Ay, no sé, no sé… -se lamentaba Fernando, mientras hacía un ademán al camarero para pedir otra ronda de vino.
A finales del siglo XV y principios del XVI la técnica de la imprenta se extendió por toda Europa. Los Libros, que hasta entonces habían sido un lujo exclusivo de monasterios y cortes señoriales, pudieron ser accesibles para capas más amplias de la población. En ellos, los lectores encontraron fascinantes historias sobre viajes por países remotos, sobre navegantes de nuevos mares, vivieron aventuras caballerescas, historias de amor y odio, pasiones y gestas heroicas, y compartieron conocimientos técnicos de todas las materias: filosofía, geografía, historia, comercio, medicina, ingeniería, arte, botánica, arquitectura... Pero como siempre, a muchos les costó adaptarse a los nuevos tiempos.
Ernesto Fernández
A contrarreloj II ya está en imprenta y muy pronto llegará a las librerías de toda España. Se trata de la antología que recoge los relatos ganadores y seleccionados (328 textos entre los 656 presentados) en el II Premio Nacional de Microrrelatos convocado por la editorial Hipálage. En esta ocasión, se ha incluido mi cuento La respuesta es..., cuya inspiración debo a un rato de solaz entre amigos alrededor de un juego de mesa sobre el césped de un parque (gracias por esas risas y esas bromas).
Laura leyó la pregunta en la tarjeta del juego:
-Dime cuál es la obra más famosa de Fiodor Dostoievski.
A su hermano Carlos le sonaba aquel nombre. Tenía que ser escritor. Pero era incapaz de recordar qué libro había escrito.
-¡Vamos, que pasa el tiempo!
Carlos hizo un gesto a Laura, exigiéndole que le dejara pensar tranquilamente.
-Niños, ¿no podéis jugar en otro sitio? -les regañó la madre, que estaba viendo una película de terror en blanco y negro, cerca de ellos. Entonces, Carlos miró hacia el televisor y recordó el título de la película. Relacionó ideas y se le iluminó el rostro.
-Repito: ¿cuál es la obra más famosa de Fiodor Dostoievski?
-¡Ya está! ¡Dostoievski y Mr. Hyde!Datos del libro:
Título:A contrarreloj II
Autores: Varios autores
ISBN (13): 978-84-96919-06-8
Publicación: 05/2007 por Editorial Hipálage
Nº páginas: 346
La pequeña Irene cumple hoy diez semanas. Ya hace más de dos meses que nació y parece que fue ayer. Al mismo tiempo, los días que han transcurrido desde entonces han sido muy intensos y han estado llenos de experiencias emocionantes. Antes de tenerla, pensaba que los primeros meses serían los más difíciles y en los que más habría que conformarse con contemplarla, pero esta niña llena de vida nos asombra casi diariamente con nuevos gestos y nuevas reacciones. Cada momento es inolvidable.
Irene ya pesa cuatro kilos y medio. Desde el lunes, no para de sonreír, por cualquier cosa y ante cualquier estímulo. Además, algunas sonrisas ya se han convertido en carcajadas y van acompañadas de sonoros ruiditos. A veces se ríe sola, cuando algo le sorprende. Pero también lo hace cuando le soplan suavemente en la carita, algo que le da mucho gustito; o al contemplar las lámparas, que le fascinan, sobre todo la del salón, que tiene brillos cromados y literalmente la hipnotiza; incluso de algún modo ha descubierto la literatura, pues disfruta viendo cómo gira el ejemplar de la edición de El principito, el primer libro que le regalamos y que tenemos colgado del techo de su habitación.
Por otra parte, responde inmediatamente a los toques de atención. Aún no da muestras de reconocer su nombre (aunque, desde hace mucho, sí que identifica las voces de sus padres), pero, al chasquear los dedos en su presencia, busca el origen del sonido aunque se mueva la mano de un lado a otro. Cada vez duerme menos por el día, pues al parecer le encanta pasárselo en grande y dejar el cansancio para la noche.
El síndrome de paternidad continúa atormentándome. Los lunes resultan especialmente muy duros. Después del fin de semana, echo mucho de menos estar con mis dos chicas y perderme las risotadas de Irene. Es como si también en mi interior se hubieran disparado las hormonas cuando la vi en este mundo por primera vez, tan vulnerable y tan preciosa.
Hace dos días concluyó la famosa Feria de Sevilla, especialmente pasada por agua (caiga donde caiga en el calendario, no hay forma de que las fiestas primaverales se libren del mal tiempo, pero el público no dejó de acudir). Dentro de poco comenzará otro evento importante para la ciudad dentro del ámbito cultural, que traerá a escritores y literatos de todas partes para acercarlos a los lectores que compran sus libros y los leen. Se trata de la XXVI Feria del Libro de Sevilla, que se celebrará entre el 30 de abril y el 11 de mayo y pretende ser la edición más ambiciosa hasta la fecha.
Después del paréntesis que supuso instalarla en las plazas del Triunfo y de la Virgen de los Reyes, alrededor de los muros de la catedral, la Feria del Libro volvió el año pasado a la plaza Nueva una vez terminada su peatonalización. Si en 2007 se quiso recordar la Generación del 27, este año, con el lema Culturas del Mediterráneo y la colaboración de la Fundación Tres Culturas (que ya intervino en la organización de la última HispaCon), dedicará parte de la programación y su contenido a actividades relacionadas con las diferentes culturas que han dado forma a la historia y la idiosincrasia de quienes pueblan las riberas del mar Mediterráneo. También habrá sitio para tratar el desarrollo tecnológico editorial y comunicativo del sector.
Entre las conferencias y charlas impartidas por escritores del mundo literario nacional e internacional en la Carpa Central, el sábado 10 de mayo a las 13:00 horas, se desarrollará la mesa redonda La literatura de género fantástico, en torno a su comprensión, su definición y su situación en el panorama actual, con Inés Martín, dueña de Librería La Araña; Alfonso Merelo, crítico, articulista y vocal de prensa de la AEFCFT, y los escritores sevillanos Javier Márquez, Pepe Carrasco y José Ángel Muriel.
Ese mismo día, estaré firmando ejemplares de Ladrones de Atlántida en la caseta de Librería La Araña a partir de las 11:30. ¡Os espero!
Como contaba hace unos días, fruto del intercambio de libros entre autores suele surgir, como mínimo, el placer de la lectura. Me alegra poder decir que Paco Illán Vivas ha encontrado algo de disfrute y emoción al descubrir Ladrones de Atlántida. Lo sé por su forma de expresar lo que ha sentido al leer la novela, pues sus palabras describen las sensaciones parecidas a las que experimenté a veces mientras la escribía.
Anika entre libros ha publicado una opinión de Paco sobre el libro. La podéis leer aquí. También podéis leerla en Leelibros.com, biblioteca de Sedice.
Las nuevas tecnologías han abierto un nuevo camino a la difusión universal de la televisión como forma de comunicación. El Instituto Cervantes ha inaugurado la página web CervantesTV.es donde encontramos un canal de televisión con noticias sobre lengua, enseñanza, música, danza, entrevistas, actividades, literatura, pensamiento, artes plásticas, documentales,... Un lugar de visita obligada para los internautas amantes de la lengua española y las artes en general.
Texto de contraportada:
Cuando Eleazar, el hijo de Nébulos, decidió penetrar en las prohibidas y sombrías planicies de Chandigharán, el calcinado reino de Shelomó, desconocía la gran aventura que estaba a punto de comenzar, y tampoco imaginaba el castigo que su padre le impondría privándole de sus derechos como Eterno.
Eostes, el hijo de Odenhas, acompañará a su amigo Eleazar hasta el confín de un mundo lleno de ignota magia e incontables peligros, que será testigo del resurgir del más temible de los enemigos: Anteo, el abominable hijo de Gea.
La Maldición es una historia de imaginación sorprendente, donde Eternos, Humanos, Homosaurios, Trolls y Magos se encuentran inmersos en la permanente lucha entre el bien y el mal.
Después de varias conversaciones por correo electrónico y a través de algún portal en internet, Paco Illán, autor de La maldición, la primera parte de La cólera de Nébulos, y yo decidimos intercambiar ejemplares de nuestras novelas. Se trata de un ejercicio gratificante, el poder dedicar tu obra a otro escritor, regalársela y, a cambio, recibir como recompensa la suya también firmada. Aunque hay quien, al parecer, utiliza estos intercambios con otros propósitos, como describe David Mateo en su artículo Libros dedicados, es una práctica extendida entre los escritores que se van conociendo.
Como consecuencia de este intercambio, Paco ha leído Ladrones de Atlántida, que parece haberle gustado bastante a juzgar por sus comentarios, y yo he disfrutado con las aventuras de ambiente mitológico que envuelven a los heroicos Eleazar y Eostes durante las casi trescientas páginas de la novela. Estos héroes tienen algo de Hércules y Jasón, de Ulises y Aquiles, o de Arturo y Lanzarote, pues la historia de los camaradas unidos por una misma causa y luchando por ella a toda costa no es la novedad, no es lo que Paco inventa en su relato.
Paco nos descubre otra cosa: la sencillez con que se puede narrar una crónica épica, la inteligencia con la que se puede emplear cualquier vocablo sin ser coloquial. También hace comprender al lector que no hacen falta mil páginas para contar una historia que esté bien contada. Consigue introducir al lector en la acción más intensa con apenas tres o cuatro párrafos. Personalmente, encuentro muy adecuada la extensión de los pasajes más dinámicos, pues no hace falta prolongarlos para narrar lo que ocurre (aunque podría hacerse), sino todo lo contrario, y eso es lo que hace el autor, que no quiere agotar a sus lectores con una sucesión de descripciones innecesarias. En efecto, el libro podría tener el doble de páginas, pero no se leería con el mismo placer.
El libro comienza, en su segunda edición, con una introducción de Juan Espallardo que resulta muy interesante por la descripción que hace de algunas facetas de los escritores en general, por lo que cuenta acerca de las intenciones de quienes escribimos y la definición que hace de la fantasía (la literatura fantástica). Me pareció una presentación muy acertada, pues, además, resalta las virtudes más destacables de Paco Illán Vivas, entre ellas su altruismo al dedicar voluntariamente parte de su tiempo para difundir la obra de otros escritores a los que va conociendo. Es algo de lo que me voy dando cuenta poco a poco, como si el esfuerzo de Paco fuera tan inmenso que resulta difícil de abordar a primera vista. Y me estoy dando cuenta incluso en mis propias carnes, pues ha dedicado algunas de sus observaciones a lo que escribo o a mi carrera literaria, tan halagadoras que me sonroja, lo admito.
Luego sigue un prólogo breve e impactante, la antesala de una sucesión de aventuras vividas por los dos protagonistas en su recorrido por las tierras malditas. La aparición de talismanes y armas mágicas, como la espada Dragonia, nos recuerdan las leyendas artúricas o, en el otro extremo, algunos elementos de los juegos de rol o antiguos videojuegos casi olvidados.
Uno de los episodios más fascinantes es el que recoge el asedio de Iskar por parte de los asgardianos. Qué buena batalla, qué verosímil parece, qué bien descrita sin necesidad de entrar en excesivos detalles. Queda patente la labor de documentación del autor y, sin embargo, también su intención de contar lo que pasó pero no siempre cómo, para no alargar demasiado las escenas (para eso ya tenemos a Homero o Tolkien). Paco logra transmitir que lo verdaderamente importante son las repercusiones del combate.
Los encuentros con los magos marcan hitos en el texto y, al mismo tiempo, el autor escapa de la tradicional búsqueda que hace el aprendiz de su maestro. Los héroes van al encuentro de los magos para saber qué pruebas deben superar y tener una guía física, no espiritual, en el viaje que emprenden. En esta travesía, Eleazar y Eostes no paran de combatir contra criaturas espantosas. La novela se hace trepidante, aventura tras aventura, pero de forma pausada, como sólo sabe hacer un buen contador de historias.
Para la ambientación consigue una mezcolanza de mitologías que se deja entrever en los diálogos de los personajes y en la mención de nombres propios. Esas alusiones a la mitología clásica consiguen que los personajes sean más familiares para el lector, tengan los nombres que tengan.
Pero, ahora, ¿qué les depararán los hados a nuestros héroes en El rey de las esfinges?
Podéis seguir de cerca al autor en su blog: La cólera de Nébulos.
Título:La cólera de Nébulos. La maldición
Autores: Francisco Javier Illán Vivas
ISBN (13): 978-84-96114-87-6
Publicación: 09/2005 por Nausícaä
Nº páginas: 296
Según palabras de David Mateo, "Historias Asombrosas de Scifiworld es el umbral que conduce a mil mundos diferentes. Es el último bastión de esos autores llamados a narrar grandes gestas. En nuestras páginas tienen cabida el terror, la fantasía y la ciencia ficción. Si eres fiel seguidor de esos mundos maravillosos que sorprenden a la mente humana, bienvenido, esta es tu revista."
Hoy me he llevado la grata sorpresa de que mi relato de ciencia ficción La solución ha sido seleccionado este mes para participar en el concurso que, mes a mes, basándose en las valoraciones de los lectores, elige las obras que compondrán el número de diciembre de la revista Historias asombrosas.
¿Qué pasaría si la Humanidad llegara a un punto en el que la comodidad proporcionada por las máquinas impidiera al hombre continuar evolucionando? ¿Deberían los robots tomar ciertas decisiones por nuestro bien? El autor nos muestra una alternativa sorprendente.
Sigue leyendo aquí.
La semana pasada resultó muy intensa. Pasé la tarde del martes conversando de literatura con los chicos de Los Corrales y Martín de la Jara y, esa misma noche, asistí a la presentación del libro La Transición. Síntesis y claves, celebrada en el club Antares de Sevilla. Durante el acto, su autor, Salvador Sánchez-Terán, que fue ministro en la difícil época de la Transición, desarrolló un discurso muy interesante que se convirtió, al menos para mí, en una clase magistral de historia. Gracias a sus explicaciones, se aclararon muchos puntos oscuros de esa etapa tan importante de nuestro pasado reciente.
Dos días después, asistí al encuentro que cada jueves tienen los socios de Noches del Baratillo en su sede de la calle Macasta. Quería pasar a saludarles, participar en la ronda de poetas como otras veces y, por otro lado, me apetecía escuchar la charla de D. Nicolás Salas, periodista y escritor, conocedor de la historia de Sevilla. Tuve la suerte de que su exposición, acompañada de fotografías, se centró en el primer tercio del siglo XX de la ciudad. Tal como le indiqué después, era información muy valiosa para mí, pues tengo entre manos un proyecto sobre Sevilla en esos tiempos.
Además del placer de poder dialogar con D. Nicolás, baratillero de cuando la asociación se reunía en la Chatarrería, su primera sede, y conocerle un poco más (llevo tiempo siguiendo sus artículos históricos en el Diario de Sevilla), demostró repetidamente su generosidad y terminó invitándome a ponerme en contacto con él si necesitaba hacer uso de la documentación que conserva, que debe ser amplisíma pues guarda medio millón de fotos y unos 20.000 libros en su casa.
La moraleja de esto es que, una vez más, la literatura ha hecho amigos. Seguramente no sea por casualidad.
Hacía tiempo que no publicaba alguno de los poemas-cuentos que nos recitaba Petra Bocos, la abuela de mi mujer. Algunas de estas composiciones han quedado registradas en papel, otras en archivos de sonido con su voz anciana. Hoy quiero rendir desde aquí una especie de homenaje a esta señora riojana de Alcanadre, tierra de buenos vinos y exquisistas hortalizas. Petra pasó sus últimos años cerca de nosotros, no hace mucho perdió a su marido cuando ya vivían en Sevilla y ayer por la tarde falleció, dejándonos definitivamente el legado de sus recuerdos.
Pilar Pascual de Sanjuán recopiló en El trovador de la niñez: colección de composiciones en verso para ejercitarse los niños en la lectura de la poesía, algunos poemas populares. Contenido en este volumen se encontraba El zagal y el nido, uno de los que nos contaba Petra, prácticamente al pie de la letra, usando su prodigiosa memoria. En realidad, su título es El nido y pertenecía a Francisco Martínez de la Rosa (1787-1862).
De hecho, Elijah Clarence Hills y S. Griswold Morley, eruditos de Colorado (Estados Unidos), lo recuperaron en una edición neoyorquina de 1913, junto a otras joyas de nuestra lengua en Modern Spanish lyrics.
Dedico este espacio al recuerdo de nuestros abuelos, quienes hubieran disfrutado con nuestros éxitos o nos habrían animado en los momentos difíciles de haber estado a nuestro lado.
El nido
¿Dónde vas, zagal cruel,
dónde vas con este nido
riendo tú, mientras pían
estos tristes pajarillos?
Su madre los dejó solos
en este momento mismo,
para buscarles sustento,
y dárselo con su pico...
Mírala cuán azorada
echa de menos a sus hijos,
salta de un árbol a otro,
va, torna, vuela sin tino;
al cielo favor demanda
con acento dolorido;
mientras ellos en tu mano,
baten el ala al oírlo...
Tú también tuviste madre,
y la perdiste aún muy niño,
y te encontraste en la tierra
sin amparo y sin abrigo...
Las lágrimas se le saltan
al cuitado pastorcillo;
y vergonzoso y confuso
deja en el árbol el nido.
El martes 25 de marzo me desplacé hasta Los Corrales, un pueblecito de unos 4000 habitantes a 30 Km. de Osuna, para repetir la experiencia vivida en Bormujos. Cuando llegué al Centro Cultural, un vasto edificio de reciente construcción, acerté a subir hasta la biblioteca y conocí a Rosa, la bibliotecaria. Gracias a ella, que me atendió muy amablemente, supe que el encuentro se iba a celebrar precisamente en aquella sala, entre libros.
Más tarde, aparecieron los coordinadores, los técnicos de Juventud Isa y Ramón, acompañados de unos veinte alumnos de ESO del I.E.S. Entrepuentes. Algunos vivían en Los Corrales y otros en la cercana localidad de Martín de la Jara. Nos sentamos todos alrededor de dos grandes mesas y empezamos una tertulia bastante animada y amistosa.
Algunos chicos se habían leído el libro o estaban a punto de terminarlo, otros lo llevaban a medias, incluso hubo quien lo había empezado varias veces sin éxito. Comenzaron recalcando la complejidad del vocabulario empleado, sobre todo en los primeros capítulos con la terminología náutica. También se comparó Ladrones de Atlántida con el libro leído el año anterior, cuya ambientación les resultaba más familiar, menos exótica. Les expliqué que mi novela no se había escrito pensando exclusivamente en lectores de su edad, es decir, como novela juvenil. Pero que las dificultades que podían encontrar al leerlo no debían ser un obstáculo, pues hay que intentar leer de todo.
El resto del tiempo, las cuestiones planteadas se centraron en el contenido de la obra, en su proceso de elaboración y en detalles relativos al trabajo del escritor. Durante la hora y media que se prolongó la reunión, creo que no les faltó nada por preguntar, lo que me satisface porque significa que pude saciar su curiosidad.
Lo pasé muy bien con la charla, dialogando con todos aquellos chicos: Isa, Daniel, Ana, Óscar, Antonio, ... A ratos me sentí como uno de ellos y me divertí muchísimo. La anécdota más simpática se produjo cuando me preguntaron si mi padre, que vino conmigo para disfrutar de la experiencia, era mi manager. No estaría mal tener un agente editorial que te abriera el camino.
La recompensa final fue el montón de dedicatorias que escribí para concluir la actividad. Nadie quería quedarse sin ella y todos afirmaron que terminarían leyéndose el libro. ¿Será verdad? ¿Me escribiréis para preguntarme dudas o darme vuestras impresiones como prometisteis? Os espero.
Hace tres días, Irene cumplió siete semanas y se aproxima a su segundo mes pesando cuatro kilitos. No obstante, aunque crece y engorda a buen ritmo, sigue manteniendo su estilizada figura y la expresión simpática de su carita. Las tomas empiezan a espaciarse.
Estos últimos días ha estado especialmente contenta, quizá porque ya ha superado las molestias del ligero resfriado que había pillado, y sonríe fácilmente ante los estímulos, los gestos, las voces y las palabras. Es un verdadero encanto de niña.
Tengo que reconocer que, durante mis ausencias de casa esta semana, por diversas actividades literarias, eché mucho de menos a mis niñas: mi mujer y mi hija. Tanto es así que he terminado teniendo extraños sueños en los que salía solo de viaje y me afectaba una gran angustia por regresar junto a ellas. El amor paternal es algo indescriptible y, sobre todo, incomprensible hasta que se experimenta. Ahora que lo siento, resulta la sensación más recomendable para un hombre (intento imaginar lo que debe de ser el amor de una madre, pero no quiero compararlos, por eso prefiero no mezclarlos).
SON CINCO JÓVENES Y SU ROBOT,
CUYA MISIÓN ES LA DE PROTEGER
LA TIERRA DE LOS ATAQUES
DE SERES DE OTRAS GALAXIAS.
SON CINCO JÓVENES DE GRAN VALOR,
QUE TIENEN UNA FUERZA SUPERIOR,
SON INSEPARABLES, SON INVENCIBLES,
SON EL COMANDO G.
La canción de Parchís describía perfectamente el ambiente de "La batalla de los planetas", serie que tuvo no hace mucho una respetable adaptación en cómic. La patrulla del Fénix, con esos llamativos uniformes de colores que parecían anunciar los futuros Power Rangers y creaciones similares, nos acompañó una temporada en la sobremesa de los sábados y nos entretuvo con combates interesantes.
Continúa aquí.
Ginés y yo apenas nos conocemos, pero creo que coincidimos en la búsqueda de ideas interesantes y "retorcidas" para intentar asombrar al lector. También tenemos una amiga en común. Gracias a ella, llegué a la web de este valenciano, residente en Granada si no me equivoco, y pude disfrutar de su trabajo, que me pareció fascinante y lleno de creatividad.
Solo he leído algunas de las obras que ha publicado, pero recomendaría la lectura de todas ellas. El cómic La biblioteca de la vida tiene un desenlace que quizá parezca predecible, pero no por ello es menos angustioso; el autor consigue así el efecto que se propone. Merece la pena conocer también la versión escrita, en forma de relato, que ayuda a comprender mejor el proceso de elaboración de la dramática historieta. Igualmente originales y sorprendentes resultan El coleccionista de tiempo y Moebius, cuyo título se limita a citar el apellido de un célebre matemático. Al leer este último, inevitablemente me acordé de mis cuentos La escalera de Penrose y Tesis de ubicuidad, ambos escritos expresamente para participar en los concursos organizados por la Facultad de Matemáticas de Sevilla hace años.
Además, Ginés ha estudiado con detenimiento la estructura de los microrrelatos (dentro de poco, publicaré su estudio sobre el tema en la sección de Taller). Precisamente, uno de los relatos breves que ha concebido se titula Fusilamiento preventivo, que resultó ganador en el concurso promovido con motivo de la Feria del Libro de Granada en 2006. Lo publicó originalmente en su weblog.
Fusilamiento preventivo
'Sabemos su secreto. Si no mata a Rubén Ramos lo haremos público’. Eso era todo lo que ponía la nota. Ser el hombre más poderoso del país conlleva que de vez en cuando te lleguen anónimos como este. Por más que pienso no se me ocurre quién ha podido escribir esta nota. Ni siquiera conozco a ese tal Rubén. ¿Qué interés tienen en su muerte? Yo por si acaso lo he mandado arrestar y fusilar. No tenía elección, imaginen el escándalo si mi secreto se hiciera público. Por otra parte tampoco sé muy bien a que secreto se refieren.
Hace unos días, hablando con mi amigo el escritor y periodista Javier Márquez, salió a relucir un asunto bastante interesante del que yo no había oído hablar demasiado. Se trata del extraño caso de Nicholas Wilcox al que Juan Sol dedicó en su web un reportaje bastante esclarecedor y completo. Si os gustan los enigmas y los misterios, olvidaos de los libros superventas con títulos intrigantes y leed dicho reportaje. Os sorprenderá conocer las estratagemas que urden algunos escritores para no confundir a sus seguidores y, al mismo tiempo, llevar una doble reputación como autor.